SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
I clase, blanco
Gloria, Credo y prefacio común
La Iglesia, que en el transcurso del año va celebrando una por una las fiestas de sus santos, los reúne hoy a todos en una fiesta común. Además de los que puede llamar con su nombre, evoca en una grandiosa visión a toda una muchedumbre incontable de Santos «de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el cordero, revestidos de blancas vestiduras y con palmas en la mano», que aclaman al que con su sangre los ha rescatado.
La fiesta de Todos los Santos ha de colmarnos de una gran esperanza. Entre los santos del cielo hay algunos a quienes hemos conocido. Todos han vivido en la tierra una vida semejante a la nuestra. Bautizados, marcados con el sello de la fe, fieles a las enseñanzas de Cristo, nos han precedido en la patria celestial y nos invitan a reunirnos con ellos. El evangelio de las bienaventuranzas, al mismo tiempo que proclama su felicidad, nos muestra el camino que han seguido; no hay, ciertamente, ningún otro que nos lleve a donde ellos están.
La «conmemoración de todos los Santos» se comenzó a celebrar en Oriente. En el siglo VIII se la encuentra ya en Occidente en diferentes fechas. El martirologio romano elogia al papa Gregorio IV (827 – 844) por haberla extendido a toda la cristiandad; parece, sin embargo, que el papa Gregorio III (731-744) le había precedido en esta decisión. Por otra parte, en Roma se celebraba ya el 13 de mayo la dedicación de la basílica de Santa María y de todos los mártires; es decir, del Panteón, templo de Agripa, dedicados a todos los dioses del paganismo, al cual había hecho trasladar el papa Bonifacio IV numerosas osamentas de las catacumbas. Esto explica por qué tantos textos de la misa de hoy han sido tomados de la liturgia de los mártires. El papa Gregorio VII trasladó el aniversario de esta dedicación al 1º de noviembre.
TEXTOS DE LA SANTA MISA
Introito.- Sal 32,1.- Gocémonos todos en el Señor, celebarndo esta fiesta en honor de todos los santos, de cuya solemnidad se alegran los ángeles y aclaman al Hijo de Dios. Salmo. Regocijaos, justos, en el Señor; a los rectos compete la alabanza. V/. Gloria al Padre.
Colecta.- Omnipotente y sempiterno Dios, que nos has dado celebrar en una misma solemnidad los méritos de todos sus santos; te rogamos, por la intercesión multiplicada de los mismos, nos concedas la anhelada abundancia de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Epistola.- Apoc. 7, 2-12. La cifra de ciento cuarenta y cuatro mil (el cuadrado de doce multiplicado por mil) simboliza la multitud de los fieles de Cristo; la muchedumbre de la que se trata despues, con vestiduras blancas y la palma en sus manos.
En aquellos días, yo, Juan, vi subir del oriente a un ángel que llevaba el sello de Dios vivo, el cual púsose a gritar con voz poderosa a los cuatro ángeles a quienes se les ha dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, y les dijo: no hagáis mal a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos puesto la señal en la frente a los siervos de nuestro Dios. Y oí la enumeración de los que estaban señalados: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá estaban señalados doce mil; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil; de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil; de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benajamín, doce mil estaban señalados. Después de esto, vi aparecer una muchedumbre innumerable, que nadie podía enumerar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que permanecían ante el trono y ante el Cordero, revestidos de blancas vestiduras y con palmas en las manos. Y exclamaban con poderosa voz: Victoria a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles permanecían en círculo alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro animales y cayeron luego sobre sus rostros ante el trono y se postraron ante Dios, diciendo: Amén, bendición, gloria y sabiduría y acción de gracias; honor y poderío y fortaleza a nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Gradual.- Salm 33, 10.11 .Temed al Señor, todos vosotros sus santos ; porque nada faltará a los que le temen. Los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno.
Aleluya, aleluya.- Mat 11, 28. Venid a mí todos los que os encontráis fatigados y agobiados; y yo os aliviaré. Aleluya.
Evangelio.- Mat 5, 1-12. He aquí delineado por el mismo Cristo el ideal de la perfección cristiana. Dejándose conducir por la gracia de Dios según este ideal es como se camina hacia el cielo.
En aquel tiempo: Viendo Jesús a las turbas, subióse a un monte y como se hubo sentado, se le acercaron sus discípulos. Abriendo entonces su boca, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los manos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que hacen obra de paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os ultrajen y os persgan y digan todo mal contra vosotros por mi causa. Gozaos entonces y alborozaos, porque es grande vuestra recompensa en los cielos.
