DOMINGO IV DESPUÉS DE EPIFANÍA, II CLASE
TEXTOS DE LA MISA MISA
Introito. Salm. Ps. 96, 7-8 Adorad a Dios, todos sus Ángeles: oyólo y alborozóse Sión, y regocijáronse las hijas de Judá. – Ps. El señor reina ya: llénense de júbilo todas las islas. v. Gloria al Padre. .
Colecta.- Oh Dios, que conocéis nuestra fragilidad y sabéis que no podemos resistir entre tantos peligros como nos cercan; concedednos la salud de alma y cuerpo, para que venzamos, con vuestra asistencia, los males que padecemos por nuestros pecados. Por N. S. J. C…
Epístola. Rom. 13, 8-10. – Hermanos: Con nadie tengáis deudas, más que la del amor mutuo; porque el que ama al otro, ha cumplido la ley. De hecho, el “no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás” y cualquier otro mandamiento, se resumen en esta regla: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El amor no hace el mal al prójimo. Por eso, la plenitud de la ley es el amor.
Gradual. Salmo 101, 16-17- Temerán las naciones tu nombre, oh Señor y todos los reyes de la tierra tu gloria. V. Porque edificó el Señor Sión, y allí será visto en su majestad.
Aleluya, aleluya.- V. El señor reina ya, regosíjese la tierra: llénense de júbilo todas las islas. Aleluya.
Evangelio. Mat. 8, 23-27.- En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Él les dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?»
Ofertorio. –Salmo 117, 16-17 La diestra del Señor ha hecho maravillas: la diestra del señor me ha ensalzado; ya no moriré, sino que viviré y publicaré las obras del señor
Secreta.- Oh Dios omnipotente, os rogamos nos concedáis que el don de este sacrificio que os presentamos, nos purifique siempre de toda mancha y proteja nuestra debilidad. Por N. S. J. C…
Prefacio de la Santísima Trinidad.- Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno: Que con tu Único Hijo y el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor; no una sola persona, sino tres Personas en una sola naturaleza. Y lo que creemos de tu gloria, porque Tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo, y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en su dignidad; A quien alaban los Ángeles y los Arcángeles y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamare con una sola voz: Santo…
Comunión. Luc. 4.22.- Maravillávanse todos de las palabras que salían de la boca de Dios.
Poscomunión.- Despéguennos, Señor, vuestros dones de los placeres terrenos, y refuércennos siempre con el manjar divino. Por N. S. J. C…
MISA EN LATÍN
TEXTOS EN LATÍN
Dóminica IV Post Epiphaniam
II Classis
Introitus: Ps. xcvi: 7-8
Adoráte Deum omnes Angeli ejus: audívit, et lætáta est Sion: et exsultavérunt fíliæ Judæ. [Ps. ibid., 1]. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Glória Patri. Adoráte Deum.
Oratio:
Deus, qui in tantis perículis constitútos, pro humána scis fragilitáte non posse subsístere: da nobis salútem mentis et córporis; ut ea, quæ pro peccátis nostris pátimur, te adjuvánte vincámus. Per Dóminum.
ad Romanos xiii: 8-10
Léctio Epistolæ beáti Pauli Apóstoli ad Romanos:
Fratres: Némini quidquam debeátis, nisi ut invicem diligátis: qui enim díligit próximum, legem implévit. Nam: non adulterábis: Non occídes: Non furáberis: Non falsum testimónium dices: Non concupísces: et si quod est aliud mandátum in hoc verbo instaurátur: Díliges próximum tuum sicut teípsum. Diléctio próximum malum non operátur. Plenitúdo ergo legis est diléctio
Graduale Ps. ci: 16-17
Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges terræ glóriam tuam. V. Quóniam ædificávit Dóminus Sion, et vidébitur in majestáte sua.
Allelúja, allelúja. [Ps. xcvi: 1] Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Allelúja.
Matthew viii: 23-27
† Sequéntia sancti Evangélii secúundum Matthæum.
In illo tempore: Ascendénte Jesu in navículam, secúti sunt eum discípuli ejus: et ecce motus magnus factus est in mari, ita ut navícula operirétur flúctibus, ipse vero dormiébat. Et accessérunt ad eum discípuli ejus, et suscitavérunt eum, dicéntes: “Dómine, salva nos, perímus!” Et dicit eis Jesus: “Quid tímidi estis, módicæ fidei?” Tunc surgens, imperávit ventis et mari, et facta est tranquíllitas magna. Porro hómines miráti sunt, dicéntes: “Qualis est hic, quia venti et mare obédiunt ei?”
Credo.
Offertorium: Ps. cxvii: 16 et 17.
Déxtera Dómini fecit virtútem, déxtera Dómini exaltávit me: non móriar, se vivam, et narrábo ópera Dómini.
Secreta:
Concede, quǽsumus, omnípotens Deus: ut hujus sacrifícii munus oblátum, fragilitátem nostram ab omni malo purget semper, et múniat. Per Dóminum.
Communio: Luc. iv: 22
Mirabántur omnes de his, quæ procedébant de ore Dei.
