VII DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
II clase, verde
Gloria, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad
Adherido el cristiano a su cabeza, Cristo, como las ramas al árbol que
les da la vida, debe producir buenos frutos, so pena de ser cortado y echado al
fuego. La amenaza es terrible. El valor y la autenticidad de una vida cristiana
se prueban por las obras que produce. “Un árbol bueno produce buenos frutos”
Aunque hay más debilidad que malicia en el desorden y vacío de bien de las
vidas humanas, con todo, no es menos verdadera la apreciación de Cristo.
Retengámosla para nosotros mismos en todo su rigor y desconfiemos de los
«falsos profetas», que abundan en bellas palabras, sin enmendar su vida.
Idéntico programa de íntegra lealtad, en la epístola, en la cual recurre san
Pablo a las exigencias de nuestra vida de bautizados. Arrancados del pecado y
consagrados a Dios, debemos mostrar en la práctica de una vida santa la misma y
mas entereza que otros, sin tener en cuenta la «justicia» cristiana, ponen en
su vida de pecado.
...
...
Si nos fijamos en la maravillosa propagación del Cristianismo por tantos
y tan diversos pueblos, fácilmente comprenderemos por qué la Iglesia nos invita
en el Introito de la presente dominica a la alabanza divina, al santo júbilo.
El Hijo de Dios, a quien no quisieron reconocer los judíos, es adorado ahora
por multitud de pueblos. Por este beneficio, del que todos somos deudores a la
infinita misericordia de Dios, justo es que constantemente vivamos agradecidos
y aclamemos al Señor con voces de júbilo. En la Colecta suplicamos a Dios que
aparte de nosotros todos los males y nos conceda la abundancia de sus bienes,
los cuales afirmarán más y más su dulce reinado en nuestros corazones. A que
sirvamos a Dios con todas nuestras fuerzas, se dirige la Epístola que leemos en
la Santa Misa. Nada se nos podía pedir más justo. Así como con nuestros
miembros servimos a la iniquidad, así es muy debido que ahora usemos de los
mismos para servir a Dios mediante la práctica de la virtud. El Gradual
no recuerda y enseña que el temor de Dios es el principio de la verdadera
sabiduría. Finalmente, en el Evangelio nos previene Jesucristo para que nos
guardemos de los falsos profetas. Y ¿cómo podremos distinguirlos de los
verdaderos? Ved ahí la norma señalada por el divino Maestro: por sus frutos los
conoceréis, es decir, por sus obras. (1)
EL ESPÍRITU SANTO sigue siempre pausadamente, calladamente
transformando, divinizando la faz sobrenatural de la tierra. Es la sal de la
Sabiduría, que sazona al mundo, que purifica las almas, que las madura con sus
divinales fuegos para la vida eterna.
Ese divino Espíritu tiene razón de Don, y entre los Dones el más augusto
y preciado es el de Sabiduría, tan solicitado por la Iglesia ya desde estos
domingos, y sobre todo en los de agosto, al recordarnos en maitines las figuras
de David y de Salomón. Ambos fueron grandes amantes de la divina Sabiduría, que
nos hace sacar gusto a Dios, y enjuiciarlo todo según su certero y sapientísimo
criterio: Esta es aquella Sunamitis tan ferviente que calentaba al anciano
David, tan casta que no le incitaba la libídine. Esta pidió también el joven
Salomón como esposa al tomar las riendas del gobierno; ésta finalmente
constituirá para los elegidos las delicias del cielo. “Videnti Creatorem angusta
est omnis creatura”, al que ve al Creador, dice S. Gregorio, parécele poquita
cosa cualquier criatura, charquitos de agua turbia, frente a las aguas vivas de
una fuente caudalosa. Los pingües
frutos de esta celestial Sabiduría hállanse enumerados en la Epístola de hoy;
y, en cambio, el fruto y paga del pecado es la muerte, además de la vergüenza y
del torcedor de la conciencia que le acompaña y que le sigue. Por nuestra vida y por los frutos que
rindamos se conocerá qué tal árbol somos (Ev.), pues no está todo en tener
buenas palabras, sino en la Sabiduría y cordura, que el Espíritu Santo comunica
a los que de Él se dejan dócilmente guiar, traduciéndose luego en obras buenas
y de edificación. “Preciso es, dice S. Agustín, que manos y lengua vayan a la
par; y que mientras ésta glorifica a Dios, aquéllas obren”. “Las palabras
placenteras y los aires de mansedumbre deben ser evaluados por el fruto de las
obras”, dice S. Hilario; porque a menudo sucede que la piel de oveja sirve para
ocultar la ferocidad del lobo (Noct. 3º).
Tenemos, pues, en el pacífico Salomón una figura de Cristo, el cual dijo
cierto día: Éste que veis es más que Salomón. A Él debemos escuchar (Grad.)
porque tiene palabras de vida eterna. Él es la sabiduría misma del Padre. Que
Él tenga a bien enseñarnos a temer al Señor (Ib.)y a discernir el bien del mal
(Evang.), y que la Santa Misa de hoy, figurada ya por el sacrificio de Abel
(Sec.) y por los holocaustos ofrecidos en el Templo por Salomón, sirva para
aplacar y honrar al Señor. Pidamos al
Señor, mantenga nuestra vida en los caminos de su justicia, aparte de nosotros
todo lo nocivo, y nos conceda todo lo saludable (Or.). (2)
TEXTOS DE LA SANTA MISA
Introito.
Salm
46.2-3.- Batid palmas todas las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo. Salmo.- Porque el Señor es el
Altísimo, el terrible; es el rey grande de toda la tierra. V/. Gloria al Padre.
Colecta.-
Oh Dios!, cuya providencia no se engaña en sus disposiciones; te suplicamos
apartes de nosotros todo lo dañoso, y nos concedas todo lo saludable. Por
nuestro Señor Jesucristo.
Epístola. Rom. 6.19-23.-.
Hermanos: Hablaré a lo humano en atención a. la flaqueza de vuestra
carne. Como habéis entregado vuestros miembros a la esclavitud de la impureza y
la iniquidad, empleadlos ahora para que sirvan a la justicia para la
santificación. Cuando erais esclavos del pecado, sacudisteis el yugo de la
justicia. ¿Qué fruto sacasteis entonces de ello? Ahora os avergonzáis. Porque
el fin de todo esto es la muerte. Mas ahora que estáis libres del pecado y
habéis sido hechos siervos de Dios, cogéis por fruto vuestro la santificación,
que tiene como fin la vida eterna. Porque la paga del pecado es la muerte; y el
galardón de la virtud, la vida eterna en Jesucristo nuestro Señor.
Gradual. Salm. 33.12,6.- Venid, hijos, y
oídme; os enseñaré el temor del Señor. V/. Acercaos a él y seréis iluminados, y
vuestros rostros no serán confundidos.
Aleluya.- Aleluya, aleluya. V/. Batid palmas todas
las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo. Aleluya.
Evangelio.- Mateo. 7,15-21
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Cuidaos de los falsos
profetas que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, mas por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura se cogen uvas de los
espinos, o higos de los zarzales? Así, todo árbol bueno da buenos frutos, y
todo árbol malo produce frutos malos. No puede el árbol bueno dar malos frutos,
ni el árbol malo darlos buenos. Todo árbol que no da buen fruto será cortado y
echado al fuego. Así, pues, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me
dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos; sino el que hiciere la
voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los
cielos.
Ofertorio. Dan. 3.40.- Como el holocausto de
carneros y de toros, y los sacrificios de millares de corderos gordales, así
sea hoy grato nuestro sacrificio en tu acatamiento, pues no son confundidos los
que en ti confían, Señor.
Secreta.- Oh Dios!, que
quisiste reemplazar las diferentes hostias de la antigua ley por un solo
perfecto sacrificio; recibe el que te ofrecen tus devotos siervos y santifícalo
con la misma bendición con que bendijiste el de Abel; y lo que cada cual ha ofrecido
en honor de tu majestad, aproveche a todos para su salvación. Por N. S..
Prefacio
de la Santísima Trinidad.- En verdad es digno y justo, equitativo y saludable,
darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno
Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un
solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de
una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo
creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción,
De suerte, que confesando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la
propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la
majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y
los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz.
