domingo, 29 de diciembre de 2019

DOMINGO DE LA INFRAOCTAVA DE NAVIDAD


DOMINGO EN LA INFRAOCTAVA DE NAVIDAD
Blanco, II Clase. 
(Comentario después de los textos y oraciones de la Misa)
  

Introito. Sab. 18.14-15; 92.1.-  Cuando un profundo silencio envolvía todos los seres, y la noche alcanzaba en su curso la mitad de su camino, tu omnipotente palabra, Señor, vino del cielo, desde el real trono.  Salmo–  Reina el Señor, vestido de majestad; vistióse el Señor de fortaleza, y se ciñó de poder. V/. Gloria al Padre, y al Hijo.

Colecta.- Omnipotente y sempiterno Dios, dirige nuestras acciones según tu beneplácito, para que, en el nombre de tu amado Hijo, merezcamos abundar en buenas obras. El cual vive y reina.

Epístola.  Gál.4.1-7.-  Hermanos: Mientras el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque sea señor de todo, pues está bajo la potestad de tutores y curadores hasta el tiempo determinado por su padre. Así también, nosotros, cuando éramos niños, estábamos sometidos a los elementos del mundo. Mas, al venir la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer y sujeto a la Ley, para liberar a los sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y, por cuanto sois hijos, ha enviado Dios a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba!, esto es: jPadre! y así, ya no es siervo, sino hijo. Y, siendo hijo, es también heredero de Dios.

Gradual. Salm. 44..3.2.-  Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia está derramada en tus labios. V/. Bullendo está en mi corazón un bello canto, que al rey voy a cantar. Sea mi lengua como el cálamo de veloz escriba.

Aleluya. Salm. 92.1.- Aleluya, aleluya. V.. Reina el Señor, vestido de majestad; vistió se el Señor de fortaleza y se ciñó de poder. Aleluya.

Evangelio. Luc.2.33-40.- En aquel tiempo: José y María, madre de Jesús, estaban maravillados de lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón y dijo a María, su madre: Sábete que éste está puesto para ruina y para resurrección de muchos en Israel, y será signo de contradicción, y una espada traspasará tu alma, para que queden patentes los pensamientos de muchos corazo­nes. Había allí una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; ésta era ya muy anciana, y había vivido siete años con su marido desde su virginidad. Y esta viuda, que tenía ochenta y cuatro años, no se apartaba del templo, sirviendo en él día y noche con ayunos y oraciones. Ésta, pues, como viniese a la misma hora, alababa al Señor y hablaba del Niño a cuantos esperaban la redención de Israel. Y cumplidas todas las cosas conforme a la Ley del Señor, volviéronse a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el Niño crecía y se robustecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él. CREDO.

Ofertorio. Salm.92.1-2.- Dios asentó el mundo y no vacilará. Tu silla, ioh Dios!, está preparada desde, la eternidad; desde todos los siglos existes tú.

Secreta.-  Te rogamos, ¡oh Dios omnipotente!, nos concedas que el don ofrecido a la vista de tu majestad nos alcance la gracia de una piadosa devoción y nos dé la posesión de una dichosa eternidad. Por nuestro Señor.

Prefacio de Navidad.-  En verdad es digno y justo, equitativo y saludable darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, pues por el misterio del Verbo ha brillado a los ojos de nuestra alma un nuevo resplandor de tu gloria, para que, conociendo a Dios bajo una forma visible, seamos atraídos por él al amor de las cosas invisibles. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar.

Comunión. Mat.2.20.- Toma el Niño y su madre y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la muerte del Niño.

Poscomunión. – Oh Señor!, haz que, por la virtud de este mis­terio, nos purifiquemos de nuestros vicios, y se cumplan nuestros justos deseos. Por nuestro Señor.

COMENTARIO
Hoy no reproducimos el comentario del Padre Castellani ya que este domingo no lo incluye en su Libro, El Evangelio de Jesucristo; Luego del proemio litúrgico,  las citas-reliquia de los Santos Padres y por último nuestro propio comentario apuntando a temas de actualidad.
Cabe destacar que nuestro comentario final está relacionado con el siguiente audio en nuestro canal de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=qDOosJhIjig&t=957s
Referencias litúrgicas
Este es el Domingo siguiente a la Navidad, y que se encuentra dentro de la Octava, por eso la denominación de Domingo en la Infraoctava de Navidad.
Recordemos que desde la Solemnidad de la Natividad del Señor hasta la Fiesta de la Circuncisión del Señor, el 1º de Enero inclusive, son ocho días que la Iglesia celebra como un solo Gran Día en que el Señor viene al mundo. La Octava de Navidad.
Con respecto al Domingo que se celebra hoy,  la Iglesia griega llama a este Domingo, Domingo Después de la Natividad del Señor, y la Iglesia Latina, lo ha llamado Vacante. Además de la denominación con la cual encabezamos hoy.
Este Domingo es un eco de la Navidad y es de II Clase.