Ofertorio.-Sab. 3, 1-3. Las almas de los justos están en las manos de Dios y nos les tocará el tormento alguno ; a los ojos de los insensatos pareció que morían, mas ellos descansen en paz, aleluya.
Secreta. Te ofrecemos, Señor, los dones de nuestra devoción: que ellos te sean gratos por el honor que rinden a todos los santos y para nosotros se conviertan, por tu misericordia, en fuente de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
Comunión.- Mt 5, 8-10. Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios; bienaventurados los q hacen obra de paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios; bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Poscomunión.- Te rogamos, Señor, concedas a los pueblos que en ti creen la gracia de celebrar con alegría la fiesta de todos los santos y contar con la perpetua protección de sus plegarias. Por nuestro Señor Jesucristo.
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Postcomm-Solémns
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Evangelio
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Die 1 Novembris
In Festo Ómnium Sanctórum
In Festo Ómnium Sanctórum
Introitus: Sedulius
Gaudeámus omnes in Dómino, diem festum celebrántes sub honóre Sanctórum ómnium: de quorum solemnitáte gaudent Angeli, et colláudant Fílium Dei. [Ps. xxxii: 1] Exsultáte, justi, in Dómino: rectos decet collaudátio. v. Gloria Patri,
Oratio:
Omnípotens sempitérne Deus, qui nos ómnium sanctórum tuórum mérita sub una tribuísti celebritáte venerári: quǽsumus, ut desiderátam nobis tuæ propitiatiónis abundántiam, multiplicátis intercessóribus largiáris. Per Dóminum.
Apoc. vii: 2-12
Léctio libri Apocalýpsis beáti Joánnis Apóstoli:
In diébus illis: Ecce ego Joánnes vidi álterum Angelum ascendéntem ab ortu solis, habéntem signum Dei vivi: et clamávit voce magna quátuor Angelis quibus datum est nocére terræ et mari, dicens: Nolite nocére terræ, et mari, neque arbóribus, quoadúsque signémus servos Dei nostri in fróntibus eórum. Et audívi númerum signatórum centum quadragínta quátuor míllia signáti ex omni tribu filiórum Israël. Ex tribu Juda duódecim míllia signáti. Ex tribu Ruben duódecim míllia signáti. Ex tribu Gad duódecìm míllia signáti. Ex tribu Aser duódecim míllia signáti. Ex tribu Néphthali duódecìm míllia signáti. Ex tribu Manásse duódecim míllia signáti. Ex tribu Símeon duódecim míllia signáti. Ex tribu Levi duódecim míllia signáti. Ex tribu Issachar duódecim míllia signáti. Ex tribu Zábulon duódecim míllia signáti. Ex tribu Joseph duódecim míllia signáti. Ex tribu Bénjamin duódecim míllia signáti. Post hæc vidi turbam magnam, quam dinumeráre nemo póterat, ex omnibus géntibus, et tríbubus, et pópulis, et linguis: stantes ante thronum, et in conspéctu Agni, amícti stolis albis, et palmæ in mánibus eórum et clamábant voce magna, dicéntes: Salus Deo nostro, qui sedet super thronum, et Agno. Et omnes angeli stabant in circúitu throni et seniórum et quátuor animálium: et cecidérunt in conspéctu throni in facies suas, et adoravérunt Deum dicéntes: «Amen. Benedíctio et cláritas, et sapiéntia et gratiárum actio, honor, et virtus, et fortitúdo Deo nostro, in sǽcula sæculórum. Amen.»