Comunión. Salm. 30.3.- Inclina a mí tu oído;
apresúrate a salvarme.
Poscomunión.-
Señor, que tu acción curativa nos libre de nuestras perversas tendencias
y nos guíe a obrar lo que es recto. Por nuestro Señor Jesucristo.
TEXTOS EN LATÍN: http://www.rosarychurch.net/latin/pent07.html
COMENTARIO
Como habitualmente, reproduciremos el comentario del Padre Leonardo
Castellani, que hoy nos adelanta admirablemente el tema del Evangelio: Los
Falsos Profetas: su demagogia, su piel de oveja, su prédica agradable y
biensonante, buenaonda…., facilismo, Misericordia a
roletes…y su Humanismo…Humanismo…ya se van barruntando otros temas….Modernismo,
evolución, adaptación de la Iglesia al espíritu moderno del mundo….Luego
reproduciremos algunos dichos de los Santos Padres sobre el asunto, y dos cortos escritos nuestros vinculados sobre
el tema de los Falsos Pastores.
COMENTARIO DEL PADRE CASTELLANI
DOMINGO SÉPTIMO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS [Mt 7, 15-21] Lc 6, 39-45
El evangelio de hoy (Mt VII, 15)
está tomado del final del Sermón de la Montaña, y es un aviso sobre los falsas
profetas seguido de la parábola de la Uva y del Abrojo, o sea de los frutos del
buen y el mal Árbol; los cuales se dan como señal para conocer el
Seudoprofeta. Cristo previno muchas
veces contra los Seudoprofetas que son simplemente los herejes; y los doctores,
poetas, moralistas –que estas tres cosas eran los profetas hebreos– de la
impiedad; y predijo que en los últimos tiempos los habría a bandadas. Siempre ha habido en la historia de la
Iglesia quienes “viniendo a vosotros con vestidura de oveja, por dentro son
lobos rapaces”, como los describió Cristo; es decir, vienen con vestidura de
pastores, los cuales suelen usar zamarras o pellizas de piel de oveja. Todos
los herejes han tomado una parte de la doctrina de Cristo; y exagerándola la
han convertido en una deformidad y en un veneno; muchos de ellos han tenido
apariencias de hombres píos, benéficos y altruistas; y han sido hábiles en
manejar las grandes palabras que –diferentes en cada época– conmueven el
corazón del pueblo, como Libertad, Igualdad, Fraternidad, Democracia, Justicia,
Compañerismo, Paz, Prosperidad, y toda la letanía. Contra ellos no es muy fácil
precaverse. “Por sus frutos los conoceréis”, repite Cristo. Las obras no
mienten. Los amargos frutos de la
bandada de seudoprofetas que se levantó desde fines del siglo XV”. a manera de
manga de langostas, arbolando las palabras de “Ilustración, Tolerancia,
Progreso, el Siglo de las Luces y la Mayor Edad del Género Humano”, de sobra
los conocemos porque los estamos sufriendo: las consecuencias del aclamado
“Siglo de las Luces” fueron dos atroces guerras mundiales y una descompostura
general del mundo, que anuncia una guerra peor. La “tolerancia” de Voltaire ha
acabado en toda clase de persecuciones; la “libertad omnímoda para todos” ha
producido despotismos, tiranías y lo que llaman el “Estado totalitario”,
teorizado por Hegel; el “concierto de todas las naciones” de Condorcet ha
servido para romper la barrera defensiva de Europa (el “Río Eúfrates”, que dice
la Escritura) y abrir la puerta al Asia, que se yergue ahora amenazante sobre
ella; y la “Paz Perpetua” de Kant ha producido la “Guerra Fría”. Las malas
doctrinas, aceptadas y gritadas sin tasa por los pueblos borrachos, han
descoyuntado los huesos del mundo; y el mundo se agita hoy enfermo y
angustiado; y más borracho que nunca. '¿Por ventura se recogen uvas del abrojo
o higos del cardal?”. Muy malo era todo eso, pues ha producido tales frutos.
Produjo lo contrario de lo prometido.
Los Seudoprofetas siempre prometen cosas fáciles y halagüeñas: de eso
viven; y medran. Esa es la nota que Isaías y Jeremías enrostran a sus
falsificadores y perseguidores: que son aduladores, simplemente; de la estirpe
de los sycofantes que tan bien caracterizó Platón en el Fedro y en El Sofista.
Es fácil prometer mil años de paz, un viaje al planeta
Marte –donde el clima es mejor y hay grandes yacimientos de uranio– y la
prolongación de la vida hasta los 150 años por medio de la penicilina. Leo en
una revista alemana: “Dentro de dos millones de años, el Hombre habrá
evolucionado en tal forma que nosotros a su lado pareceremos gusanos.” ¡Qué
felicidad... para el que lo vea! ¡Que Dios te conserve la vista, m'hijo! La “idolatría de la Ciencia” que domina a la
época actual es una evolución de la “Superstición del Progreso” que fue el
dogma eufórico del siglo pasado. Efectivamente, el famoso “Progreso”, prometido
a gritos por Condorcet y Víctor Hugo, no se ha dado en ningún dominio, excepto
en el dominio de la técnica, que es lo que hoy día llaman “Ciencia”. Pero la
técnica no puede ser adorada ni siquiera venerada: puede servir al bien o al desastre,
sirve para hacer las bombas de fósforo líquido y las atómicas, lo mismo que la
vacuna contra la poliomielitis; y puestos en una balanza los estragos
espantables junto a los bienes que ha dado la “técnica” en nuestro siglo, yo no
veo que ganen los bienes. Preservar a un niño de la parálisis infantil para que
después sea quemado vivo por una bomba de fósforo, como los niños de Hamburgo;
o de uranio, como los de Hiroshima, no me parece gran negocio. La veneración de la “Ciencia” es lo que ha
sustituido a la religiosidad en las masas contemporáneas; y por tanto podemos
decir que es lo que la ha destruido; porque, como dicen los franceses, “sólo se
destruye lo que se sustituye”: por eso la hemos llamado “idolatría”. “No
adorarás la obra de tus manos”, dice el segundo mandamiento. La ciencia actual
es muy diversa de la ciencia de los griegos, o la ciencia de los grandes siglos
cristianos. La ciencia antigua era una actividad religiosa o casi religiosa,
movida por un amor y encaminada al bien. Hoy día la “Ciencia” es impersonal,
inhumana, exactamente como un ídolo. Desde la segunda etapa del Renacimiento
(siglos XVI y XVII) la concepción de ciencia es la de un estudio cuyo objeto
está colocado fuera del bien y del mal; y, sobre todo, del bien; sin relación alguna
con el bien. La ciencia estudia los hechos como tales: los hechos, la fuerza,
la materia, la energía, aislados, deshumanizados, sin relación con el hombre y
menos con Dios: no hay en su objeto nada que el corazón del hombre pueda amar.