SANTOS PADRES
 Evangelio según san Lucas, 2:33-35 

Su padre y su Madre escuchaban con admiración las cosas que de El se decían. Y los bendijo Simeón, y dijo a María, su Madre: "Este niño que ves está destinado para ruina y para resurrección de muchos en Israel y para ser el blanco de la contradicción, lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones". (vv. 33-35)
Griego
Cada vez que viene a la memoria el conocimiento de las cosas sobrenaturales, se renueva el milagro en el Espíritu y por esto dice: "Su padre y su Madre escuchaban con admiración las cosas que de El se decían".
Orígenes
Tanto por el ángel y por la multitud del ejército celestial, como por los pastores y por el mismo Simeón.
Beda
Llama a José padre del Salvador, no porque fuese su padre verdaderamente (según los fotinianos), sino porque era considerado como padre por todos para conservar el buen nombre de María.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 1
Aunque puede llamarse padre por ser el esposo de María sin comercio carnal ni unión conyugal -puesto que estaba así- aparecía mucho más unido a ella, que de cualquier otra forma. Y por tanto San José podía llamarse padre de Jesucristo porque, aunque no lo había engendrado según la naturaleza, lo había adoptado sin embargo.
Orígenes
El que quiera remontarse más en esta cuestión puede decir que el orden de la genealogía se computa desde David hasta José, para que no apareciese que José se llamaba padre del Salvador no siéndolo, puesto que para observar el orden de sucesión es llamado padre del Señor.
Griego
Una vez celebradas las alabanzas del Señor, Simeón dirigió su bendición sobre los que traían al niño, de donde prosigue: "Y los bendijo Simeón". Dando su bendición a los dos, dirige los anuncios de lo que había de suceder solamente a la Madre, aun cuando por esta bendición común no excluye a San José de la paternidad aparente, y hablando a la Madre, aparte de José, la considera como verdadera Madre del Señor. Por esto dice: "Y dijo a María su Madre", etc.
San Ambrosio
Ve aquí la gracia abundante del Señor difundida sobre todos por medio del nacimiento del Salvador, y cómo la profecía fue negada a los incrédulos y no a los justos. He aquí por qué Simeón profetiza que Jesucristo había venido para ruina y para elevación de muchos.
Orígenes
El que expone sencillamente esto puede decir que Jesucristo había venido para ruina de los infieles y para elevación de los fieles.
San Juan Crisóstomo
Así como la luz, aun cuando ofende a los ojos débiles, no deja de ser luz, así el Salvador continúa siendo Salvador, aun cuando se pierdan muchos, sin que pueda decirse que la pérdida de éstos es obra suya, sino la locura de los malos, por lo que su poder no sólo se manifiesta cuando procura la salvación de los buenos, sino también cuando produce la ruina de los malos. Porque cuanto más brilla el sol, más ofende a los ojos débiles.
San Gregorio Niceno
Observemos, pues, lo escogido de las expresiones de esta distinción. Dice que se ha preparado la salvación de todo el pueblo, pero anuncia la caída y la elevación de muchos. El propósito divino es la salvación y la gloria de todos. Sin embargo la ruina y la elevación de muchos consisten en la intención de cada cual, según sea creyente o incrédulo. Ahora, que los caídos o incrédulos se levanten está conforme con la razón.
Orígenes
Podrá decirse que para que uno haya caído es preciso que antes haya estado de pie, pero ¿quién es el que ha estado de pie, y para cuya ruina haya venido el Señor?
San Gregorio Niceno
Pero en esto se da a conocer que la ruina afecta a lo más malo, porque no merecen igual castigo los que vivieron antes del misterio de la encarnación, que los que vivieron después de la redención y de la predicación. Y especialmente debían ser privados de los beneficios antiguos los que procedían de Israel y pagar con penas más graves que todas las demás naciones, porque no quisieron admitir lo que se les había profetizado, lo que ellos habían adorado, y lo que de ellos había nacido. Por esto se les amenaza de una manera especial con la ruina no sólo de la salud espiritual, sino también con la destrucción de la ciudad y de los habitantes de ella. La elevación se ofrece por el contrario a los que crean, así a los que viven bajo el yugo de la ley, y a quienes se trata de librar de él, como a los que viven sepultados con Jesucristo, y que habrán de resucitar con El.
Orígenes
Debe entenderse en un sentido mucho más elevado lo que se dice de aquellos que claman contra el Creador, diciendo: He aquí el Dios de la ley y de los profetas; vedle cual es: "Yo -dijo- doy la muerte y doy la vida" ( Dt 32,39). Si por esto es un juez sanguinario y un creador cruel, Jesús, Hijo suyo, lo es también, porque está escrito de El que había de venir para ruina y elevación de muchos.
San Ambrosio
Esto es para distinguir los méritos de los justos y de los impíos, y para darnos, como juez verdadero y justo, el premio o el castigo que merezcan nuestras acciones.
Orígenes
