martes, 12 de noviembre de 2019

II CONCILIO VATICANO: EL DELIRIO DEL CAMBIO DE RUMBO Y LA FUSIÓN CON EL MUNDO..

Hay quienes con una piedad dudosa tratan de  justificar o atenuar la responsabilidad de los artífices del II Concilio Vaticano, su post concilio y su conducción desde la alta jerarquía de la Iglesia.

El problema, y grave no es un error puntual o varios dentro del cauce, del rumbo de la Iglesia impuesto por Cristo. El problema es que los propulsores y conductores del II Concilio Vaticano, iluminados por la convicción de que la Iglesia se había equivocado siempre o casi siempre en su rumbo, en su estrategia primitiva y tosca de ir al choque con el mundo; cerrada en su misticismo sobrenaturalista alienante del mundo;  de espetarle sin diplomacia su inmoralidad o su ansia prometeica de autonomía moral; de que la iglesia se había equivocado en el establecimiento de esas dualidades arcaicas, primitivas, grávidas de violencia ciega divisionista, como Dios-creación, Dios-Mundo, Dios-Historia, Gracia-Naturaleza; Sobrenatural-natural; Iglesia-mundo...la Iglesia se había equivocado en cuestionar la ciencia y la autonomía del mundo y en haberle puesto palos en la rueda del progreso....pretendieron cambiar el rumbo y la misión de la Iglesia establecidos por Cristo. La iglesia había estado equivocada: llevada de soberbia mesiánica tosca y fundamentalista había acometido de frente tórpemente al Mundo, suscitando la desconfianza y la reacción violenta de este...por eso se habrían producido mártires inútilmente. Lo inteligente, lo moderno, lo evolucionado sería cambiar ese rumbo oscuro, obsoleto, torpe y violento, que vuelve a la Iglesia un ghetto, o el Arca de Noé.....cambiar ese rumbo conservando lo esencial de Cristo que es el amor; porque eso de ir al choque, el anuncio proselitista y poco delicado, la denuncia bárbara y violenta y la escatología fundamentalista, fanática, mitificante, estaba probado que producían frutos de violencia y segregación, de cristalización de la Iglesia el el pasado...

Entonces el nuevo rumbo moderno, inteligente y evolucionado, sin consecuencias de violencia absurda, sería el acuerdo y la fusión con el mundo, la funcionalización con el César; aceptando sus permanentes demandas de respeto,  autonómía y reconsideración de sus filosofías, de su Ciencia, de su progreso; al que la Iglesia se sumaría disfrutando de sus beneficios y de la paz fruto de esta fusión y reconciliación con él. La Iglesia se aggiornaría....se subiría por fin al carro del progreso del mundo...dejando las dualidades violentas y arcaicas acogería una filosofía integradora que traería la paz...La Iglesia sería algo nuevo, naturalmente, con un rumbo nuevo.

Pero olvidaron, o nunca supieron por su formación modernista y liberal, que el amor está conectado con la Verdad íntegra; fragmentando y obliterando, deformando la Verdad, se hiere de muerte al Amor...

Entonces, ciertos eruditos, teólogos, peritos e ideólogos de esta transformación en la naturaleza de la Iglesia y su cambio de rumbo -algunos fueron Papas posteriormente- no solo fueron los artífices de esta transformación en la naturaleza y la misión de la Iglesia; no solo inspiraron, configuraron y aprobaron los textos del II Concilio Vaticano, donde queda plasmada esta transformación, en Doctrina, Culto y Naturaleza y Misión, sino que la impulsaron en su accionar como Papas, por acción y omisión. Fueron administradores y gerentes de esta funcionalización de la Iglesia al Mundo, al César.
Dentro de esta transformación nefasta y este insensato y loco cambio de rumbo, como fueron Papas, tuvieron algunas inspiraciones buenas y prendieron tenues luces de alarma que parecían advertir lo erróneo del proceso.....

El humo de Satanás ha entrado en el templo de Dios..

Y también con esas sanas pero erráticas inspiraciones hicieron algunas buenas encíclicas como voces de alarma...Y hasta parecieron dar señales de querer parar ese rumbo erróneo en algún momento...

Pero continuaron con el timón hacia ese rumbo nuevo y nefando, que no es el de la Iglesia.

Las fuerzas del César, del Mundo, que ellos convocaron a entrar a la Iglesia en la nueva Apertura y fusión con él, no los dejaron volver atrás....ya era tarde...eran presos de su propia estrategia desgraciada y prometeica...No se pudo volver atrás... Uno quiso pararse, y lo despidieron...

Por esto, es paupérrimo pretender que los Papas conciliares solo cometieron errores.....No! imprimieron un rumbo a la Iglesia que no es el de Cristo y pretendieron cambiar su naturaleza. Esto es infinitamente mas grave que cometer errores puntuales.

El panorama de esta crisis terminal de la Iglesia no se arregla denunciando el último eslabón monstruoso, Bergoglio; sino denunciando el origen de la Tragedia, el cambio de rumbo y naturaleza de la Iglesia: denunciando la trágica estrategia de fusión, de funcionalización al mundo pergeñada por los visionarios del II Concilio Vaticano; y volviendo al rumbo de Cristo y la verdadera naturaleza de la Iglesia, distinta del mundo.



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