Digámoslo una y mil veces:
Después de emitir Documentos como Dignitates Humanae, Nostra Aetate, Gaudium et Spes, Lumen Gentium...
Después de vaciar e inutilizar la Misa con la Reforma Litúrgica..
Después de arruinar el Derecho Canónico con la introducción del Garantismo...
Después de introducir aberraciones en el Catecismo...
Después de arruinar el Padrenuestro...
Después de enrarecer el Rosario.....
Después de haber bendecido la deletérea teología personalista...
Después de no haber hecho nada para combatir la infiltración modernista y marxista en los seminarios...
Después de haber echado una siniestra manta de piedad sobre una cantidad de hechos monstruosos...
Todo lo que pasa hoy no nos puede asombrar.
No nos puede asombrar.
Hay que hacer memoria y verificar lo que hicieron los Santazos conciliares desde Juan XXIII hasta ahora.
Y esto no nos puede asombrar: esta realidad atroz que vemos hoy es la consecuencia lógica, el resultado, el fruto, de una cantidad de decisiones y omisiones desde 1962.
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