Debemos fijarnos y ver que el Salvador no ha venido acaso igualmente para la ruina que para la elevación. Porque cuando yo estaba en pecado, me sirvió de utilidad el caer primeramente y morir para el pecado. Los santos, y también los profetas, cuando contemplaban alguna cosa demasiado augusta, caían con el rostro sobre el suelo, para purificarse mejor de sus pecados con esta caída. Esto es lo primero que el Salvador nos concedió. Eras pecador, pues que caiga lo que había en ti de pecador, para que puedas después resucitar y decir: "Si hemos muerto con El, con El también resucitaremos" ( 2Tim 2,11).
San Juan Crisóstomo
La resurrección, en verdad, es una vida nueva, porque cuando el lascivo se convierte en casto, el avaro en caritativo, el furioso en manso, entonces se opera la resurrección, el pecado muere y resucita la justicia.
Prosigue: "Y para ser el blanco de la contradicción".
San Basilio
Blanco de la contradicción se llama con propiedad en la sagrada Escritura a la cruz, porque dice ( Núm 21,9) que Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso en alto como señal.
San Gregorio Niceno
Aquí mezcla la deshonra con la gloria, porque para nosotros los cristianos es verdaderamente como signo de contradicción, puesto que mientras unos lo consideran como ridículo y horrible, otros lo consideran digno de veneración. O acaso se llama signo al mismo Cristo, porque existe sobre la naturaleza y es el autor de los signos milagrosos.
San Basilio
Es pues un signo que indica una cosa admirable y oculta, visto por los sencillos, y comprendido por los que tienen cultivado el entendimiento.
Orígenes
Todo lo que dice la historia respecto de Jesucristo, está contradicho. No por los que creen en El, pues nosotros ciertamente sabemos que son verdaderas todas las cosas que están escritas; pero para los incrédulos todo lo que se ha escrito, respecto del Salvador, es señal de contradicción.
San Gregorio Niceno
Todas estas cosas que se dicen del Salvador, afectan igualmente a su Madre, porque toma también para sí todos sus trabajos y todas sus glorias, y no solamente le anuncia las prosperidades, sino que también los dolores. Porque prosigue: "lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma".
Beda
En ninguna historia se lee que la Santísima Virgen María muriera herida por alguna espada, especialmente cuando, no el alma, sino el cuerpo es quien puede ser atravesado por el hierro. Por tanto, debemos entender que la espada que traspasó su alma fue aquélla de que se dice: "Y la espada en los labios de ellos atravesó su alma" ( Sal 58,8), esto es, refiriéndose al dolor de la Virgen por la pasión del Señor. La cual, aun cuando aparecía que Jesucristo moría por voluntad propia (como Hijo de Dios) y aun cuando no dudase que habría de vencer a la misma muerte, sin embargo, no pudo ver crucificar al Hijo de sus entrañas sin un sentimiento de dolor.
San Ambrosio
Tal vez manifestó en esto que la prudencia de María no era desconocedora de este divino misterio, puesto que la palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que cualquier espada de dos filos ( Heb 4,12).
San Agustín, de quaest. novi et veteris Testamenti, cap. 73
Acaso significó en esto que también María (por quien se había realizado el misterio de la encarnación), dudó con cierto estupor en la muerte de Jesús, viendo al Hijo de Dios tan humillado y que descendía hasta la muerte. Y así como la espada cuando toca a un hombre le hace temer, aun cuando no lo hiera, así la duda produjo en ella tristeza, sin matarla, porque no tomó asiento en su alma, sino que la atravesó como una sombra.
San Gregorio Niceno
Pero no declara que ella sola habría de sufrir en la pasión, cuando añade "Para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones", con lo que expresa el hecho, pero no la causa, porque después de estos sucesos se siguió para muchos el descubrimiento de sus pensamientos. Unos confesaban a Dios en la cruz, otros no dejaban de insultarlo e injuriarlo. O tal vez se dice esto en el sentido de que durante la pasión se manifestó la meditación en el corazón de muchos, que se enmendaron por la resurrección, reemplazando después la duda con la certidumbre. Acaso por revelación debemos entender iluminación, conforme al sentido habitual de la Escritura.
Beda
Mas hasta la consumación de los siglos, la espada de la más dura tribulación no cesará de traspasar el alma de la Iglesia, al ver que, aunque resucitan muchos con Cristo, una vez oída la palabra de Dios, son muchos también los que niegan y persiguen la fe. También cuando se ve que revelados los pensamientos de muchos corazones en que se ha sembrado la buena semilla del Evangelio, la cizaña de los vicios prevalece, o es la única que germina en ellos.
Orígenes
Había en los hombres pensamientos malos, que fueron revelados para que los destruyera el que murió por nosotros. Puesto que es imposible destruirlos durante el tiempo que permanecen ocultos, por lo que, si nosotros pecamos, debemos decir: "no he ocultado mi maldad" ( Sal 31,5). Si manifestamos nuestros pecados, no solamente a Dios, sino a aquellos que pueden curar las heridas de nuestras almas, se borrarán nuestros pecados.
 Evangelio según san Lucas, 2:36-38 

