Uno de los tópicos mas nefastos de la nueva religión conciliar, de la nueva eclesiología del poder, que se asienta sobre nuevas nociones de Tradición y Magisterio, es la de "Unidad". (Ver sobre la nueva noción de Tradición, con derivación a la de Magisterio, acá.)
La unidad es ciertamente algo excelente y deseable, siempre que sea eso: unidad en torno a la Verdad. Solo se puede tener unidad con Cristo aceptando la Verdad, la Revelación, la Doctrina. Las virtudes teologales llevan a eso.
El falso ecumenismo irenista del II Concilio concibe la "unidad" como un contubernio voluntarista, pelagiano, acordando con los que están en el error, y abdicando de verdades que a ellos les molestan. Esto es aberrante y está denunciado y condenado por los Papas Católicos, sobre todo en Mortalium Animos de Pío XI. acá; documento del Vaticano en varios idiomas, acá
La única verdadera Unidad es en torno a Cristo, la verdadera religión de la Iglesia Católica; en torno a la Verdad; y está dada por la conversión a Cristo de los que están fuera y su vuelta a la Iglesia Católica y la profundización de la conversión de los que están dentro.
De la nueva y aberrante concepción de la "unidad" se desprende que el que denuncie y resista las aberraciones liberales, modernistas y protestantizantes que pretenden imponer los "pastores" conciliares, atenta contra la Unidad.
Magnifico artículo!
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