viernes, 19 de junio de 2020

CONSIDERACIONES SOBRE EL II CONCILIO VATICANO, LEFEBVRE Y LA OBEDIENCIA

LA DESOBEDIENCIA DE LEFEBVRE FUE LÍCITA Y NECESARIA POR EL BIEN DE LA IGLESIA











 CONCILIO VATICANO II, PASTORAL, NO DOGMÁTICO; ERGO, NO INFALIBLE Y NO OBLIGA A ACEPTAR NINGUNA NOVEDAD DOCTRINAL

El Concilio Vaticano II, a pesar de ser Ecuménico, no está encabezado con la Fórmula Solemne que invoca el ámbito de Infalibilidad Ex Cáthedra para definir Doctrina; no es un Concilio Dogmático, sino Pastoral, como lo han reconocido tanto Juan XXIII como Pablo VI. No tuvo intención de Definir Doctrina, sino de buscar formas de aplicar mejor la de siempre, según dijeron.  El hecho de que hayan titulado a la Constitución Gaudium et Spes y otras, como Dogmáticas no implica (por lo anterior)  que defina doctrina; es un mero título; una indicación de que trata temas referidos al Dogma. DE ESTO SE DESPRENDE QUE NO ES INFALIBLE Y QUE SOLO SE DEBE ACEPTAR OBLIGATORIAMENTE LA DOCTRINA QUE VENÍA DE ANTES. 
<<Dado el carácter pastoral del Concilio, este evitó proclamar de manera extraordinaria Dogmas investidos de la nota de infalibilidad.>> Pablo VI, 12 de Enero de 1966.


 PERO DE FACTO, SI SE CAMBIA DOCTRINA

A pesar de declararse solemnemente que no se intentaba cambiar ni definir Doctrina, de hecho, SE CAMBIA DOCTRINA EN CUATRO CAMPOS IMPORTANTES:

 Ecumenismo (el verdadero ecumenismo es que todos los herejes y cismáticos vuelvan a la Fe Católica): se cambia el significado por otro que tiende al indiferentismo de hecho: se debe tratar de acordar con herejes, cismáticos y judíos, abdicando de ciertas verdades que les molestan: la principal FUERA DE LA IGLESIA CATÓLICA NO HAY SALVACIÓN. Esto no es el verdadero ecumenismo, sino un falso irenismo.

El ecumenismo (decreto Unitatis redintegratio y constitución Lumen Gentium)

14. Los tres puntos controvertidos son los siguientes.

15. Los textos de Unitatis redintegratio afirman la realidad de una comunión real, aunque imperfecta y parcial, de sociedad a sociedad, es decir entre la estructura visible de la Iglesia católica y la estructura visible de las comunidades cristianas separadas no católicas. Al contrario, la Tradición afirma que sólo algunos entre los miembros de las comunidades cristianas separadas no católicas pueden no estar en comunión pero ordenados en el Cuerpo Místico de Cristo Redentor, que es idénticamente la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica.

16. Los textos de Lumen Gentium afirman la realidad de una presencia y de una acción de la Iglesia de Cristo fuera de la estructura visible de la Iglesia católica, en las comunidades cristianas separadas no católicas. Al contrario, la Tradición afirma sólo la realidad de una acción del Espíritu Santo fuera del Cuerpo místico del Redentor, que es idénticamente la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica, y que esta acción tiene lugar en ciertas almas que forman parte de las comunidades cristianas separadas no católicas, pero no en esas comunidades por sí mismas.

17. Los textos de Lumen Gentium y de Unitatis redintegratio afirman que hay en las comunidades cristianas separadas no católicas elementos cuyo valor salvífico deriva de la plenitud confiada a la Iglesia de Cristo y que tienden por ellos mismos a la unidad católica y que el Espíritu Santo puede servirse de ellas como medios de salvación. Por el contrario, la Tradición afirma que los elementos que se encuentran en las comunidades cristianas separadas no católicas no tienen por ellos mismos ningún valor salvífico, y que éstos no podrían derivarse de la Iglesia católica pues en tanto que comunidades rechazan el primado de jurisdicción del Papa, en tanto que precisamente el valor salvífico de los dogmas y de los sacramentos proviene en cuanto que son dispensados según el orden querido por Cristo, es decir en dependencia de la primacía de jurisdicción de su vicario, que es el Papa, obispo de Roma y jefe de la Iglesia.