Vivía entonces una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya de edad muy avanzada, y la cual, casada desde la flor de ella, vivió con su marido siete años; y habíase mantenido viuda hasta los ochenta y cuatro de edad, no saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche con ayunos y oraciones. Esta, pues, viniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor, y hablaba de El a todos los que esperaban la redención de Israel. (vv. 36-38)
San Ambrosio
Había profetizado Simeón, había profetizado una que era casada, y había profetizado una Virgen. Debió también profetizar una viuda para que no faltase ningún sexo ni condición. Y por ello dice: "Vivía entonces una profetisa llamada Ana", etc.
Teofilacto
Se detiene el evangelista, describiendo la persona de Ana, diciendo quién era su padre, cuál era su tribu, y presentando como testigos a muchos que vieron a su padre y su tribu.
San Gregorio Niceno
O tal vez porque en aquel tiempo había otras mujeres que tenían el mismo nombre de su padre, y dice cuál es su procedencia.
San Ambrosio
Ana, tanto por sus virtudes de viuda, cuanto por sus costumbres, está representada como digna de anunciar al Redentor del mundo, por lo que continúa: "Que era ya de edad muy avanzada, y había vivido desde su virginidad, siete años con su marido y siendo viuda hasta los ochenta y cuatro años".
Orígenes, in Lucam, 17
No en vano el Espíritu Santo habitó en ella, porque el primer bien es poseer, si se puede, la gracia de la virginidad. Pero si esto no es posible, y sucede que la mujer pierda a su marido, debe permanecer viuda, y hallarse con este ánimo, no sólo después de la muerte de su marido, sino también mientras él vivió, a fin de que Dios, si no sucede así, premie su voluntad y su propósito, debiendo decir: Yo ofrezco esto, yo prometo que, si me sucede lo que no deseo, permaneceré viuda y pura. Con razón, pues, mereció esta santa mujer recibir el espíritu de profecía, porque había subido a la cumbre de la perfección, por su dilatada castidad, y por sus prolongados ayunos. Por lo que sigue: "No saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche en ayunos y oraciones", etc.
Orígenes
Esto indica que poseía todas las demás virtudes. Veamos, pues, cómo era conforme con Simeón por sus virtudes. Los dos estaban juntos en el templo, y juntos fueron considerados dignos de la gracia profética. Por ello sigue: "Esta, pues, sobreviniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor".
Teofilacto
Esto es, daba gracias viendo la salvación del mundo en Israel, y decía de Jesús que era el Redentor, y el mismo Salvador. De aquí prosigue: "Y hablaba de El a todos los que esperaban", etc.
Orígenes
Y como Ana la profetisa habló poco y no muy claro de Jesucristo, el Evangelio no refiere explícitamente lo que ella dijo. También se puede creer que tal vez habló Simeón antes que ella, porque éste representaba la forma de la ley (puesto que su nombre quiere decir obediencia) y ella representaba la gracia (según la significación del suyo), y como Jesucristo estaba entre ellos, dejó morir al primero con la ley, y fomentó con la gracia la vida de la última.
Beda
Según el sentido místico, Ana significa la Iglesia, que en la actualidad ha quedado como viuda por la muerte de su esposo. También el número de los años de su viudez representa el tiempo de la peregrinación del cuerpo de la Iglesia lejos del Señor. Siete veces doce hacen ochenta y cuatro; siete expresa la marcha del tiempo que gira en siete días, y doce que pertenecen a la perfección de la doctrina apostólica. Por esto, tanto la Iglesia universal, como cualquier alma fiel, que procure pasar todo el tiempo de la vida según la doctrina de los apóstoles, se puede decir que ha servido al Señor por espacio de ochenta y cuatro años. También concuerda bien con esto el tiempo de siete años, que esta viuda había vivido con su marido. Porque en virtud de un privilegio de la majestad del Señor, que El mismo en carne mortal nos ha explicado, el número de siete años es signo que expresa un número perfecto. También el nombre de Ana se conforma mucho con la Iglesia, porque su nombre significa gracia. Es hija de Fanuel que quiere decir cara de Dios, y desciende de la tribu de Aser, que quiere decir bienaventurado.
 Evangelio según san Lucas, 2:39-41 