Los móviles del “científico” actual no son móviles de amor a Dios o al prójimo;
ni siquiera a su ciencia. Es reveladora la amarga confesión de Einstein que en
sus últimos días decía que: “de poder volver a vivir sería plomero o vendedor
ambulante, pero no físico”. Y sin embargo la física le dio todo lo que a ella
el científico le pide: gloria, fama, honores, consideración, dinero. Más que
eso no puede dar un ídolo. Un sacerdote
no puede admirar la “técnica” moderna de un modo incondicional, ni adularla
para quedar bien con las muchedumbres, o aparecer como hombre adelantado y “de
su tiempo”. Al contrario, debe mirarla con cierta sospecha, puesto que en el
Apokalypsis están prenunciados los falsos milagros del Anticristo, los cuales
se parecen singularmente a los “milagros” de la Ciencia actual. “La Segunda
Bestia, la Bestia de la Tierra, pondrá todo su poder al servicio de la Primera,
la Bestia del Mar; y la facultará a hacer prodigios estupendos, de tal modo que
podrá hacer bajar fuego del cielo sobre sus enemigos...” (Ap x”, 1213). Eso ya
lo conocemos, eso ya está inventado. No sabemos quién será esa llamada “Bestia
de la Tierra” pero sabemos que el Profeta la describe como teniendo poder para
hacer prodigios falaces por un lado; y por otro, con un carácter religioso también
falaz, puesto que dice que “se parecía al Cordero, pero hablaba como el
Dragón”. Esa potestad o persona particular que será aliada del Anticristo y lo
hará triunfar será el último Seudoprofeta, por lo tanto. Y por sus frutos habrá
que conocerlo; porque sus apariencias serán de Cordero. Pero se podría decir: “Si hemos de conocer al
árbol por sus frutos dañinos ¿no será ya demasiado tarde, porque el daño ya
está hecho? ¿Acaso sirve de algo conocer los hongos venenosos después que uno
los ha comido, por sus efectos? ¿No es mejor conocerlo por sí mismo, por sus
hojas y su forma? Y de hecho ¿no conoce así la Iglesia a las herejías, por
medio de sus teólogos y doctores, confrontándolas con la doctrina tradicional,
y
rechazándolas en cuanto se apartan de ella?”. Eso es verdad; pero se aplica a las herejías
antiguas, no a las nuevas. La elaboración de la ortodoxia se ha hecho poco a
poco; y justamente en la lucha multiforme con nuevas y nuevas herejías. Ahora
es fácil conocer a un arriano, un macedoniano, o un protestante; no así cuando
aparecieron. Cuando una herejía es nueva, el “catecismo” no basta: de aquí la
necesidad que los sacerdotes estudien; y que los doctores de La fe lean los
libros heterodoxos; lo cual no es ninguna diversión, sino una ímproba labor, y
hasta un “martirio”, como dijo Santo Tomás. La herejía actual que se está
constituyendo ante nuestros ojos, consistente en definitiva en la adoración del
hombre y “las obras de sus manos”, no es fácilmente discernible a todos; porque
pulula de falsos profetas. –¿Simona Weil
fue herética o no? –Unos dicen que sí y
otros que no. –¿Y usted qué dice? –Por sus frutos la conoceréis. –¿Y cuáles son sus frutos? –No tengo lugar para decirlos aquí.
Oh Señor, quédate conmigo, porque
la noche se acerca, y no me abandones.
¡No me pierdas con los Voltaire, y los Renán, y los Michelet y los Hugo
y todos los otros infames! Son muertos,
y su nombre mismo después de su muerte es un veneno y una podredumbre. Su alma está con los perros muertos, sus
libros están juntos en el chiquero.
Porque Tú has dispersado a los orgullosos y no pueden estar en uno, ni comprender, mas solamente destruir y
disipar –ni poner las cosas en uno...
Sabios, epicúreos, maestros del noviciado del Infierno, prácticos de la
Introducción a la Nada, bramanes,
bonzos, filósofas ¡tus consejos Egipto! vuestros consejos, vuestros métodos, y vuestras demostraciones y
vuestra disciplina. ¡Nada me reconcilia,
yo estoy vivo en vuestra noche abominable, levanto mis manos en el desespero,
levanto mis manos en el trance y el transporte de la esperanza salvaje y
sorda...! Quien no cree más en Dios, no
cree en el Ser; y quien odia al Ser, odia su propia existencia... (Hasta acá
Castellani) (3)
SANTOS PADRES SOBRE EL EVANGELIO DE HOY
"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, y dentro son lobos rapaces: por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así todo árbol bueno lleva buenos frutos; y el mal árbol lleva malos frutos. No puede el árbol bueno llevar malos frutos, ni el árbol malo llevar buenos frutos. Todo árbol que no lleva buen fruto, será cortado y metido en el fuego. Así, pues, por los frutos de ellos los conoceréis". (vv. 15-20)
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Había mandado el Señor a los apóstoles que no hiciesen sus limosnas, sus ayunos y sus oraciones delante de los hombres, como lo hacen los hipócritas. Y para darles a conocer que todas estas cosas pueden hacerse con hipocresía, les habla diciendo: "Guardaos de los falsos profetas".
San Agustín, de sermone Domini, 2, 24
Habiendo dicho el Señor que son pocos los que encuentran el camino estrecho y la puerta angosta, para que los herejes, que se recomiendan muchas veces por su pequeño número, no se coloquen en nuestro lugar, añade en seguida: "Guardaos de los falsos profetas".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 23,6
Como se había dicho que la puerta es estrecha, y que son muchos los que pervierten la vía que a ella conduce, por eso inculcó: "Guardaos de los falsos profetas". Para despertar más su atención, les recordó con ese nombre a los que introdujeron el error entre sus padres, lo cual había sucedido también en medio de ellos.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Lo que se ha escrito: "La Ley y los Profetas hasta San Juan Bautista" ( Mt 11,13), es para significar que la profecía de Cristo no tendría lugar después de El. Aún hay profetas y los hubo, pero no que profeticen de Cristo, sino que interpretan lo que los antiguos profetas anunciaron de Cristo. Esto es, los maestros de las Iglesias. Y son profetas porque nadie puede interpretar el sentido de las profecías sino por medio del espíritu profético. Sabiendo, pues, el Señor que había de haber falsos doctores de diversas herejías, lo advirtió diciendo: "Guardaos de los falsos profetas". Como no eran manifiestos los futuros gentiles, sino escondidos bajo el nombre cristiano, no dijo: "Mirad", sino "Guardaos". Cuando la cosa es cierta se mira, esto es, se ve simplemente, pero cuando es incierta se observa, esto es, se examina con precaución. Dice además: "Guardaos", porque es una buena garantía de salvación saber de quién se ha de huir. No dice "Guardaos" como si el diablo pudiese introducir herejías (en la Iglesia) contra la voluntad de Dios, sino con la permisión de Dios, pues dado que no quiere tener siervos suyos sin discernimiento, permite la tentación. Y porque no quiere que sucumban por ignorancia, les advierte el peligro. Para que algún maestro hereje no diga que a ellos no los llamó profetas falsos, sino a los maestros de los gentiles y de los judíos, por eso añade: "Que vienen a vosotros con vestidos de ovejas". Las ovejas son los cristianos, mas el vestido de oveja es una especie de cristianismo y de religión fingida. Ninguna cosa hace tanto daño al bien como la ficción, porque lo malo que se oculta con apariencia de bueno. Mientras no se conoce, no se previene. Y para que aun no diga el hereje que habla de los verdaderos maestros, que también son pecadores, añade: "Y dentro son lobos rapaces". Los maestros católicos se llaman también siervos de la carne, porque son vencidos por ella, pero no lobos rapaces, porque no tienen el propósito de perder a los cristianos. Habla, pues, Jesucristo de los maestros herejes, que con intención toman el aspecto de cristianos para destrozarlos con la perversa mordedura de la seducción, y de quienes dice el Apóstol: "Sé que después de mi muerte, entrarán entre vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño" ( Hch 20,29).
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 23,6
Por lo que parece, muchas veces no sólo son llamados falsos profetas los herejes, sino también aquéllos cuya vida es corrupta, pero que la ocultan con el antifaz de la virtud, por lo cual dijo: "Los conoceréis por sus frutos". Entre los herejes puede muchas veces hallarse la vida, pero de ningún modo entre los que he dicho.
San Agustín, de sermone Domini, 2,24
Importa mucho averiguar la clase de frutos de que se trata aquí. Muchos se dejan engañar a la vista de los frutos que producen aquellos que llevan piel de oveja, y así resultan la presa de los lobos. Los frutos que los engañan son los ayunos, las limosnas y las oraciones que no tienen otro objeto que los hombres y agradar a aquellos a quienes estas obras parecen difíciles. Pues bien, éstos no son los frutos que pueden servirnos para reconocerlos, como se nos manda, porque todas estas cosas si se hacen con recta intención, en la verdad, son el vestido propio de las ovejas. Mas cuando se hacen con mal fin, y con el objeto de engañar, no aprovechan más que para encubrir a los lobos. Pero no deben las ovejas aborrecer su vestido porque con él se cubran muchas veces los lobos. Cuáles son los frutos con los que podremos conocer el árbol malo, no lo dice el Apóstol en su carta a los fieles de Galacia: "Manifiestas son las obras de la carne: ellas son la fornicación, la impureza" ( Gál 5,19), etc. Y cuáles son los frutos con los que podremos conocer el árbol bueno, lo expresa también el Apóstol diciendo en la misma carta: "Los frutos espirituales son la caridad, el gozo, la paz" ( Gál 5,22), etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
El fruto por donde se conoce al hombre es la confesión de su fe. El que, según Dios, emita la voz de la humildad y de la verdadera confesión, éste es una oveja. Pero el que, por el contrario, se deshace en blasfemias contra Dios, es un lobo.
