EL PERVERSO ARQUEOLOGISMO MODERNISTA
El "arqueologismo" modernista es una de las aberraciones mas dañinas dentro de la teología y la hermenéutica que pretende hacerse de la Tradición de la Iglesia.
Se
pretende ir hacia atrás, hacia una prístina y "perfecta" antiguedad
originaria, en la caza de prácticas o ideas que la Iglesia, en este caso
sí, SÍ! ha superado, porque sin entrar en ningún evolucionismo del
Dogma ni historicismo, ha perfeccionado bajo la experiencia del
surgimiento de herejías que en el transcurso de la historia serían
favorecidas por esas prácticas o ideas antiguas que en medio del fervor
originario y en medio de circunstancias a veces complicadas, surgieron,
pero que fueron desechadas por la Tradición bajo la luz del Espíritu
Santo en el transcurso de su experiencia a través de la historia y el
explicitamiento de la Doctrina, y en la lucha contra las herejías.
Este arqueologismo pretende que esas prácticas "originarias" desmienten y anulan la Tradición de la Iglesia, Fuente de la Revelación, símplemente por ser mas antiguas que algún Concilio Dogmático, sobre todo Trento -hacia el cual apuntan los cañones del odio visceral modernista y liberal, por haber condensado la Doctrina esencial de la Iglesia en ciertos puntos capitales.
Por ejemplo, la práctica de la comunión en la mano, que existió provisoriamente en algunos momentos y lugares de la historia antigua, cuando la Doctrina sobre la liturgia del Santísimo Sacramento no estaba del todo afianzada, cuando la aberración del Protestantismo no había impugnado la Presencia Real; y de todas maneras,
Primero, se hacía con un espíritu totalmente distinto y reverente de como empezó a hacerse luego de la Reforma Litúrgica; se daba al fiel inclinado o genuflexo en su mano cubierta con un velo o algo semejante y sin que fuera manoseada por la otra mano, se llevaba a la boca con ese velo,
Segundo, la Tradición de la Iglesia en el afianzamiento de la buena Doctrina y costumbres a través de los siglos, desechó esa práctica por medio de Concilios Dogmáticos como Zaragoza, Trento...
Es decir, recurrir a la "antigüedad originaria" para contradecir la Fuente de la Revelación que es la Tradición, e introducir doctrina o prácticas modernistas, es típica perversidad del modernismo, que pretende de esa manera "ir a las fuentes", cuando lo que hace en realidad es negar las Fuentes.
CF. Mediator Dei, Pío XII, 78 y ss.