Las demás religiones
En NA se sostiene la nueva doctrina aberrante que hay elementos de santificación en las relgiones adámicas. 
 De hecho se ha pasado al Catecismo de la Iglesia Católica de Juan Pablo II, que adoramos al mismo Dios que islámicos y judíos, lo cual es una aberración, solo admiten un Dios único pero rechazando a Cristo; nunca pueden adorar a Dios verdadero pues son infieles; en el mejor de los casos lo "admiten" no mas allá del plano natural, (Catecismo de San Pío X) y en el caso de los judíos, son deicidas, han rechazado al Mesías y lo siguen rechazando. EL QUE A MÍ ME RECHAZA, RECHAZA AL QUE ME ENVIÓ, dice el Señor. Por lo tanto es obvio que los judíos no tienen el mismo Dios Padre que nosotros. Además, la Liturgia y la Tradición de los santos de siempre por casi dos mil años, los trató de Pérfidos, y de golpe en 1980 o 1990 pasan a ser “Hermanos Mayores”… Una barbaridad. También son infieles en el Catecismo de San Pío X. 
Sobre hinduísmo y budismo, podemos decir que San Pablo sostiene sobre los cultos de los gentiles que son demonios lo que adoran. Aunque estas verdades fuertes suenan inaceptables para el relativismo y la religión líquida que campea hoy en día y desde hace varias décadas.

La Verdad no cambia, es Inmutable. Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Cielo y tierra pasarán, mas mi Palabra no pasará, dice el Señor. La Iglesia siempre ha sabido la Inmutabilidad de la Verdad y la Revelación, pero ya se ha filtrado visiblemente, la concepción evolutiva modernista en el Magisterio conciliar. 
EL NUEVO MAGISTERIO SOBRE, POR ARRIBA DE LA REVELACIÓN: Posibilidad de que un Papa contradiga la Tradición con su Magisterio con pretensión de ser obedecido:

El Magisterio

La definición misma de Magisterio está falsificada en la práctica, ya que después del Vaticano II, los titulares del poder del Magisterio usan ese poder de forma contraproducente, ya que imponen los errores contrarios a las verdades que son objeto de ese Magisterio. Es por lo que no podemos reconocer que el Vaticano II es la expresión de un verdadero Magisterio católico. No podemos afirmar (al menos sin distinciones y restricciones) que los textos del Concilio Vaticano II estén comprendidos entre los textos del Magisterio, que sean la expresión de un Magisterio católico.

La definición de Magisterio está falsificada en teoría. La constitución Dei Verbum, en el nº 8, afirma que “lo que ha sido transmitido” progresa en la Iglesia, bajo la asistencia del Espíritu Santo; en efecto, la percepción de las realidades así como de las palabras transmitidas se acrecienta, ya bien sea por la contemplación y estudio de los creyentes que las meditan en su corazón, ya bien sea por la inteligencia interior por la que perciben las realidades espirituales, ya bien sea por la predicación de los que, con la sucesión episcopal, han recibido un carisma de verdad” . Este pasaje no hace ninguna distinción entre el papel del Magisterio y el de la Iglesia instruida. La proposición más explícita del Magisterio es, en efecto, la causa de mejor percepción de la verdad por parte de los fieles, en la contemplación o el estudio. Equiparar las dos autoriza la interpretación errónea que reduciría el Magisterio al de un canalizador de la experiencia colectiva. Y es justamente lo que sugiere muy claramente la enseñanza de Benedicto XVI (Catequesis sobre la Iglesia de 2006; Exhortación Verbum Domini) y la de Francisco (último discurso con ocasión del Sínodo, el 17 de Octubre de 2015; Evangelium gaudium, nº 119-120).