San Jerónimo
Así pues, lo que se dice aquí de los falsos profetas (que ofrecen una cosa en su trato y en sus palabras, y demuestran otra en sus obras), debe entenderse especialmente de los herejes, que parecen cubrirse con la continencia y el ayuno como con un vestido de piedad, pero que interiormente tienen sus almas envenenadas, y engañan los corazones de sus hermanos sencillos.
San Agustín, de sermone Domini, 2, 39
Pero por las obras puede deducirse si esa apariencia exterior lleva envuelta alguna ambición. Cuando empiecen a ser mortificados por algunas tentaciones, en el modo de evitarlas o de no consentirlas se verá el fin que se propusieron, o que intentaron proponerse, al encubrirse con este velo. Y entonces aparecerá si es lobo cubierto con piel de oveja, u oveja con su propia piel.
San Gregorio Magno, Moralia 31,11
El hipócrita hasta con la paz de la Iglesia se ve hostigado, por eso a nuestra vista aparece vestido con capa de religiosidad. Pero basta que se declare alguna persecución contra la fe, y al punto los feroces apetitos del lobo lo despojan del vestido de oveja, y, persiguiendo, demuestra cuán grande es su crueldad contra el bien.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 23,6
Fácilmente se descubre a los hipócritas. El camino por el que quieren andar es difícil. El hipócrita no es amigo del trabajo. Además, para que no se diga que es imposible conocer a estos tales, pone otro ejemplo el Salvador, tomado de las mismas cosas humanas, diciendo: "¿Por ventura cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
La uva encierra en sí cierto misterio de Jesucristo. Así como el racimo suspende muchos granos pendientes de la cepa, así Jesucristo suspende de sí muchos fieles unidos al árbol de la Cruz. El higo representa la Iglesia, que contiene a muchos fieles con cierto dulce abrazo de caridad, así como el higo contiene muchos granillos encerrados en su piel. Hay en el higo estas señales de caridad en su dulzura, de unidad en la reunión de sus granos. La uva es el símbolo de la paciencia porque se la lleva al lagar, también lo es de alegría porque el vino alegra el corazón del hombre ( Sal 103), de pureza porque no está mezclada con agua, y de suavidad por la complacencia que produce. La espina y el abrojo por todas partes ofrecen puntas. Así, si examinamos los esclavos del diablo, por cualquier parte que los examinemos, los encontraremos cubiertos de iniquidades. No pueden, pues, estos espinos y estos abrojos producir frutos propios de la Iglesia. Demuestra a continuación que es universalmente verdadero lo que en particular había dicho bajo la semejanza del higo y de la vid, de los espinos y de los abrojos, cuando dice: "Así todo árbol bueno lleva buenos frutos; y todo árbol malo, lleva malos frutos".
San Agustín, de sermone Domini, 2, 24
Debe evitarse en este lugar el error de aquéllos (de los maniqueos) que opinan que los dos árboles designan dos naturalezas, de las cuales la una es de Dios y la otra no. Debe decirse que esta figura de los dos árboles en nada los favorece, puesto que aquí no se trata de los árboles sino de los hombres, como podrá ver claramente el que considere los antecedentes y los consiguientes.
San Agustín, de civitate Dei, 12, 4-5
Las mismas naturalezas desagradan a los herejes mencionados, no considerándolas según su utilidad, como si la naturaleza considerada en sí misma no diese gloria a su Autor, sino por la comodidad o imcomodidad que nos produzca. Todas las naturalezas, por el mero hecho de existir y de tener su modo de ser propio, su especie y cierta paz suya consigo, son ciertamente buenas.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 23,7
Para que alguno no diga que el árbol malo produce malos frutos, pero que también los produce buenos, y que por ello será difícil conocerlo a no ser gustando los dos frutos, añade: "No puede el árbol bueno llevar malos frutos, ni el árbol malo llevar buenos frutos".
San Agustín, de sermone Domini, 2, 24
De aquí deducen los maniqueos que un alma no puede volverse buena, ni una buena en mala, como si se hubiese dicho: "No puede un árbol bueno convertirse en malo, ni un árbol malo volverse bueno". Lo que se ha dicho es: "No puede un árbol bueno producir malos frutos", ni lo contrario. El árbol es el mismo hombre. Los frutos son las acciones del hombre. No puede, por lo tanto, un hombre malo hacer obras buenas, ni uno bueno hacerlas malas. Luego si el malo quiere obrar bien, es preciso que primero se haga bueno. Mientras uno es malo, no puede hacer obras buenas. Puede suceder que lo que fue nieve no lo sea, mas no que la nieve sea caliente. Así puede suceder que el que fue malo no lo sea, pero no se podrá conseguir que el que es malo haga cosas buenas, pues aunque alguna vez es útil, esto no lo hace él, sino que se realiza en él, haciéndolo la divina Providencia.
Rábano
El hombre se considera como árbol bueno o malo, según que su voluntad sea buena o mala. Los frutos son sus acciones, que no pueden ser buenas cuando son producto de una mala voluntad, ni malas cuando lo son de una buena.
San Agustín, contra Iulianum 1, 13
Así como se sabe que de la mala voluntad no pueden brotar más que malas acciones (como sucede al árbol respecto de sus frutos), así, ¿de dónde dirás que procede la misma voluntad mala, sino porque la mala voluntad del ángel nace del ángel, como la del hombre nace del mismo hombre? ¿Qué eran estos dos, antes de que naciese en ellos la mala voluntad, sino una obra perfecta de Dios y una naturaleza digna de alabanza? He aquí por qué decimos que de lo bueno nace lo malo, pues no hay de dónde podría haber surgido sino es de lo bueno. Digo esto de la mala voluntad misma, pues ningún mal la precedió. No de las obras malas, porque ellas no nacen sino de una voluntad mala como de un árbol malo. Pero no proviene la mala voluntad de lo bueno -pues lo bueno ha sido hecho por el buen Dios- sino que proviene de la nada, no de Dios.
San Jerónimo
Preguntemos a los herejes, que admiten en sí mismos dos naturalezas contrarias si, según su modo de pensar, un árbol bueno no puede producir malos frutos, ¿cómo Moisés, árbol bueno, ha pecado junto a las aguas de la contradicción ( Núm 26,72), San Pedro negó al Señor en la pasión diciendo: "No conozco a ese hombre", y el suegro de Moisés, árbol malo que no creía en el Dios de Israel, le dio un buen consejo?
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 23,7
Como no había mandado castigar a los malos profetas, los amenaza con las penas que Dios suele aplicar, diciendo: "Todo árbol que no lleve buen fruto, será cortado y metido en el fuego". En estas palabras parece que designa a los judíos y por ello recuerda las palabras del Bautista, manifestándoles por medio de ellas la pena que les está preparada. Pues aquél había dicho esto mismo a los judíos cuando les hablaba del árbol cortado, recordándoles que sería arrojado al fuego eterno. Si alguno considera esto con atención, encontrará dos penas: una en el ser cortado y otra en el ser quemado. El que es quemado es también separado del reino, y por ello su pena es doble. Algunos sólo temen el infierno, pero yo digo que la pérdida de aquella gloria es mucho más dolorosa que la pena del infierno. ¿Qué mal (grande o pequeño) no experimentaría un padre por ver y tener consigo a su hijo amado? Consideremos esto respecto de aquella gloria. No hay hijo alguno tan grato para su padre como la adquisición de aquellos bienes, y el renunciarse para poder estar con Cristo. La pena del infierno es insufrible, es verdad, pero aun considerando diez mil infiernos, nada se podrá decir respecto a la pena que produce la pérdida del cielo y el ser aborrecido por Cristo.
Glosa
De la comparación mencionada deduce lo que ya antes había manifestado, diciendo: "Por los frutos de ellos los conoceréis".
