San Guillermo murió en Guglietto, el 25 de
junio de 1142. No dejó ninguna constitución escrita, pero el tercer abad
general de sus comunidades, Roberto, redactó un código de reglamentos y
puso a la orden bajo la regla de los benedictinos. El único de los
muchos monasterios que fundó San Guillermo que existe todavía, es el de
Monte Vergine. En la actualidad, pertenece a la comunidad benedictina de
Subiaco y, en su iglesia, conserva una pintura de Nuestra Señora de
Constantinopla que es muy venerada.
REIVINDICACIÓN DEL ACERVO CATÓLICO, EL SER, LA LEY NATURAL, LO TRADICIONAL, LO BELLO, LO BUENO, LO FUERTE, LO IMPORTANTE, LO BIZARRO, LO ROMANTICO, LO HEROICO... LO RARO, LO POLÍTICAMENTE INCORRECTO...LO QUE ROMPE LA CRASA Y SATISFECHA RACIONALIDAD COTIDIANA... FILOSOFÍA, ARTE, LITERATURA, POESÍA, HISTORIA, VARIOS....HUMOR.
martes, 25 de junio de 2019
SAN GUILLERMO ABAD, DE VERCELLI. Ora pro nobis!
1142 p.c.) - El fundador de la congregación religiosa
conocida con el nombre de Ermitaños de Monte Vergine, nació en
Vercelli, en 1085, de una familia piamontesa. Tras la muerte de sus
padres, a los que perdió cuando era un niño, vivió con algunos
familiares hasta la edad de catorce años, cuando abandonó su casa y,
como un pobre peregrino, caminó hasta Santiago de Compostela, en España.
No satisfecho con las penalidades que significaban una caminata tan
larga, se cinchó con dos aros de hierro la cintura. No se sabe a ciencia
cierta cuánto tiempo permaneció Guillermo en España y no volvemos a
saber de él hasta el año de 1106, cuando se encontraba en Melfi, en la
Basilicata italiana, de donde pasó a Monte Solicoli, en cuyas
estribaciones pasó dos años entregado a la vida de penitencia y oración
junto con otro ermitaño. A este período pertenece el primero de los
milagros realizados por San Guillermo: la devolución de la vista a un
hombre ciego. Aquella curación le dio gran fama y, para evitar que las
gentes le aclamaran como a un santo milagroso, partió de la comarca para
refugiarse junto a San Juan de Matera. Como los dos perseguín los
mismos fines con igual espíritu, llegaron a ser íntimos amigos.
Guillermo tenía la intención de la chimenea completamente
ileso. Aquel milagro hizo que la mujer se arrepintiera: renegó de su
pasada vida de pecado y no tardó en tomar el velo en el convento de
Venosa. El rey Rogelio, por su parte, dispensó su absoluta protección al
santo, ayudó generosamente a sus monasterios y él mismo hizo
fundaciones nuevas que entregó a San Guillermo para que las gobernase.
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Un Santo de gran humildad y como Ud. comenta, realizó varios milagros en vida.
ResponderEliminarSerá interesante comentar en otra ocasión un poco sobre la famosa Regla monacal benedictina, de inicio muy dura, no hay que olvidar la batalla frontal contra el demonio y contra brujos, hechiceros, etc. enfrentada por su fundador San Benito Abad. Gracias por recordarnos a San Guillermo Abad.
Ora pro nobis !