jueves, 7 de noviembre de 2019

EL ESCÁNDALO DEL II CONCILIO VATICANO Y EL REFUGIO EN LA LEGALIDAD MUERTA

Roma perderá la Fe....y será la sede del Anticristo...

Desde la Cátedra de San Pedro, desde donde se debería difundir la verdad salvadora, se difundirá mentira...

La Abominación de la Desolación en el lugar que no debe...
La realidad terrible de que una parte de la misma iglesia, que ha tomado su jerarquía superior y ejerce un magisterio erróneo se adhiera, se pliegue, se someta a la Revolución anticristiana, al Mysterium Iniquitatis, es escandalizante para muchos. 
La Iglesia es infalible e indefectible, -no hace falta recordar que las fuerzas del Infierno no prevalecerán contra ella; aunque puede y pasará una kenosis, despojamiento y humillación; y aún Pascua como su Esposo- ; la Iglesia es indefectible, decíamos, pero la Iglesia en cuanto realidad divina; sus hombres, su jerarquia, pueden ser traidores y entregados al Enemigo en una época dada. Apocalipsis 3 lo confirma, también tradiciones, escritos de Papas y revelaciones privadas grandes como La Sallete y otras.




1. Al Angel de la Iglesia de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. 2. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras llenas a los ojos de mi Dios. 3. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4. Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen. 5. El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Angeles. 6. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.................................................................................................................................. 14. Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. 15. Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16. Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. 17. Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 18. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. 19. Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. 20. Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. 21. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias."
 Esta asombrosa y terrible realidad ha ocurrido en el II Concilio Vaticano.
Sabemos que la infiltración de la Iglesia viene de lejos; comenzó sobre todo a fermentar con espíritu de modernidad en el nominalismo contra escolástico; luego vendría la Reforma, 1789, el racionalismo y el modernismo y por último el neomodernismo personalista, existencialista, subjetivista y autodeterminativo del hombre, agnóstico y liberal. Este proceso de infiltración interna no suscita una decadencia linéal y progresiva de la Iglesia, sino que tiene un quiebre, un punto de inflexión en el II Concilio Vaticano; por cuanto el Magisterio Católico se mantuvo incólume y fiel hasta Pío XII; lo mismo el culto católico.
En el II Concilio Vaticano, el magisterio erróneo en ciertos puntos se adhiere, se pliega, se somete al liberalismo laicista, al personalismo, indiferentismo y modernismo y abdica del establecimiento del Reino social de Cristo poniéndose bajo la bota del Estado laicista y mundialista. Se enuncia la libertad religiosa negativa laicista ya condenada en repetidas oportunidades por el Magisterio Católico de siempre, con notoria precisión y explicitud. 
Un falso irenismo "ecumenista" desplaza al Dogma Extra Ecclesiam Nulla Salus en la nueva eclesiología relativista y democrática que ya renuncia a ser la Iglesia como único Arca de Salvación y poseedora de la Verdad Absoluta.
El Culto sufre también la demolición con la Reforma Litúrgica y da a la luz al Novus Ordo, pensado para ser intercambiable con cismaticos y herejes, y con el mundo y inmanencia humana, para reconciliarse con él al fin y al cabo: naturalista, antropocentrista, inmanentista, vaciado de contenido sacrificial y de elevación y contenido sobrenatural.
La iglesia -no por supuesto La Iglesia- se declara subsidiaria del Leviatán, del César y se pone, genuflexa, a sus pies: se rinde abyectamente renunciando a su misión. 

Es una realidad muy fuerte y trágica, sin duda; escandalizante para muchos, que se niegan a aceptarla como un hecho, atrincherados en una concepción errónea de la indefectibilidad de la iglesia y su juridicidad.
Las Fuentes de la Revelación lo profetizan; el Magisterio erróneo y pastoral-no vinculante es fácilmente posible de detectar, y por lo tanto de discernir, denunciar y resistir y combatir.
El refugio en ese concepto de una errónea legalidad e hipertrofiada indefectibilidad de la Iglesia, sume en una complicidad a veces no buscada de los que adoptan esa posición.
Es un Concilio ecuménico de la Iglesia, sostienen; por lo tanto es vinculante y debe ser aceptado porque es Ley de la Iglesia. Pero no reparan en que ese concilio contraría y niega en ciertos puntos la Verdad revelada;  no es La Iglesia -aunque el Concilio sea por ahora válido- quien ha hecho ese magisterio erróneo en esos puntos cuestionados, sino una jerarquía claudicante de una época; y lo mas importante, que Dios se ha ocupado de que ese concilio fuera declarado explícitamente pastoral y se haya dejado claro su falta de intención de definir Doctrina; por lo cual no es infalible; y por lo cual no es vinculante al fin y al cabo.

No hay que dejarse dominar por el escándalo de la terrible realidad: está profetizada. No sirve el refugio en una falsa legalidad que termina siendo cómplice del mal; un legalismo muerto ajeno y contrario a la realidad ontológica. La Verdadera Legalidad es la Escritura, vivida por la Tradición en interpretada por el Magisterio, igual a sí misma y siempre coherente; ajena y resistente al espíritu de la Revolución anticristiana. Nunca la Legalidad de la Iglesia puede ser aquella que se somete al Mysterium Iniquitatis aceptando sus cadenas y su cautividad.

La Verdad no puede cambiar; la Doctrina no puede cambiar a 180 grados y contradecirse a sí misma; esto es una locura. También es una locura pretender que una doctrina de este magisterio moderno conciliar que niega a la Doctrina Católica de siempre, es una continuación de ella. Esta hermenéutica de la Reforma en la Continuidad es alquimia modernista neoconservadora que es un insulto a la fe, a la razón, a la lógica  y al sentido común.

Resistir la realidad escandalizante, aferrándose a la Revelación Católica; a la Razón, a la lógica y al sentido común, sin evasiones ni refugios insensatos en concepciones patéticas de la Iglesia y su legalidad es la decisión del católico. Todo aquello que contradiga a la Verdad revelada, a la Tradición, al Magisterio de siempre, debe ser rechazado, denunciado y combatido, con la conciencia de que se está del lado de Cristo, de la Verdad.

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