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése entrará en el reino de los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿pues no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos los demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces yo les diré claramente: nunca os conocí. Apartaos de mí los que obráis la iniquidad". (vv. 21-23)
San Jerónimo
Así como había dicho antes que aun los que llevan el vestido de la buena vida no deben ser recibidos si hay maldad en sus enseñanzas, así ahora dice, por el contrario, que no debe oírse a los que, enseñando buena doctrina, la destruyen con sus malas obras. Una y otra cosa es necesaria a los que sirven al Señor: que las obras se prueben con las palabras y las palabras con las obras. Y por ello añade: "No todo el que me dice Señor, Señor", etc.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 24,1
En estas palabras parece que se dirige especialmente a los judíos, que ponen toda su atención en los dogmas. Por ello San Pablo los denuncia, diciéndoles en la segunda carta a los Romanos ( Rom 2,17): "Si, pues, te llamas judío y descansas en la ley", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Como ya nos había enseñado a distinguir los verdaderos y los falsos profetas por sus frutos, ahora ya nos manifiesta de una manera terminante cuáles son los frutos por medio de los que se distinguen los maestros buenos y los malos.
San Agustín, de sermone Domini, 2, 25
Debemos cuidar de no ser engañados en el nombre de Cristo por los herejes, o por los que lo entienden mal, o por los que aman el mundo, y por ello dice: "No todo el que me dice: Señor, Señor", etc. Pero veamos cómo puede concordar con esta sentencia aquella otra del Apóstol: "Ninguno puede decir: Señor Jesús si no lo dice inspirado por el Espíritu Santo". No podemos decir que aquellos que no entran en el reino de los cielos tienen el Espíritu Santo, pero el Apóstol puso propiamente esta palabra ( 1Cor 12,3): dice, para dar a conocer la voluntad y el entendimiento del que habla. Habla con propiedad aquel que manifiesta su voluntad y su pensamiento por medio de la voz. El Señor puso aquí en general la palabra decir. Parece que también dice aquel que ni quiere ni entiende lo que dice.
San Jerónimo
Es costumbre en la Sagrada Escritura el tomar los dichos por los hechos, según cuya interpretación dice el Apóstol: "Confiesan que conocen a Dios, pero lo niegan con los hechos" ( Tit 1,16).
Ambrosiaster, commentario de 1 Cor 12,3
Toda verdad, sea dicha por quien quiera, proviene del Espíritu Santo.
San Agustín, de sermone Domini, 2,25
No creamos que pertenece a aquellos frutos de que había hablado antes, si alguno dice a nuestro Señor: "Señor, Señor", y que por ello nos parezca que es árbol bueno, sino que aquellos frutos son cumplir el designio de Dios. Por ello sigue: "Sino el que hace la voluntad de Mi Padre", etc.
San Hilario, homiliae in Matthaeum, 5
El camino del reino de los cielos es la obediencia al designio de Dios, no el repetir su nombre.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Cuál sea el designio de Dios El mismo nos lo enseña: "Esta es la voluntad de Aquel que me envió, que todo el que ve a su Hijo y cree en El obtenga la vida eterna" ( Jn 6,40). La palabra creer afecta lo mismo a la confesión que a la acción. El que no confiesa o no vive, según la palabra de Jesucristo, no entrará en el Reino de los Cielos.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 24,1
No dijo: "El que hace mi voluntad", sino "la del Padre", porque, entre tanto, era conveniente decir esto para acomodarse a la ignorancia de aquéllos; mas ya por esto les insinuó ocultamente aquello: "No es otra la voluntad del Hijo que la del Padre".
San Agustín, de sermone Domini, 2, 25
Aquello tiene por objeto evitar que seamos engañados, no sólo en el nombre de Cristo por aquellos que tienen el nombre mas no los hechos, sino también por ciertos prodigios y milagros que Dios opera por medio de ellos a causa de los infieles. Nos advierte así que no nos dejemos engañar con tales obras, creyendo que hay alguna sabiduría invisible allí donde vemos el milagro, por lo cual añade y dice: "Muchos me dirán en aquel día".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 24,1
Ves cómo se introduce de una manera discreta; cuando ya hubo terminado su sermón, se presenta a sí mismo como juez. Que la pena afecta a los que pecan ya lo demostró antes, quién es el que castiga ya lo revela, diciendo: "Muchos me dirán en aquel día", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
A saber, cuando venga en la majestad de su Padre, cuando ya nadie se atreverá a defenderse con palabrería ni con mentira ni a contradecir a la verdad, cuando hablen las acciones de cada cual, las bocas se cierren, ni uno intervendrá por otro, sino que cada uno temerá por sí. En aquel juicio no habrá testigos aduladores de los hombres, sino ángeles veraces y el juez, el Señor lleno de justicia. Por eso expresó propiamente las angustias de los hombres que temen y la voz de los que sufren, diciendo: "Señor, Señor". Decir una sola vez: "Señor", no bastaría a aquel a quien aprieta la necesidad del temor.
San Hilario, homiliae in Matthaeum, 6
Presumen para sí la gloria por la virtud de su palabra, la profecía de la doctrina, la expulsión de los demonios y otras obras por el estilo, y por ello se prometen el Reino de los Cielos, diciendo: "Pues no profetizamos en tu nombre", etc.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 24,1
Pero hay algunos que dicen que éstos lo dijeron mintiendo y que por eso no se han salvado, pero que no se atreverían a decir lo mismo en presencia del juez. Mas la misma pregunta y su misma respuesta manifiestan que ellos hicieron estas cosas. Como aquí eran admirables haciendo milagros en presencia de todos y allí se ven castigados, admirados dicen: "Señor, ¿pues no practicamos muchas virtudes en tu nombre?", etc. Algunos dicen que cuando hacían milagros no obraban mal, sino después. Pero no consta que esto sea lo que el Señor quería demostrar, a saber, que ni los milagros ni la fe valen algo cuando la vida no es buena, como dice San Pablo: "Si tuviese una fe tan firme que traspasase los montes de un lado a otro, pero no tuviese caridad, nada soy" ( 1Cor 13,2).
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Considera que dicen en el nombre y no en el espíritu. Profetizan en el nombre de Cristo, pero con el espíritu del diablo, como son los que adivinan, pero se distinguen así porque el diablo dice a veces las cosas falsas, mientras que el Espíritu Santo nunca. Se puede conceder que el diablo diga alguna vez alguna verdad, con el fin de hacer creer sus mentiras con alguna verdad rara. Arrojan los demonios en nombre de Cristo teniendo el espíritu del demonio, mas no los arrojan sino que aparentan que los arrojan, entendiéndose en realidad con los demonios. Hacen cosas admirables, esto es, milagros no útiles y necesarios, sino inútiles y faltos de significación.
San Agustín, de sermone Domini, 2, 25
Léase cuanto hicieron los magos de Egipto, en contraposición a los milagros de Moisés.
San Jerónimo
El profetizar, hacer cosas admirables y arrojar los demonios (aun cuando sea por virtud divina) no constituye mérito alguno en aquel que ejecuta tales cosas, sino que, o la invocación del nombre de Cristo hace esto, o se concede para condenación de aquellos que lo invocan, o para utilidad de los que ven u oyen tales prodigios. Para que ellos, aunque desprecien a los hombres que hacen tales signos, honren, sin embargo, a Dios, con cuya invocación tantos milagros se hacen. Saúl ( 1Sam 10), Balaán ( Núm 23) y Caifás ( Jn 11) vaticinaron; y según leemos en los Hechos de los Apostóles ( Hech 19), los hijos de Sceva arrojaban los demonios en la apariencia, y el apóstol Judas se dice que hizo también muchos prodigios entre los demás apóstoles, cuando ya había concebido la idea de ser traidor.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 24,1
Como no todos eran aptos para todo, y mientras unos tenían una vida pura y no tan grande fe, en otros sucedía lo contrario, el Señor convertía a los primeros por los últimos para que mostrasen mucho la fe. Evocaba a éstos por el inefable don de los milagros, para hacerlos mejores, y como les concedía esta gracia con gran abundancia, dicen, pues: "Hemos hecho muchos milagros". Mas como fueron ingratos con Aquel que así los honró, con razón siguen las siguientes palabras: "Y entonces yo les diré claramente nunca os conocí".