 Es falso y absolutamente contrario a toda la Tradición el pretender que “el Magisterio supremo de la Iglesia es el intérprete auténtico de los textos precedentes al Magisterio”. Hay aquí un error extremadamente grave, y es justamente el error radical del neomodernismo, error que sufrimos desde el último Concilio. El Magisterio es el órgano y el intérprete de la Revelación y está en todas las épocas de la historia y en todos los textos que produce. El Magisterio presente debe continuar interpretando no el Magisterio pasado sino la Revelación contenida en sus fuentes (Escritura y Tradición: Padres y teólogos); y por esto mismo, debe someterse a las enseñanzas del Magisterio anterior que tienen una autoridad definitiva y que ya han clarificado ciertos datos de la Revelación. El Magisterio presente no interpreta el Magisterio del pasado, interpreta los puntos de la Revelación aún no interpretados por el Magisterio anterior. Y no hace más que eventualmente retomar las enseñanzas de ese Magisterio anterior que no tienen necesidad de ser interpretadas, pero que son, como dice Pío XII en Humani generis, “la regla próxima y universal de verdad en materia de fe y costumbres” (DS 3884). Este error es extremadamente grave, ya que es el error persistente de la Santa Sede desde hace cincuenta años y que se encuentra en la raíz de todo el discurso del 22 de diciembre de 2005. Si es la palabra de hoy que hace la verdad por ella misma, porque reinterpreta sin cesar la palabra de ayer, es el Papa de hoy el que hace la verdad a su albedrío y la noción misma de Tradición católica deja de existir. Se podría hablar perfectamente, tal como lo hizo Benedicto XVI, “de una renovación en la continuidad” pero si este tipo de expresiones fáciles tranquiliza tal vez a los incondicionales del Concilio, no explica gran cosa y no alcanza a convencer a los que permanecen perplejos ante las innovaciones evidentes del Concilio. Pues nadie ha podido demostrar hasta ahora que la renovación del Vaticano II no haya roto de forma objetiva la continuidad de la Iglesia.

Es por lo que, incluso si se nos dice que la interpretación se hace “a la luz de la Tradición”, tengamos ese presupuesto por falso. Ya que la interpretación que ha tenido lugar a la luz de la Tradición es la que interpreta no el Magisterio sino la Revelación. Cuando se ve como en el nº 119 de Evangelii gaudium Francisco “interpreta” el n1 12 de Lumen Gentium (que ya es una “interpretación” del Vaticano II) se puede preguntar uno qué es lo que sinifica para la Santa Sede una mejor comprensión del depositum fidei, “ in eodem dogmate, eodem sensu eademque sententia”.

CAMBIOS EN EL CONCEPTO DE TRADICIÓN:

La fuente Tradición es cambiada a Tradición viva, con características ya no inmutables sino evolutiva y con giro hacia una unidad que se basa en la comunión de los fieles con los pastores. Lo que en realidad es la pretensión de una obediencia ciega, mas allá del contenido del derecho emitido por la autoridad. Acá.

La Nueva Misa

Reforma Litúrgica: La comisión de Liturgia que reformó la Misa estaba compuesta por protestantes y anglicanos. La idea era HACER UNA MISA COMPATIBLE CON ELLOS, POR EL ECUMENISMO (heréticamente entendido), y se hizo una Misa vaciada de contenido sacrificial, con las oraciones mas importantes de la parte del ofertorio y la Consagración, vaciada de contenido sacrificial, y con un notorio viraje antropocéntrico, naturalista, inmanentista. Se separó lo inseparable: el Tabernáculo del Altar. La Misa Católica tiene al Sacerdote frente al Altar y al Santísimo mirándolo, como primicia de la Iglesia delante de los fieles; los fieles detrás también mirando al Altar y a Dios, en una bella imagen intemporal, eterna. En la misa Novus Ordo ya el Santísimo SE HA CORRIDO A UN COSTADO, insignificante, O QUEDA A ESPALDAS DEL SACERDOTE, el cual se mira con los Fieles. Se han cambiado oraciones centrales y se las ha vaciado de contenido sacrificial, convirtiéndola en una celebración fraternal humana, natural. Se ha devastado el sentido principal de la Misa; el Teocentrismo, por el antropocentrismo que la Masonería siempre ha reclamado a la Iglesia.
La separación del Altar y el Tabernáculo está condenada con anticipación por Pío XII en Mediator Dei.
El resultado es una Misa degradada que ya no es la Católica que hizo San Pío V. EL ESTABLECIÓ PARA SIEMPRE LA MISA TRIDENTINA BAJO PENA DE ANATEMA AL QUE OSARA CAMBIARLA.
Aunque el Lex Credendi hace el Lex Orandi, a Liturgia también  hace a la Doctrina fuertemente, como puede verse con claridad. Se condicionan recíprocamente. Una litúrgia espúria malogrará la Fe.
Sobre el tema litúrgico, material profundo y mucho desarrollo y comparación: acá
Artículos mas cortos y resumidos: acá, y acá.

