En la década del 60 y con proyecciones menores posteriores, emergió este nuevo género, que algunos hasta saludaron como una nueva manera de hacer Cine.
Fueron filmes europeos, con directores y actores mayormente italianos y españoles, que a veces incluían algún estadounidense, como Clint Eastwood, por ejemplo. De allí su nombre. Para las películas españolas también cupo la etiqueta de Western Chorizo. Incluso se filmaban en España e Italia, en paisajes parecidos al del Far West, de California, Arizona, o New México.
A diferencia del filme de cowboys norteamericanos, -el candoroso y primitivo,- con happy end, y un protagonista siempre heroico e irreprochable, que estaba siempre bien afeitado, siempre bien peinado, ganaba siempre y se llevaba la mejor mujer, el spaguetti hacía gala de protagonistas violentísimos, sucios de cuerpo y alma, a veces zaparrastrosos, sin escrúpulos, carentes de moral, torvos y traidores. Vale la pena reiterar: una alta dosis de violencia y crueldad impregnaba estas historias.
Otra característica era el exiguo presupuesto de filmación: incluso ciertas reconstrucciones se usaban en varias películas.
Y por último, una música excelente: creaba un clima solemne, trágico y épico donde los infames personajes cobraban grandeza. Uno de los grandes proveedores de música para estos filmes fue Ennio Morricone.
No tiene sentido hacer una larga lista de filmes, películas y actores.
Nomás recordemos a Sergio Leone como director; El Bueno, el Feo y el Malo, Por un puñado de dólares, Dyango, Vivos o preferentemente muertos....
Mencionemos a los actores preferidos Clint Eastwood, Franco Nero, Giulliano Gemma, Lee Van Cleef...Bud Spencer...
Después de ver un par de western spaguettis, quizás acompañados de un buen plato de spaguettis con bolognesa y buen vino tinto borgoña, cada uno decidirá si vale la pena volver a ver estos viejos y violentos filmes, aunque sea para escuchar un rato de muy buena música.
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