San Jerónimo
Con intención dijo: "Y entonces yo les diré claramente", lo cual había callado mucho tiempo antes.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Una gran paciencia precederá a esta gran cólera de Dios, que hará más justo el juicio y más merecido el castigo de los culpables. Debe tenerse en cuenta que Dios desconoce a los pecadores, porque se han hecho indignos de que los conozca; no porque no los conozca en absoluto, sino porque no los reconoce como cosa propia. Dios conoce a todos naturalmente, pero aparenta no conocer a éstos. Así como también parece que no conocen a Dios los que no le adoran dignamente.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 24,1
Dice, pues, el Señor a éstos: "¿Acaso os conocí?" Como si, no solo no los conozca en el día del juicio, sino que tampoco los conocía cuando hacían milagros: a muchos tienen ya odio aquí y los separa antes de castigarlos.
San Jerónimo
Observa también lo que dice el Salvador: "Que nunca os he conocido". Esto lo dice contra algunos que afirman que los hombres se han conducido siempre como criaturas racionales.
San Gregorio Magno, Moralia, 20, 9
En esta sentencia se da a conocer que entre los hombres debe tenerse en gran veneración la humildad de la caridad y no las apariencias de las virtudes. Por esto la Iglesia aun en esta vida desprecia los milagros de los herejes, si es que hacen algunos, porque no reconoce en ellos cosa alguna de santidad. La prueba de la verdadera santidad no consiste en hacer cosas aparatosas, sino en amar al prójimo como a sí mismo. Acerca de Dios debemos tener los mejores sentimientos, acerca del prójimo debemos pensar mejor que de nosotros mismos.
San Agustín, contra adversarium legis et prophetarum libri, 2, 4
No puede creerse que Dios diga lo que llevamos dicho, refiriéndose a los santos profetas, como quieren los maniqueos. Esto lo dijo refiriéndose a aquellos que, después de predicado el Evangelio, hablan en nombre de El sin saber lo que dicen.
San Hilario, homiliae in Matthaeum, 6
Así se han gloriado a sí mismos los hipócritas, como si lo que hacían o decían procediese solamente de ellos y no lo hiciese todo la virtud de Dios invocada. Esta doctrina ilustra la lectura del Evangelio, y el nombre de Cristo atormenta allí a los demonios. En nuestra mano está la consecución de aquella eternidad bienaventurada. Pero es necesario que pongamos de nuestra parte algo, como puede ser el querer el bien, evitar lo malo, y que hagamos con más gusto lo que el Señor quiere, que aquello que nos agrada, para que así podamos alcanzar la gloria. Rechazando el Señor a aquéllos por las obras de iniquidad, les dice: "Separaos de mí todos los que obráis la iniquidad".
San Jerónimo
No dijo: "Los que habéis obrado la iniquidad", para que no pareciese que prescindía de la penitencia, sino: "Los que obráis", esto es, hasta este mismo momento en que ha llegado la hora del juicio. Pues aunque no tengáis ya facultades para pecar, conserváis el afecto del pecado.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 19
Porque la muerte separa el alma del cuerpo, pero no cambia las disposiciones de aquélla.
LOS FALSOS PROFETAS Y LAS FALSAS
DOCTRINAS, EL NUEVO EVANGELIO….
No solo Cristo en el Evangelio anuncia y denuncia la aparición de Falsos
Maestros, Profetas y Pastores, sino también San Pablo:
Proclama la Palabra, insiste a tiempo
y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no
soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se
harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus
oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. (II Tim 4 2-4)
y
Ten presente que en los últimos días
sobrevendrán momentos difíciles; los hombres serán egoístas, avaros,
fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos,
irreligiosos, desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos,
despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, infatuados, más amantes
de los placeres que de Dios, que tendrán la apariencia de piedad, pero
desmentirán su eficacia. Guárdate también de ellos. (II Tim 3
1-5)
y
El mismo «dio» a unos el ser
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y
maestros, para el recto ordenamiento de
los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo
de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento
pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la
plenitud de Cristo. Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y
zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y
de la astucia que conduce engañosamente al error… (Ef 4 11-14)
y
Me maravillo de que abandonando al
que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio - no que haya otro, sino que hay algunos que
os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -. Pero aun cuando
nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que
os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como lo tenemos dicho, también ahora lo
repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido,
¡sea anatema! Porque ¿busco yo ahora el
favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si
todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo. Porque os hago saber, hermanos, que el
Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre
alguno, sino por revelación de Jesucristo." (Ga 1 11ss)
y
Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son
Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección
ya se efectuó y trastornan la fe de algunos. (II Tim 2 17)
y
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de
vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño; y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí discípulos.
(Hch 20 29-30)
San Pedro denuncia también los Falsos Profetas
Hubo también en el pueblo falsos
profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías
perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una
rápida destrucción. (II Pe 2 1ss)
Judas Tadeo
Judas Tadeo
Porque algunos hombres
han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados
para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios
en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro
Señor Jesucristo. (Judas 1 4)
Hay gran cantidad de material también en la Tradición, Magisterio,
dichos de los Santos y Doctores de la Iglesia sobre los Falsos Pastores y profetas.
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Reproducimos ahora nuestro comentario
al II Domingo después de Pascua, del Buen Pastor, porque viene a cuento:
EL VERDADERO PASTOR Y EL ESPÍRITU DE
SACRIFICIO
Dice
el Evangelio:
Dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el buen Pastor. El buen
Pastor da su vida por sus ovejas. Pero el mercenario, el que no es pastor
propio, como no son suyas las ovejas, en viendo venir al lobo, desampara las
ovejas y huye, y el lobo las arrebata y dispersa el rebaño; el mercenario huye,
porque es asalariado y no tiene interés en las ovejas.
Pastor
por antonomasia es Cristo, pero también los designados por Él en la Iglesia:
Papa, Cardenales, Obispos y Sacerdotes, también religiosos en la medida que dan
ejemplo, y también un escalón mas abajo, padres de familia. Si se quiere hasta
los políticos tienen cierta responsabilidad de pastores, habida cuenta de que
sus decisiones afectan el plano espiritual.
Jesús
vino al mundo despojado y a despojarse; a humillarse por el hombre de cara a su
rescate; a sufrir y ser levantado en la Cruz. A negarse a si mismo.
FILIPENSES
II, 6-11
«5. Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: 6.
El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
7. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose
semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; 8. y se humilló
a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. 9. Por lo cual Dios
le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10. Para que al
nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los
abismos, 11. y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de
Dios Padre.»
En
el Evangelio de San Juan, en Jerusalén, inmediatamente antes de la Pasión:
Si el grano de trigo no muere, no tiene fruto…
Y
en los sinópticos:
El que gane su vida en el mundo, la perderá; y el que pierda su
vida por Mí, la ganará.
Queda
absolutamente claro que el Pastor debe sacrificarse por sus ovejas.
El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su
cruz y sígame…
Hasta
el discípulo está bajo el sino de la entrega de sí mismo en orden a la
salvación; cuanto mas el Pastor.
Ahora
bien, luego del II Concilio Vaticano la interpretación progremodernista,
rhaneriana y personalista de la Escritura, ahora con un mundo que deja de ser
enemigo y se vuelve amiguito genial y Maestro al que hay que seguir y al que
hay que ser fiel (Cf. Rhaner), el espíritu de sacrificio cristiano, aquel que
surge en respuesta al rechazo, el vilipendio, la segregación, la persecución y
el martirio por parte del mundo, dejó de tener sentido. Es una rémora
oscurantista, pesimista y negativa de aquella iglesia arcaica, violenta y
torpe, fanática y poco comprensiva anterior al II Concilio: Iglesia que se
equivocó por 1962 años pero fue rectficada por el Concilio y su luz.
Ya
vemos que esta idea tan insensata que ha perdido el rastro no solo de la buena
Doctrina y el sensus fidei, sino hasta del sentido común, queda plasmada
en el Discurso de Inicio del II Concilio Vaticano (3), donde se proclama que
Ha llegado la Era de la Misericordia
No se penalizarán los errores..