 Libertad Religiosa
Una cosa es ejercer la coacción desde el exterior para conducir a la gente a entrar en la vida religiosa y otra es ejercer presión para evitar que la gente profese una religión falsa. Por otra parte, hay una diferencia entre la coacción física, que es una coacción propiamente dicha (es decir, la violencia) y la coacción moral, que es una coacción impropiamente dicha (es decir, una persuasión o una disuasión).  La doctrina social de la Iglesia exige que el Estado ejerza su autoridad en favor de la verdadera religión: 1º) ejerciendo la doble coacción física y moral para impedir y disuadir la profesión del error. 2º) ejerciendo, igualmente, una cierta coacción moral para favorecer la profesión de la verdadera religión. La Iglesia condenó solamente el recurso a la coacción física para imponer la religión. El nº 2 de Dignitatis humanae contradice esta doctrina de la Iglesia precisamente en cuanto que reconoce como un derecho civil no ser impedido, por ningún poder humano, de profesar el error.
En este sistema el catolicismo, en teoría, está a la altura de las demás religiones y cosmovisiones, en PLANO DE IGUALDAD, esto en teoría, pero en la práctica resulta siempre menoscobado y perseguido por la normativa del Estado liberal, por el Sistema supranacional mundial. Hoy más que nunca. El liberalismo resulta una utopía porque hay una Dictadura mundialista anticatólica. ESTE VIRAJE CONSTITUYE LA ABDICACIÓN DEL IMPERATIVO DE INSTAURACIÓN DEL REINO SOCIOPOLÍTICO DE CRISTO, se capitula ante el liberalismo masónico: la Iglesia renuncia a establecer el Reino sociopolítico de Cristo, tal como lo mandaron siempre los Papas en un Magisterio ya consolidado y claro, el último Pío XI en Quas Primas. Esto viene del Evangelio: Vayan y hagan que todas las naciones sean mis discípulos, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.
Condena anticipada de la libertad religiosa liberal proclamada en el II Concilio Vaticano, acá 


Colegialidad: Se delínea una "iglesia democrática".

 Los tres puntos litigiosos son los siguientes:

 El nº 22 Lumen Gentium afirma que el colegio episcopal (cuerpo episcopal tanto reunido como disperso) es el sujeto ordinario y permanente del poder sobre toda la Iglesia. Al contrario, la Tradición afirma que sólo el cuerpo episcopal reunido puede el sujeto solamente temporal y extraordinario de este poder.

 El nº 22 de Lumen Gentium afirma que el colegio episcopal, incluido el Papa, constituye, además del Papa considerado por separado, un segundo sujeto de poder en toda la Iglesia. Al contrario, la Tradición afirma que el cuerpo episcopal no es un segundo sujeto de este poder sino el sólo concilio ecuménico es una segunda forma de ejercicio del mismo sujeto (el Papa es el primero) del mismo poder.

El nº 22 en relación con el nº 21 de Lumen Gentium afirma que el colegio episcopal tiene otorgado su poder no por el Papa sino directamente por Cristo, por la consagración episcopal y que el consentimiento del Papa es sólo un requisito para su ejercicio. Al contrario, la Tradición afirma que el concilio ecuménico no puede ejercer su poder sino por el Papa, y que es la autoridad misma del Papa la que es otorgada al concilio y compartida temporalmente durante el concilio: éste se reúne, por tanto, no solamente “cum capite” (lo que sería el punto de vista reductor de una causa material, necesario en la integridad de la asamblea), sino mucho más que esto “sub capite” (punto de vista de una causa eficiente) e incluso “ex capite” (punto de vista de una causa formal).

La Nota praevia no resuelve todos esos problemas y deja intacta la idea de un doble sujeto del primado.

