martes, 13 de agosto de 2019

LA INVEROSÍMIL MIOPÍA NEOCÓNICA

Todos los días suelo leer la siguiente estupenda afirmación:
No se puede afirmar continuidad entre la dupla Juan Pablo II-Benedicto XVI con respecto a Francisco, porque aquellos tuvieron un Magisterio ortodoxo, y este, modernista y rupturista.

Se están olvidando, no ven o no quieren ver la realidad; que Juan Pablo II y Benedicto XVI firmaron y aprobaron, y este último sigue justificando todas las aberraciones conciliares con reforma litúrgica incluída; incluso este último pretende todavía, -como frutilla del postre- que le demos gracia a Dios por II Concilio Vaticano.

No olvidemos que ellos -Juan Pablo II-Benedicto XVI- hicieron entrar a la Iglesia sectas deletéreas como los carismáticos y los kikos; arruinaron el derecho canónico con la introducción del Garantismo liberal que impide a la Iglesia hacer justicia como corresponde hacia el interior; arruinaron el Catecismo con la barbaridad de que adoramos al mismo Dios que judíos y musulmanes...; arruinaron el proceso de canonizaciones, haciéndolo laxo y convirtiéndolo en una máquina de hacer chorizos. (Hoy Francisco aprovecha esto de manera grotesca...) etc. No hicieron absolutamente nada contra la herejía personalista, el modernismo y el marxismo que cundía en las cátedras de los Seminarios y en la clerecía...No hicieron absolutamente nada...Salvo exaltar y poner como modelos a los gurús del Personalismo: De Lubac y Von Balthasar, por parte de Benedicto XVI.
Entre los dos estuvieron en el papado 35 años; tuvieron suficiente tiempo para combatir todos esos males, y no solo no lo hicieron sino que los favorecieron.
Promovieron el indiferentismo desaforado y escandaloso con las oraciones de Asís, rezando con paganos, las oraciones en el Muro de los Lamentos, las comuniones a herejes de Taizé sin convertir....
El Corán, libro maldito que suscitó una religión que torturó y mató cientos de miles de cristianos en mil doscientos años y fue una plaga apocalíptica para el cristianismo, mereció un solemne ósculo. Actó de profundo contenido simbólico que marca un hito en el buenismo abdicante de la Iglesia...y tergiversó la visión de la realidad y la fe de generaciones...
Por último, el único que tuvo la valentía y la claridad de cuestionar el rumbo desastrosos de coqueteo con el mundo y aceptación de las demandas de la Revolución aplicadas en el II Concilio Vaticano, fue excomulgado por indisciplina.
Judíos impenitentes, herejes, musulmanes, modernistas inveterados, cismáticos, tratados como hermanos queridos; y los fieles a la Tradición y Verdad católicas, tratados como perros.

El haber cedido a las demandas de la Revolución en DH, aceptado la libertad religiosa liberal-laicista de la ONU; el indiferentismo de Nostra Aetate; la aberrante celebración Novus Ordo, hecha para ser intercambiable con herejes y cismáticos protestantes; vaciada de contenido sacrificial, naturalista, inmanentista, desacralizada, violando el Anatema solemne de San Pío V....no se arregla con algunos párrafos o discursos ortodoxos...ni con sonrisas.....Es como tratar de justificar a Jack el Destripador porque ponía curitas en los miembros amputados de sus víctimas.

El daño tremendo lo hicieron a nivel macro; ellos aceptaron la Rendición formal ante el Leviatán; abdicaron del Establecimiento del Reino Sociopolítico de Cristo con la libertad religiosa masónica; Abdicaron a nivel macro...y al final, el último de ellos tuvo que palpar las consecuencias de su buenismo suicida debiendo abdicar del Papado, no pudiendo contra las fuerzas que él mismo y sus antecesores habían hecho entrar a la Iglesia saludándolas como la actualización y modernización de la Iglesia: la saludable Apertura....

Este desastre colosal, esta abdicación ante el César, esta renuncia al Reino social de Cristo en la tierra,  no se arregla con pequeñas denuncias puntuales de males a los cuales ellos mismos le abrieron la puerta saludados como bendiciones, con su acción y omisión.

Como si esto fuera poco idearon la delirante alquimia conceptual de la Hermenéutica de la Continuidad, que pretende que hay una continuidad entre la Verdad Revelada, la Tradición y el Magisterio de siempre, con la Abdicación vergonzosa del II Concilio ante el mundo.

Por otro lado, el Magisterio de estos Papas tampoco fue siempre ortodoxo. Por ejemplo Spes Salvi tiene elementos fenomenológicos y una escatología muy lavada. La teología del Cuerpo de Juan Pablo II contiene elementos personalistas.....

Francisco no es un demonio eyectado del Averno que se encaramó de repente al Sillón de San Pedro: No es un polizón maligno furtivamente abordado en la santa barca Conciliar; Bergoglio creció y maduró al calor de estos hombres; fue ordenado sacerdote, Obispo, Cardenal y Papa por estos hombres. Incluso había renunciado a todos sus cargos en la Iglesia y alguien no le aceptó la renuncia (Benedicto XVI); Francisco abrevó en los textos del Concilio y en la praxis de sus antecesores;  Francisco es el resultado; la consecuencia lógica; el fruto de las acciones y omisiones de los Papas desde 1962. Francisco es el fruto maduro del Concilio.
El desarrolla al máximo los gérmenes de desintegración que vienen desde el II Concilio y sus textos, así como de las acciones y omisiones de los Papas conciliares. Transita a marcha forzada por los surcos que los anteriores hicieron..

Por esto, pretender la ortodoxia y la fidelidad de estos Papas a la Verdad Católica y su Tradición, es falta de honestidad intelectual, ignorancia olímpica de la historia, conspiración, o estupidez; o quizás todo junto...

Digamos de paso, que Benedicto agradece la bondad de Francisco públicamente..
 
Por último, la decadencia de la Iglesia, su camino de infiltración y apostasía no es un proceso lineal y progresivo: hay un salto cualitativo; un hito: el II Concilio Vaticano. Porque la infiltración ya viene de lejos, desde hace mucho tiempo: pero el Magisterio y el Culto se mantuvieron incólumes hasta Pío XII. El II Concilio Vaticano representa el quiebre, el break, en el cual el Magisterio y el Culto de la Iglesia, ceden, se adhieren a la Revolución anticristiana; se rinden a la demanda secularizante del Sistema.

1 comentario:

  1. La hermenéutica de la continuidad es un absurdo incoherente que solo puede acarrear posiciones ilógicas hasta el ridículo, como la que asume benedicto xvi en su última carta, asombrándose de todas las cosas que entraron a la iglesia; echándole la culpa a la influencia del mundo, pero negando cuidadósamente la causa: que quien le abrió la puerta a toda esta influencia tóxica fue el II Concilio, con la aquiescencia de todos los Papas conciliares, y él mismo como teólogo, obispo, cardenal, prefecto de la Fe, Papa, y ahora "Papa Emérito", pues sigue convalidando el malhadado concilio.

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