Postcommunio:
Munera tua nos, Deus, a delectatiónibus terrénis expédiant: et cæléstibus semper instáurent aliméntis. Per Dóminum.
COMENTARIO
EL SEÑOR DUERME, PARECE QUE NOS HUNDIMOS…
PERO ÉL TIENE TODO BAJO CONTROL,
EĹ ESPERA NUESTRA COLABORACIÓN.
Nuestro Señor en su vida pública curó enfermos, resucitó muertos, perdonó pecados, expulsó al Demonio. Mostró su poder sobre la enfermedad, la Muerte, sobre el Pecado, sobre el Demonio.
En este Evangelio completa su círculo de poder, mostrando su dominio sobre la naturaleza: aún el viento y el mar le obedecen.
Su poder es absoluto; no hay nada que se le sustraiga. Para los espíritus rectos es claro: nunca hubo un hombre así; este debe ser el Mesías, el Hijo de Dios, deberían concluir.
En realidad su demostración apunta a dejar de manifiesto que es el Hijo de Dios y Dios mismo, para el que lo quiera ver.
Apenas empezó su travesía por el mar interior, se levantó una gran tormenta. Uno piensa en quizás el diablo intentó acabar con ellos; realmente un dolor de cabeza este Jesús para él.
El Señor tiene todo previsto y aprovecha el mal y las dificultades y las convierte en bien.
Al final, todo se resolvió con aumento de la Fe y la iluminación de los discípulos y los otros hombres que también iban en la barca.
La barca quedaba tapada por las olas. Y el Señor dormía. Los hombres de naturaleza muy sana suelen dormir bien -dice Castellani- o los que están extremadamente cansados. Los dos casos se pueden aplicar a Nuestro Señor.
Su vida pública era extremadamente exigente: realmente se desgastaba para salvar al mundo.
Una tormenta en el mar -aunque sea un mar interior- donde una pequeña barca quede tapada por las olas no es algo para tomar a la liviana.
¡Señor! ¡No te importa que nos hundamos! Traduce mas o menos Castellani del griego.
Despertándose Él les espeta: ¡¿Porqué tienen miedo cobardes?!
y levantándose increpó al viento y al mar y se produjo una gran calma.
Castellani afirma que el concepto es COBARDES.
¿Estar hundiéndose en el mar y ponerse algo nerviosos es de cobardes? Para mí no es de cobardes -sigo a Castellani-; pero para Jesucristo es de cobardes.
Estar con Aquel que resucitó muertos, expulsó al Demonio, sano enfermos incurables y terminales, perdonó pecados con portentos incluidos, y dejarse dominar por el miedo, perdiendo la confianza, para Él es muy feo: implica falta de Fe en Él; lo cual lo pone muy mal, como se ve en otros muchos pasajes del Evangelio.
Observemos que las oraciones de la misa recalcan nuestra humana indigencia pidiendo al Señor fortaleza y redención. Y por otro lado la adoración del Señor como Dios.
Sobrevino una gran calma y bonanza, continúa el texto. Entonces aquellos hombres admirados se preguntaban: ¿Quien es este al que hasta los vientos y el mar le obedecen?
El asombro ante la majestad sobrenatural. Ante la Presencia de la Divinidad.
Abordemos la barca de una interpretación común: La Barca -barca de Pedro- puede ser la Iglesia; la internación en el mar, la vida de la Iglesia en este mundo y su historia; la tormenta son las persecuciones, las conspiraciones del mundo, las traiciones, y porqué no, si le ponemos un toque de actualidad, la putrefacción, la gangrena interna de la Iglesia, suscitada por una conspiración desde adentro por propios miembros traidores.
Realmente las olas por momentos tapan la barca, que parece una cáscara de nuez en un torrente.
Hay agitación en la tripulación consciente, que está muy asustada y nerviosa.
Aquí le agrego un toque personal. Hoy tenemos tripulación y pasajeros -clerecía y masa de bautizados- que también duermen en la barca -que ha crecido en volumen y capacidad- un dulce sueño opiáceo; algunos de ellos despiertos, pero narcotizados….preguntan: ¿Tormenta? ¿Que tormenta? ¡Está todo perfecto y es un hermoso día, seamos optimistas, no seamos aguafiestas!
Mientras la barca hace agua en varios puntos y grandes y ominosas aletas de tiburones van cerrando círculos concéntricos alrededor de la endeble nave….
Algunos de los que tienen cierta conciencia pierden la calma y gritan y patalean enloquecidos y parecen estar seguros de sucumbir.
¡Señor! ¡Señor! ¿Porqué duermes? Tu Iglesia es devorada por el Enemigo.
Pero sin embargo Él está ahí.
Sabemos que esta tormenta, dramática como ninguna otra en el pasado, ha sido profetizada por Él mismo. Serán perseguidos….serán odiados de todos por causa mía, serán traicionados, serán entregados a los poderes mundanos…Habrá una tribulación como nunca hubo ni la habrá jamás……Cuando vean la Abominación de la Desolación en lugar que no debe….entonces…huyan… ¡Sal de ella pueblo mío!