Otros puntos del capítulo III Lumen Gentium suponen graves dificultades: el nº 21 afirma la sacramentalidad del episcopado con la idea que lo sacro confiere en el acto el triple munus , no sólo el poder de orden sino el poder de jurisdicción, con el magisterio y el gobierno, lo que es contrario a la Tradición y a todo el derecho canónico. El punto de partida, la colegialidad, es del todo falso, como lo hicieron observar los padres miembros del Coetus, en el momento mismo del Concilio[i]. El cardenal Browne hizo remarcar que la idea según la que la consagración episcopal dona en el acto o en su esencia los tres poderes de orden, de magisterio y de gobierno, contradice la enseñanza del magisterio ordinario supremo de Pío XII y también se opone a la teología de santo Tomás. Monseñor Carli hizo observar que esto contradice el Derecho de la Iglesia, en lo que se refiere a la primatura de la jurisdicción del Papa, en lo que se refiere a la jurisdicción ordinaria de los obispos con sede e incluso a la ausencia de toda jurisdicción de los obispos titulares. El nº 25 da una definición colegialista de la infalibilidad del Magisterio ordinario y universal; el nº 18 antepone la prioridad del Colegio de los Apóstoles sobre san Pedro.

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 SE HA CAMBIADO DOCTRINA DE MANERA RADICAL EN ESTOS PUNTOS: Se ha introducido modernismo, liberalismo y elementos protestantizantes.
Una cosa es un desarrollo doctrinal, una explicación, explanación de una verdad que estaba implícita y en germen en el Evangelio aunque no explícita, como la Asunción de María, definida en 1950, como Dogma, bajo definición Ex Cáthedra. No estaba explícita pero concuerda y coordina con la Doctrina completa y fortalece su Unidad. Es además DOGMA.
Pero otra cosa es UNA INFRACCIÓN FRONTAL Y VISIBLE, UN CAMBIO DE 180 º EN LA DOCTRINA, COSA QUE OBVIAMENTE, NO ES CATÓLICO. LA VERDAD PUEDE DESARROLLARSE, PERO NO CAMBIARSE NI CONTRARIARSE.
PUES BIEN, EN EL II CONCILIO SE HA CAMBIADO LA DOCTRINA, SE HA CONTRARIADO EL MAGISTERIO YA CONSOLIDADO EN ESTOS  PUNTOS, LO CUAL NO ES CATÓLICO Y NO PUEDE SER ACEPTADO.
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 LA INFALIBILIDAD PAPAL SE ACOTA A LAS DEFINICIONES EX CATHEDRA ENCABEZADAS CON LA FÓRMULA RESPECTIVA, SOLEMNE,QUE EXIGE OBLIGATORIEDAD DE ACEPTACIÓN A TODA LA IGLESIA COMO VERDAD INFALIBLE, REVELADA Y PARA SIEMPRE Y CON ANATEMAS. Y el Magisterio del II Concilio nunca invocó esta instancia ni durante el Concilio en sí, ni durante los pontificados de los Papas post conciliares. ERGO: NI EL CONCILIO ES INFALIBLE, NI EL MAGISTERIO POST CONCILIAR ES INFALIBLE.
Volvemos a citar a Pablo V: <<Dado el carácter pastoral del Concilio, este evitó proclamar de manera extraordinaria Dogmas investidos de la nota de infalibilidad.>> Pablo VI, 12 de Enero de 1966.
Recordemos además que la Excomunión NO ES INFALIBLE, como ya la historia lo demuestra con el caso de San Atanasio QUE FUE EXCOMULGADO POR EL PAPA LIBERIO, y luego al poco tiempo CANONIZADO. Y es uno de los Santos iconos y emblema de la lucha contra la desviación herética. Sobre la excomunión a Lefebvre, se desarrollará el tema mas abajo. Sobre el abuso que puede hacerse y de hecho se hizo en la historia de la Excomunión, ver subtítulo del tema, acá
También tengamos en cuenta lo que dice San Pablo. SI NOSOTROS MISMOS, O UN ÁNGEL DEL CIELO LES TRAJERA OTRO EVANGELIO SEA ANATEMA.
Nosotros mismos dice, o sea un Apóstol….Está claro que el Evangelio NO CAMBIA.