La Iglesia no quiere ser mas profeta de desgracias…
Los hombres se dan cuenta solos de los errores…
Pelagianismo,
buenismo insensato y estúpido, abdicación de la Potestad correctiva, optimismo
histórico theilardiano…Este espíritu informará a los pastores post conciliares…
El
pastor conciliar, impregnado de ecumenismo y admiración por el Mundo, tiene
como prioridad quedar bien con el mundo, antes que cuidar un rebaño de enemigos
que para él no existen…
Hay
que mencionar también que para el progremodernismo, la oración perseverante
ante el Santísimo (en el cual no suele creer); la penitencia, la austeridad, no
tienen sentido: son resabios absurdos de culturas arcaicas y poco evolucionadas.
Pues
bien, con estas premisas iniciales, ya cae el espíritu de sacrificio de los
Pastores. Ese espíritu cristiano fuerte y viril para afrontar incomprensiones y
rechazos, para nadar contracorriente y afrontar, segregaciones, persecuciones y
martirio.
Cae
el espíritu de sacrificio porque se adopta un buenismo ingénuo de cara al
mundo, ese mundo que en la Revelación, pero también, en la realidad de la
Historia del cristianismo, es siempre el que pone al cristiano en situaciones
que reclaman para ser fiel, espíritu de sacrificio.
Entonces
los pastores imbuidos de las premisas conciliares, del espíritu conciliar
-aquella especie de metamagisterio que va mas allá de los textos haciendo pie
en las premisas, y que se vuelve Dogma- ya están privados del esencial espíritu
sacrificio.
Agreguemos a esto que el progremodernismo que invadió los
seminarios y la teología católica ya no
cree en el Lobo (el Diablo), entonces desaparece el peligro
para el Rebaño…
Tenemos
también la mentalidad modernista, vago panteísmo donde se borran las
dualidades: Trascendente-Inmanente; Gracia-Naturaleza, Sobrenatural-Natural;
Dios-creación….y en ciertas influencias de Carl Jung, Bien-Mal…..
El
mismo Ratzinger admite que Gaudium et Spes es el Contra-Syllabus, puesto que
anula a aquel viejo Magisterio que sirvió para una época, pero ya no sirve, en
el cual La Iglesia hacía énfasis en las dualidades fatídicas…
Lo que queda al pastor con esta
fe es procurar insertarse en la Historia; ser un hombre de su
tiempo y su paradigma; ser un Ciudadano
del Mundo…Ya que el Mundo, en esta idea integradora y
neohegeliana, ocupa el lugar de Dios…
En
las condiciones de esta cosmovisión, el clásico, realista y revelado espíritu
de sacrificio cristiano, no tiene cabida obviamente.
Por lo cual se cae de madura la conclusión que el II Concilio
Vaticano, con sus textos y su
Espíritu, fue un fabricante en serie de pastores sin espíritu
de sacrificio. De pastores incompletos…..por calificar con suavidad…
Finalmente
podríamos decir que para el pastor progremodernista conciliar el enemigo deja
de ser el Lobo y es enfocado en el católico tradicional y fiel, que sigue con
sus advertencias, soteriologías y escatologícas apocalípticas, siendo profeta
de desgracia y juzgando errores doctrinales. Sobre todo, el enemigo se focaliza
en el Pastor Fiel, verdadero, hacia quien los pastores incompletos apuntan su
artillería pesada. Cualquier semejanza de esto con la realidad de la época de
Lefebvre, no es coincidencia.
Con
esta clase de pastores, no es necesario explicar porqué las ovejas, como nunca,
deambulan ciegas, inermes, presas fáciles del lobo.
Están como ovejas sin Pastor….
Sabemos
sin lugar a dudas que hoy la enorme masa de bautizados -que va decreciendo por
la apostasía, en proporción a la población mundial total- es como nunca
ignorante de la Fe que dice profesar. Y ni hablar de su alejamiento de la
práctica cristiana.
Hace falta
decir, que hacen falta Pastores verdaderos? Fieles a la Verdad, a la Sana
Doctrina, al sano culto, a los Sacramentos?
Sin
estos pastores en serio, la masa de ovejas es devorada por el Lobo que tiene
mas libertad y mas alimento que nunca.
El
pastor conciliar progremodernista ya no busca recompensa en un Cielo
trascendente que para él no existe. Eso es alienación. La recompensa la da la
Realidad Actual: el Mundo.
El pastor conciliar progremodernista no quiere ser profeta de
desgracias; no quiere ser
pesimista, no quiere ser aguafiestas, no quiere ser fanático, no quiere ser antiguo….Por lo tanto,
no denuncia, no alerta a los fieles de peligros espirituales, que agreguemos,
para él tampoco existen. Solo quiere difundir buena onda, optimismo,…espíritu
positivo de integración con la realidad del mundo. (4)
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Para ir
terminando el tema tan actual y candente de los falsos pastores, intentamos señalar
la tendencia clara de la vía doctrinal de los pastores malos, falsos, herejes,
etc,, la tendencia, decíamos, de asimilación de su doctrina con la Revolución
anticristiana.
Reproducimos un
pequeño escrito nuestro sobre esto: (5)
El Falso Profeta, el falso pastor, el Mal Pastor- aunque sea legítimamente
ordenado -siempre van a favor del movimiento de la Revolución anticristiana: el
Mysterium Iniquitatis.
Que incidencia tiene la Revolución en la Iglesia, su Culto, su Doctrina?
Desde 1789 el Humanismo antropocéntrico reemplazó a Dios por el hombre.
La Trascendencia por la Inmanencia, la Revelación por la Ciencia, la Fe por la
Razón, la Escatología cristiana por el Optimismo Histórico inmanente.
La certeza de la fe por el agnosticismo.
El Realismo objetivo para ver a Dios por el nominalismo oscuro y
borroso, confuso y caótico, disolutor de toda verdad revelada...
Ahora el neomodernismo ha cambiado y se ha vuelto subjetivista e
irracional; fenomenológico y existencialista.
Siempre en contra de las potencias superiores humanas en su mas alta
función: intelecto y voluntad para la Fe y el Amor.
Ahora la Revolución preconiza sentimiento, subjetividad, acción ciega en
busca del ser...
En el tema de la disciplina interna, la Iglesia siempre reprimió los
errores y las disidencias. Así debe ser: es justicia y autodefensa.
La Revolución siempre ha tratado de introducir en el Derecho Canónico un
Garantismo exagerado y liberal que absolutiza los derechos de los disidentes y
conspiradores internos. Y ha logrado introducir en el Magisterio un buenismo
ingénuo, estúpido y suicida, así como un pelagianismo asombroso...Ha logrado
que la Iglesia abdique de su Potestad correctiva hacia su interior...
En la relación con el poder mundano, en Doctrina por lo menos, la
Iglesia siempre fue consciente de su independencia y autonomía del mundo. La
Iglesia siempre tuvo el imperativo de instaurar en el mundo el Reinado
sociopolítico de Cristo.
En este punto, la Revolución siempre presionó para la aceptación del
Laicismo liberal-masónico indeferentista y su consecuente libertad religiosa
bajo el pluralismo democrático y la abdicación de la Iglesia de instaurar el
Reino sociopolítico de Cristo en el mundo.
En lo Doctrinal siempre la Revolución presionó para hacer mas laxa y
humana la Doctrina moral, que se vió como bárbaramente exigente, inhumana y
cruel; desconociendo el poder de la Gracia. En cuanto a la relación con las
ciencias, la Iglesia siempre supo y sostuvo la primacía de la Revelación divina
sobre la Ciencia humana y el imperativo de esta última de someterse a aquella.
La Revolución ha pugnado y la logrado primero la autonomía sana de la ciencia,
luego su primacía sobre la Revelación que se ve ya como mitología y
superstición...
En lo cultual, la Revolución, en consonancia, brega por horizontalizar,
naturalizar, vaciar de Sacrificio el Culto; la Misa. Sacar a Dios del centro y
poner al hombre.
En la Misa Católica todos miran al Santísimo, a Dios, con el Sacerdote
adelante de todos como primicia; en una imagen bella, intemporal, cargada de
verdad eterna.
En el Novus Ordo, Sacerdote y fieles se miran entre sí, y Dios atrás, o
a un costado, insignificante...
