Fatiga leer y escuchar esa estupidez de que los fariseos conocían mucho a Dios y la Escritura, pero eran malos. Este aparatoso error lo vinculan los estultos progremodernistas y neocatólicos lights con aquello que el conocimiento de Dios y la Escritura no solo no es necesario sino que es peligroso; o que hasta es malo.
Los fariseos NO CONOCÍAN A DIOS. Lo dice Cristo mismo; por eso no lo aceptaban a Él. Tampoco conocían la Escritura en el profundo sentido del concepto CONOCER. Su acercamiento a la Escritura era méramente natural, casuístico y nemotécnico: Se les escapaba el sentido profundo e interior y sobrenatural, al igual que a los progremodernistas de hoy:
"Por respetar las tradiciones de sus antepasados tergiversan el Mandamiento de Dios!
En vano me rinden culto porque lo que enseñan no es mas que mandamientos humanos!...."
Es decir, que el conocimiento de Dios, de la Escritura, de la Tradición y el Magisterio, no solo es bueno, sino que es absolutamente necesario para establecer una relación con Cristo y para salvarse:
"El que me ama guardará mi Palabra...
El que me ama cumplirá mis Mandamientos.....
El que dice que ama a Dios y no cumple sus mandamientos es un mentiroso."...
Mi pueblo perece por falta de conocimiento!
.
No hay amor sin conocimiento. No se puede amar algo que no se conoce. Y a Cristo se lo conoce por la Fe. Y la Fe llega por la Predicación de la Palabra de Verdad, como dice San Pablo. Se consolida en el encuentro en la Eucaristía, ámbito privilegiado de encuentro con Cristo.
"La Verdad los hará Libres"
Fuera de esto, desconectado de la Verdad Revelada, del conocimiento de la Revelación y la Palabra, toda pretensión de amor Cristo es Mentira; todo supuesto experiencialismo de Cristo sin Verdad, sin Culto verdadero y Revelación es Mentira, locura, subjetivismo, fideísmo, sugestión enfermiza.
En vano me rinden culto porque lo que enseñan no es mas que mandamientos humanos!...."
Es decir, que el conocimiento de Dios, de la Escritura, de la Tradición y el Magisterio, no solo es bueno, sino que es absolutamente necesario para establecer una relación con Cristo y para salvarse:
"El que me ama guardará mi Palabra...
El que me ama cumplirá mis Mandamientos.....
El que dice que ama a Dios y no cumple sus mandamientos es un mentiroso."...
Mi pueblo perece por falta de conocimiento!
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No hay amor sin conocimiento. No se puede amar algo que no se conoce. Y a Cristo se lo conoce por la Fe. Y la Fe llega por la Predicación de la Palabra de Verdad, como dice San Pablo. Se consolida en el encuentro en la Eucaristía, ámbito privilegiado de encuentro con Cristo.
"La Verdad los hará Libres"
Fuera de esto, desconectado de la Verdad Revelada, del conocimiento de la Revelación y la Palabra, toda pretensión de amor Cristo es Mentira; todo supuesto experiencialismo de Cristo sin Verdad, sin Culto verdadero y Revelación es Mentira, locura, subjetivismo, fideísmo, sugestión enfermiza.
Esa inquina a la formación buena en el magisterio y tradición sobre todo (el modernista suele agarrarse (mal) solo de la biblia, como los protestantes) es típica del neocatólico progremodernista light....que preconiza una "sana ignorancia"...…...ignorancia religiosa que implica tibieza, mediocridad, desamor a cristo.....salvo caso de ignorancia invencible, hoy improbable.
ResponderEliminarExacto; bien dicho.
EliminarPor eso necesitan del aparicionismo porque no tienen formación, no quiero decir con eso que las apariciones verdaderas de la VM no sean importantes, si lo son, pero por lo general el aparicionismo es a gusto del consumidor y sin una finalidad concreta como lo tienen si las verdaderas apariciones.
ResponderEliminarEn realidad los fariseos se habían inventado más de seiscientos preceptos, los que Jesucristo les enrostraba como cosa de hombres y los protestantes asi como los neocones lo aplican sin darse cuenta a la formación Doctrinal o preconciliar. Pero bien que ellos como neocones tienen su dogma en el vaticano dos al cual se aferran con uñas y dientes, y ese conciliábulo si que es cosa de hombres.
ResponderEliminarAsi los fariseos anteponían sus propios preceptos a los de Dios, como por ejemplo la ley korbán por la cual consagraban sus bienes al templo y con esa excusa dejaban de ayudar a sus padres ancianos, o sea no los honraban que es uno de los mandamientos.
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