El creer que la obediencia a la autoridad, incluso a la esclesiástica es ciega y zombie, abdicando de la fe y la razón, es una concepción mísera, abyecta, infrahumana y no cristiana, del hombre, de Dios y de la Iglesia, que concibe al bautizado como un robot, o un borrego sin discernimiento, sin razón ni libertad ni juicio para elegir la Verdad, y ve un dios que mueve títeres de plástico...
Recordemos las ejemplares desobediencias de San Juan Crisóstomo a varios Obispos y su destierro; la de San Atanasio al Papa Liberio y su destierro y excomunión; también las reprensiones graves y fuertes de Santa Catalina de Siena al Papa Gregorio.
No mencionamos a Lefebvre porque todavía no está canonizado. Aunque comparando los frutos vemos quien tenía razón: Apostasía, degeneración, encubrimiento de los peores crímenes y perversiones, profanación, ausencia de vocaciones sacerdotales y religiosas, defección de curas y religiosos, desaparición de la misión, la Evangelización, el Anuncio mandado por Cristo, en favor del "Díalogo" sincretista e indiferentista; el culto bastardeado, profanado y profuso en sacrilegios y estupideces circenses. Vaciamiento de la Verdad de Cristo y adopción de la Corrección Política del Sistema...por parte de la iglesia conciliar.
Florecimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas, exquisito respeto y fidelidad en el Culto y los Sacramentos, fidelidad absoluta a la Verdad revelada y a la Tradición, en la FSSPX.
Por sus frutos los conocerán...
Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres!
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