El cambio es claro: la Revolución ha puesto su mano deletérea.
Es claro el triunfo de la Revolución en el II Concilio Vaticano, su
Doctrina y su Culto.
El criterio para discernir a los falsos pastores es, entonces, su
relación con la dirección revolucionaria anticristiana: si van en esa dirección
es obvia su falsedad y protervia. (5)
Podemos extraer entonces algunas notas esenciales sobre el Mal Pastor:
·
Apariencia de piedad, parecen
corderos pero su doctrina es del enemigo (Cf Ap)
·
Demagogia:
tergiversación de la Verdad, para
agradar al mundo
·
Facilismo y camino
ancho: humanización y atenuación de la Ley Moral
·
Adaptación al mundo,
inmanentización, aterrizamiento
·
Humanismo
DE NUEVO SANTOS PADRES
Veamos algunas
consideraciones de los Santos Padres sobre esto:
San Gregorio, ut supra
Hay
muchos que con razón no merecen el nombre de pastor, porque prefieren la
recompensa terrestre a las ovejas. No puede llamarse pastor, sino mercenario,
aquel que apacienta las ovejas del Señor por una recompensa pasajera y no por
un amor íntimo; es mercenario el que ocupa el lugar del pastor, pero no busca
el bien de las almas, desea con ansia las comodidades de la tierra, y se alegra
con los honores de la prelacía.
San
Agustín, in Joanem tract 46
He
aquí que el lobo coge a la oveja por la garganta; el diablo induce al adulterio
al alma fiel; debe rechazársele, pero rechazado, será enemigo, pondrá
asechanzas, hará tanto mal cuanto pudiere. Te callas, no le increpas; has visto
venir al lobo y has huido; permaneciste con el cuerpo, huiste con el ánimo,
porque el alma se mueve por los sentimientos, ensanchándose con la alegría,
constriñéndose por la tristeza, marchando por el deseo y huyendo por el temor.
Para finalizar,
digamos que el Falso Pastor de hoy, moderno, modernista, progresista,
es laxo, actualizado al mundo, no es
exigente ordinariamente sino todo lo contrario. Es optimista, bien terrenal, realista,
con el realismo craso, inmanente, aterrizado, de Sancho Panza..Es difusor de buena
onda; es cultor de la evolución, de la novedad, de la sorpresa,
del cambio, de un Nuevo Evangelio; de Nuevos Tiempos, Nuevas Eras….Era
de la Misericordia….Nuevo Paradigma…
Todos los falsos pastores de todos los tiempos son como precursores, como fenómenos in crescendo que se van perfeccionando como ensayos históricos del Mal, de Satanás, hasta llegar al Falso Profeta por antonomasia de los últimos tiempos; aquel que integrará la siniestra Trinidad Satánica, junto con el Anticristo y el Diablo. Aquel que incluso actuará portentos preternaturales impresionantes como nunca se vieron; probablemente fusión del poder diabólico con la técnica humana: todo esto en favor de la eclosión final del Mal en el Nuevo Orden Mundial anticristiano: la fascinación y sumisión al Mal de todos los habitantes del planeta (menos los pocos católicos fieles que queden) en el totalitarismo mas atroz y sanguinario que jamás se ha visto ni pensado. La Trinidad maligna será adorada, como relata el Apocalipsis, so pena de muerte. Se reemplazará la adoración de Dios, por la del Diablo y el Hombre.
Seguramente el Falso Profeta será un hombre brillante, genial, elocuente; sobresaliente incluso en su apariencia física, completando así su poder de seducción maligno; que vendrá desde el ámbito religioso (Bestia de Tierra en Ap.), será un Obispo apóstata de la Iglesia, sostienen algunos Santos Padres...Su misión será hacer enfilar la atención del mundo hacia el Hombre de Pecado, el Ánomos, aquel que pretenderá reemplazar a Cristo...La misión del Falso Profeta, entonces, será dar testimonio del Anticristo, con palabra y poder diabólicos.
Recomendamos la lectura de Los Papeles de Benjamín Benavidez, de Leonardo Castellani (6)
Todos los falsos pastores de todos los tiempos son como precursores, como fenómenos in crescendo que se van perfeccionando como ensayos históricos del Mal, de Satanás, hasta llegar al Falso Profeta por antonomasia de los últimos tiempos; aquel que integrará la siniestra Trinidad Satánica, junto con el Anticristo y el Diablo. Aquel que incluso actuará portentos preternaturales impresionantes como nunca se vieron; probablemente fusión del poder diabólico con la técnica humana: todo esto en favor de la eclosión final del Mal en el Nuevo Orden Mundial anticristiano: la fascinación y sumisión al Mal de todos los habitantes del planeta (menos los pocos católicos fieles que queden) en el totalitarismo mas atroz y sanguinario que jamás se ha visto ni pensado. La Trinidad maligna será adorada, como relata el Apocalipsis, so pena de muerte. Se reemplazará la adoración de Dios, por la del Diablo y el Hombre.
Seguramente el Falso Profeta será un hombre brillante, genial, elocuente; sobresaliente incluso en su apariencia física, completando así su poder de seducción maligno; que vendrá desde el ámbito religioso (Bestia de Tierra en Ap.), será un Obispo apóstata de la Iglesia, sostienen algunos Santos Padres...Su misión será hacer enfilar la atención del mundo hacia el Hombre de Pecado, el Ánomos, aquel que pretenderá reemplazar a Cristo...La misión del Falso Profeta, entonces, será dar testimonio del Anticristo, con palabra y poder diabólicos.
Recomendamos la lectura de Los Papeles de Benjamín Benavidez, de Leonardo Castellani (6)
Pero la Palabra
de Dios, la Verdad, que es Cristo, es Inmutable. Cristo es el mismo ayer, hoy y
por toda la Eternidad. Cielo y tierra pasará pero su Palabra no pasará. Nada
hay que inventar, sino ser fiel a la Revelación: esa fidelidad a la Revelación
es la piedra de toque para discernir al Buen Pastor del Malo. El Señor nos
pille confesados.
6) https://radiocristiandad.files.wordpress.com/2017/12/p-castellani-papeles-de-benjamin-benavides.pdf
PUBLICACIÓN EN ADORACIÓN Y LIBERACIÓN, ACÁ
Dice el Padre Castellani que cuando se trata de < HEREJÍAS NUEVAS > NO BASTA EL CATECISMO.
ResponderEliminarEs por esto que Ud. Juan con sus consideraciones semanales, en especial la del día de hoy sobre los malos pastores, es valiosa,, importante!! ... las citas Biblicas... la postura de los Padres de la Iglesia... el análisis a fondo sobre cada una de estas nuevas herejías que nos confunden y alejan de la verdad.
A lo largo de cada artículo en este Blog nos enseña sobre cada herejía y sus nefastas consecuencias. Con Doctrina, Magisterio y Tradición.
A falta de buenos pastores, los que no tienen mas que el Novus Ordoo o Pastores legítimos y buenos pero que carecen de valentía y se mantienen correctos ante el Sistema, para que
< NO les quiten o cierren su Capilla >
Obligando a los feligreses a mantenerse quietos en falsa obediencia bajo la amenaza de sus " buenos" pastores de perder el lugar donde acudir a Misa Tridentina y recibir Sacramentos válidos.
Gracias por compartir cada Domingo sus profundos Comentarios.
Gracias Ana por tu consideración. Solo diría que esos "buenos" ignorantes y genuflexos o temerosos del sistema mas que de dios, no son tan buenos.
EliminarPor los frutos los conocerán.....Frutos del II Concilio: Papado de Francisco. Frutos anteriores con los otros Papas: confusión, apostasía, defección de sacerdotes y religiosos, caída de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Masa de bautizados ignorante. Seminarios infiltrados que no enseñan catolicismo. Curas ignorantes que son animadores comunitarios y no saben lo que es ser sacerdote...Herejes pululando en todas partes impunemente....Encubrimientos de todo tipo de degeneraciones....
ResponderEliminarAsí es Mary; Quien no ve los frutos nefastos de los pésimos pastores posteriores a Pío XII es un miope y un necio. La realidad habla por sí misma.
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