In diébus illis: Ecce ego Joánnes vidi álterum Angelum ascendéntem ab ortu solis, habéntem signum Dei vivi: et clamávit voce magna quátuor Angelis quibus datum est nocére terræ et mari, dicens: Nolite nocére terræ, et mari, neque arbóribus, quoadúsque signémus servos Dei nostri in fróntibus eórum. Et audívi númerum signatórum centum quadragínta quátuor míllia signáti ex omni tribu filiórum Israël. Ex tribu Juda duódecim míllia signáti. Ex tribu Ruben duódecim míllia signáti. Ex tribu Gad duódecìm míllia signáti. Ex tribu Aser duódecim míllia signáti. Ex tribu Néphthali duódecìm míllia signáti. Ex tribu Manásse duódecim míllia signáti. Ex tribu Símeon duódecim míllia signáti. Ex tribu Levi duódecim míllia signáti. Ex tribu Issachar duódecim míllia signáti. Ex tribu Zábulon duódecim míllia signáti. Ex tribu Joseph duódecim míllia signáti. Ex tribu Bénjamin duódecim míllia signáti. Post hæc vidi turbam magnam, quam dinumeráre nemo póterat, ex omnibus géntibus, et tríbubus, et pópulis, et linguis: stantes ante thronum, et in conspéctu Agni, amícti stolis albis, et palmæ in mánibus eórum et clamábant voce magna, dicéntes: Salus Deo nostro, qui sedet super thronum, et Agno. Et omnes angeli stabant in circúitu throni et seniórum et quátuor animálium: et cecidérunt in conspéctu throni in facies suas, et adoravérunt Deum dicéntes: «Amen. Benedíctio et cláritas, et sapiéntia et gratiárum actio, honor, et virtus, et fortitúdo Deo nostro, in sǽcula sæculórum. Amen.»
Graduale: Ps. xxxiii: 10 et 11
Timéte Dóminum, omnes sancti ejus: quóniam nihil deest timéntibus eum. v. Inquiréntes autem Dóminum non defícient omni bono.
Allelúja, allelúja. [Matth. xi: 28] Venite ad me, omnes qui laborátis et oneráti estis, et ego refíciam vos. Allelúja.
Allelúja, allelúja. [Matth. xi: 28] Venite ad me, omnes qui laborátis et oneráti estis, et ego refíciam vos. Allelúja.
Matth v: 1-12
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Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum
In illo témpore: Videns Jesus turbas, ascéndit in montem, et cum sedísset, accessérunt ad eum discípuli ejus, et apériens os suum, docébat eos, dicens: «Beáti páuperes spírítu: quóniam ipsórum est regnum cælórum. Beáti mites: quóniam ipse possidébunt terram. Beáti qui lugent: quóniam ipsi consolabúntur. Beáti qui esúriunt et sítiunt justítiam: quóniam ipse saturabúntur. Beáti misericórdes: quóniam ipsi misericórdiam consequéntur. Beáti mundo corde: quóníam ipsi Deum vidébunt. Beati pacífici: quóniam fílii Dei vocabúntur. Beáti qui persecutiónem patiúntur propter justítiam: quóniam ipsórum est regnum Coelorum. Beáti estis cum maledíxerint vobis, et persecúti vos fúerint, et díxerint omne malum advérsum vos mentiéntes, propter me: gaudéte et exsultáte quóniam, merces vestra copiósa est in cælis.»
In illo témpore: Videns Jesus turbas, ascéndit in montem, et cum sedísset, accessérunt ad eum discípuli ejus, et apériens os suum, docébat eos, dicens: «Beáti páuperes spírítu: quóniam ipsórum est regnum cælórum. Beáti mites: quóniam ipse possidébunt terram. Beáti qui lugent: quóniam ipsi consolabúntur. Beáti qui esúriunt et sítiunt justítiam: quóniam ipse saturabúntur. Beáti misericórdes: quóniam ipsi misericórdiam consequéntur. Beáti mundo corde: quóníam ipsi Deum vidébunt. Beati pacífici: quóniam fílii Dei vocabúntur. Beáti qui persecutiónem patiúntur propter justítiam: quóniam ipsórum est regnum Coelorum. Beáti estis cum maledíxerint vobis, et persecúti vos fúerint, et díxerint omne malum advérsum vos mentiéntes, propter me: gaudéte et exsultáte quóniam, merces vestra copiósa est in cælis.»
Credo.
Offertorium: Sap. iii: 1, 2, et 3
Justórum ánimæ in manu Dei sunt: et non tanget illos torméntum malítiæ: visi sunt óculls ínsipiéntium mori, illi autem sunt in pace, allelúja.
Secreta:
Múnera tibi Dómine, nostræ devotiónis offérimus: quæ et pro cunctórum tibi grata sint honóre justórum, et nobis salutária, te miseránte, reddántur. Per Dóminum.
Communio:
Beáti mundo corde: quóniam ipsi Deum vidébunt: beáti pacífici, quóniam fílii Dei vocabúntur. Beátí qui persecutíónem patiúntur propter justítiam, quóniam ipsórum est regnum cælórum.
Postcommunio
Da quǽsumus, Dómine, fidélibus pópulis ómnium Sanctórum semper veneratióne lætári: et eórum perpétua supplicatióne muníri. Per Dóminum.
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