CAMBIOS INACEPTABLES ANTES Y DURANTE EL PAPADO DE JUAN PABLO II
El Papado de Juan Pablo II se adhirió a todos estos cambios de doctrina inaceptables para la Iglesia: Ecumenismo, Reforma Litúrgica, Colegialidad y Libertad Religiosa. Introdujo un liberalismo laxo en el Derecho Canónico;  lo mismo hizo con el proceso de canonizaciones; dejó que arruinen completamente el ritual de exorcismos. Tocó desfavorablemente el Padre Nuestro y el Rosario. Hizo las escandalosas reuniones de Asís, rezando en pie de Igualdad con gente que ni siquiera era monoteísta. No hizo nada contra la marea de teología modernista-personalista que invadió la Iglesia, la catequesis y los Seminarios Sacerdotales. No hizo la Consagración al Corazón Inmaculado de María como lo había pedido la Virgen en Fátima, en tiempo y forma, por motivos ecuménicos, por no ofender a los Ortodoxos (¡Ay el respeto humano ecuménico!), a pesar de haberse declarado fatimista. Consignó en el Catecismo de la Iglesia Católica que los católicos adoramos al mismo Dios que musulmanes y judíos, aberración no católica que ya hemos tratado. Besó el Corán, libro que manda a matar cristianos, y por el cual murieron millones de católicos durante mil doscientos años.
Es decir, favoreció la confusión y el buenismo con el enemigo mortal del Islam, bendiciendo su libro nefasto y asesino, no hizo nada contra el modernismo que ha tergiversado la Doctrina en Seminarios y teología. Y a Lefebvre por defender la VERDADERA DOCTRINA Y CULTO, LO EXCOMULGÓ INJUSTAMENTE.



¿CUAL ES LA BASE DE LA RESISTENCIA DE LEFEBVRE?


OBEDIENCIA CATÓLICA:
 La Obediencia entonces ES CONDICIONAL. No se está obligado a obedecer a un Papa que pide obediencia en cosas que van contra Cristo. Ya lo dijo Santa Catalina  al Papa Gregorio: Su Santidad, obedecerlo a Ud, es irse al infierno. ¡Lo exhorto a que se convierta! Y era una laica. 
Sobre el Papa y la verdadera obediencia, con mas desarrollo, acá.
 El Derecho Canónico no solo hace lícita sino necesaria la desobediencia al Superior, cuando lo que se busca es la defensa de la Iglesia, su integridad, su salud.
CANON 1752: Suprema Lex, salus animorum. La Salvación de las almas es la Ley Suprema en la Iglesia. La autoridad y la obediencia deben encaminarse a ella. Esto puede justificar la desobediencia cuando la autoridad ordena en contra de esa suprema Ley.
CANON 1323 - 4 del Nuevo Código (retoma el 2205 -2 del Tradicional): NO ES PASIBLE DE PENA ALGUNA LA PERSONA QUE CUANDO VIOLÓ LA LEY O UN PRECEPTO (...) OBRÓ MOVIDO POR LA NECESIDAD O PARA EVITAR ALGÚN GRAVE INCONVENIENTE.
Esto incluso incluye la no penabilidad de alguien que subjetivamente obra buscando el bien de la Iglesia. Lefebvre tenía razones absolutamente objetivas.
Lefebvre, como católico amante de la Verdad e inmune a las modas y los vientos del mundo, se opuso a todos estos cambios doctrinales y a la Reforma Litúrgica. Discutió con Pablo VI, Juan Pablo II y con Ratzinger antes de ser Papa. Se encontró con clichés, muñecos de paja…ningún argumento serio. Lo acusaban de no adherirse al Espíritu del Concilio….de ser cismático en ciernes…de no respetar la autoridad.
La posición de resistencia de Lefebvre no tiene base en gustos personales ni posiciones sectarias ni banderías, sino que se sostiene en la Escritura, vivida por la Tradición de la Iglesia hasta 1962 e interpretada por el Magisterio. La Verdad de la Revelación chocaba a los Papas conciliares, imbuidos de la neoteología condenada por Pío XII en HG que lo impregnaba todo y que estaba conectada con el optimismo de posguerra, Yalta....Milenio de Democracia de cara al futuro de un Progreso....en fin, los vientos del mundo, del Sistema que los ingenuos buenistas progremodernistas tomaban como los Signos de Dios, desde una perspectiva de deificación histórica hegeliana. Lefebvre resistió y desobedeció parado sobre la Iglesia Católica, a los intentos de crear una nueva religión.
La indisciplina de Lefebvre fue nombrar esos Obispos, y fue excomulgado Lefebvre y sus Obispos. No es cisma, porque no impugna la autoridad papal ni ninguna de la iglesia per se, solo se opone puntualmente a ciertas doctrinas, culto y órdenes papales que van contra la Tradición. Está amparado por el Derecho Canónico, como ya mostramos.
Además, el Arzobispo Karol Wojtyla también incurrió en la desobediencia de nombrar Obispos en contra de la orden de Pablo VI, sin ninguna consecuencia. acá
Algo mas de explicación sobre la justificación de la desobediencia de Lefebvre sin incurrir en cisma: acá
 Ahora la excomunión a los obispos fue levantada por Benedicto XVI y la Misa Tridentina reivindicada como posible y buena en el Motu Propio Summo Pontificorum. AUNQUE CON CIERTOS ASPECTOS POSITIVOS, ES UN RECONOCIMIENTO DE QUE SE ACTUÓ MUY MAL, AUNQUE PARCIAL, TIBIO E INSUFICIENTE, A LA ALTURA DE UN NEOCONSERVADOR QUE TRATA DE HACER EQUILIBRIO ENTRE IGLESIA Y REVOLUCIÓN ANTICRISTIANA. La excomunión a Lefebvre sigue en pié, mas allá de su carácter absurdo y espurio.