Varios Santos y Papas explicitaron estas profecías. Está la de Leon XIII: Desde la Cáthedra de San Pedro, desde donde se debería difundir la Verdad; el Enemigo usurpador difundirá la Mentira…
La Iglesia está devastada…..nunca estuvo peor. La crisis supera en mucho, cuantitativamente y cualitativamente todas las crisis anteriores; el Modernismo, cloaca de todas las herejías, ha desmontado y vaciado la Fe católica de la cristiandad, dejando solo la cáscara de palabras cristianas, pero rellenadas de espíritu idolátrico antropocentrista anticristiano.
La jerarquía en su gran y vasta mayoría -casi totalidad- permanece muda y aquiescente con la devastación desde adentro por el Enemigo. El que calla otorga.
Los pocos que denuncian y gritan son estigmatizados, vilipendiados, difamados, perseguidos, castigados, tratados como perros por la Jerarquía y la cúpula apóstata y traidora a Cristo.
Antiguos, fanáticos, inmovilistas que ponen palos en la rueda de la evolución de la iglesia – la nueva pseudoiglesia formada por una clerecía apóstata, agarrada de la juridicidad de la Iglesia de Cristo- decimos nosotros- que quiere formar parte del mundo; insertarse en la Historia, dicen.
Abandonando a Cristo, obviamente.
¿El Señor? Parece que duerme.
Pero no hay que caer en ninguno de los dos extremos: no hay que volverse locos perdiendo el control y cediendo a la tentación de pensar que se hunde todo sin remedio y que Cristo y su Iglesia eran una utopía.
Y por otro, la Otra Apostasía: la de la impasibilidad beatífica; los calmos, los Pacíficos, los Sonrientes, los Beatíficos-tormenta de comillas!, si, otra tormenta mas- que ni siquiera ven la tormenta: ven todo mas o menos como siempre; hay que ser optimistas y no agitarse. En realidad no tienen nada de fe ni les interesa nada de Cristo ni de su Iglesia; eso es lo que sucede con esa ralea tan particular. Tibios, mediocres…acomodaticios al enemigo….
Entre estos dos extremos hay muchos matices.
¿Cual es la actitud que hay que tomar en la Barca de Pedro hoy en medio de la peor tormenta, casi un maremoto con tsunamis, en el océano mundano mas embravecido de la Historia, y con una gangrena interna?
La Barca agitada desde fuera por la tormenta, el mar, las olas, los tiburones, y por dentro por parte de una tripulación siniestra y traidora que ha casi reducido a la tripulación fiel y legítima.
No perder la Fe y saber que el Señor, aunque parezca que duerme, tiene todo bajo control; y saber que Él puede permitir que la tripulación y el pasaje de la Barca queden reducidos a una mínima expresión, por efectos de la tormenta y la conspiración interna de la tripulación infiltrada.
EL YA LO HA PREDICHO: LA TRAVESÍA DE LA BARCA SERÁ BRAVA, DRAMÁTICA. ESTO ESTÁ EN LA REVELACIÓN.
¡¡Pero los portales del Infierno no prevalecerán sobre la Iglesia!!
Ella, reducida a un Resto Fiel ínfimo cuantitativamente pero grande y Santo cualitativamente, recibirá al Señor en su Parusía.
Debemos tener Fe y Esperanza y Amor. Creerle y esperar en Él; Él sabe lo que permite, que puede ser doloroso y desagradable para nosotros. Pero todo será regenerado y sublimado por su Poder: aquel poder que en la tierra perdonó pecados, sanó enfermos, expulsó demonios, mandó a la tierra y al mar.
Ese Poder, vencerá al Demonio definitivamente, nos limpiará de manera plena y absoluta de nuestros pecados; nos hará resucitar y su Palabra nuevamente mandará que se hagan Nuevos Cielos y Nueva Tierra donde habitará la Justicia.
El mar no existirá mas, dice el Apocalipsis. Ese mar, ese mundo bárbaro, misterioso, siniestro, extraño y hostil a Dios que había albergado monstruos sin cuento, desaparecerá definitivamente dejando lugar a la Tierra Firme del Poder de Dios. Háganlo simbólico si quieren…
Calma, si. Pero calma con Fe y Esperanza, con Amor, que nos haga pedir ayuda al Señor todo el tiempo, pero que nos haga luchar como amigos de Él para expulsar la tripulación traidora, enemiga e infiltrada de la barca; que nos haga luchar para reparar la barca con paciencia y energía, lucidez.
Esa es la actitud. El Señor no duerme: está esperando que le pidamos los dones y gracias necesarias para comportarnos como valientes y hombres de Fe, en esta, la peor tormenta de la historia de la Barca de Pedro.
La aquiescencia narcotizada a la tripulación traidora e infiltrada, por medio de la impasibilidad beatifica y sonriente, no es mas que falta de Amor a Cristo y cobardía consumada, disfrazada de piedad.
Que la Santísima Virgen nos alcance virilidad para esta lucha.
SANTOS PADRES
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