CONCLUSIÓN


La Verdad es Inmutable, no cambia. Hubo un cambio diametral en Doctrina y culto en el II Concilio Vaticano en Doctrina y Culto. El dilema es simple: O se equivocó el II Concilio Vaticano, o se equivocó la Iglesia durante 1962 años. Esto último es un absoluto absurdo y disparate, no así la equivocación del II Concilio. Ergo, la respuesta es clara: EL II CONCILIO SE DESVIÓ. Y una vez mas, siendo un Concilio Ecuménico Pastoral, no Dogmático, solo se debe aceptar de él lo que venía de antes; la Doctrina que venía de antes. Los desarrollos que no contraríen la Doctrina consolidada. No hay otra obligación.

La indisciplina de Lefebvre no es comparable a la de Lutero; es justamente TODO LO CONTRARIO: Lutero, que cuestionó y rechazó Doctrina, culto y Sacramentos, impugnó la Autoridad del Papa en cuanto tal,y la de la Iglesia sobre la Revelación. Lefebvre actuó en defensa de todo esto, ante un proceso conciliar y un Papado que lo atacaban y disolvían. Pero jamás impugnó la autoridad papal per se. Actuó en defensa de la Iglesia, por lo cual su acto de desobediencia está justificado; máxime en un pontificado que venía errando fuera de la Doctrina Católica. Ergo: la Excomunión no tiene valor. Es un acto jurídico con valor ontológico y espiritual nulo, como la de Liberio a San Atanasio.

Hoy con los abusos desastrosos, blasfemos, payasescos que se ven la misa novus ordo en todos los lugares del mundo, vemos los frutos de la reforma litúrgica. La peŕdida de contenido católico de las homilías, reemplazadas por prédicas modernistas o autoayuda moralina, o neo marxismo pauperista. En cambio, vemos la Misa Católica límpida y pura, verdadera y la Doctrina prístina en la Misa de la FSSPX.

Si Lefebvre no hubiera nombrado esos Obispos, la Doctrina pura católica y el culto prístino de la Misa Tridentina hubieran desaparecido bajo la marea modernista. El que hoy tengamos La divina Misa Tridentina se debe a esa feliz desobediencia. Sin Culto verdadero la Iglesia misma corre riesgo de desaparecer, si no fuera porque su subsistencia está siempre bajo la mano del Señor.



POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS.


LA FSSPX ES LO REALMENTE CATÓLICO. La juridicidad en este caso no pasa de ser papel escrito sin valor ninguno en el Cielo ni en las almas de los que aman la Verdad, que siguen la Escritura, vivida por la Tradición de 1962 años e interpretada por el Magisterio.

EL II CONCILIO SE HA DESVIADO DE LA VERDAD REVELADA, DE LA ESCRITURA, DE LA TRADICIÓN Y EL MAGISTERIO, POR LO TANTO, SOLO DEBE SER ACEPTADO DE ÉL LO QUE VENÍA DE ANTES. Y la FSSPX recupera hoy, gracias a Dios, y con la bendición de la Santísima Virgen, todo el acerbo católico de casi dos milenios.
Hoy vemos confusión, apostasía, profanación, frivolidad, blasfemia, idolatría, sumisión abyecta y obscena al poder del mundo. He aquí los frutos de las doctrinas y culto a los que se opuso Monseñor Lefebvre.



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