Jesús y María, cumplidas todas las cosas ordenadas en la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Entre tanto el Niño iba creciendo y fortaleciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia del Señor estaba en El. Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua. (vv. 39-41)
Beda
San Lucas omite esto, porque sabía que San Mateo lo había expuesto con mucho detenimiento. A saber, que el Señor, después de todas estas cosas (para evitar que Herodes lo encontrase y lo matase) fue llevado por sus padres a Egipto, y volvió a Galilea del mismo modo después que hubo muerto Herodes, empezando a vivir en su ciudad Nazaret. Los evangelistas suelen omitir así las cosas que ven ya referidas, o que el Espíritu les hizo prever que habían de serlo por otros, de manera que prosiguen su narración, sin que aparezca que omitieron nada. Pero el lector solícito, que examina la escritura de otro evangelista, encuentra lo que ha sido omitido. Omitiendo muchas cosas, San Lucas dice: "Cumplidas todas las cosas", etc.
Teofilacto
La ciudad de Belén era como su patria, pero Nazaret era el lugar donde habitaba.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 9
Acaso llama la atención que dijo San Mateo que los padres del Niño se fueron con El a Galilea, principalmente porque Nazaret de Galilea era su patria, como dice aquí San Lucas. Pero debe entenderse que cuando el ángel dijo en sueños a José en Egipto: "Levántate, toma al Niño y a su Madre, y marcha a la tierra de Israel" ( Mt 2,20), San José comprendió que se le había mandado marchar a Judea (porque es por excelencia la tierra de Israel). Mas como en seguida supo que reinaba allí Arquelao, hijo de Herodes, no quiso exponerse a aquel peligro, pudiendo considerar que era lo mismo Israel que Galilea, en donde moraba el pueblo de Israel.
Griego, in Cat. graec. Patrum
O de otro modo, refiere San Lucas aquí el tiempo que pasó antes de ir a Egipto, porque José no hubiese llevado a María antes de que hubiera sido purificada. Antes que fuesen a Egipto no habían recibido orden de marchar a Nazaret, sino que deseando voluntariamente volver a su patria, hacia ella se encaminaron. No fueron, pues, a Belén sino con motivo del empadronamiento. Pero una vez cumplido este deber, por cuya causa habían ido allí, se fueron a Nazaret.
Teofilacto
Podía haber nacido Jesús teniendo en cuanto al cuerpo una edad madura. Pero para que esto no pareciese fantástico, creció poco a poco, como dice el texto: "Y el Niño crecía y se fortificaba".
Beda
Debe advertirse la distinta significación de estas palabras, porque Nuestro Señor Jesucristo en cuanto era niño (esto es, en cuanto se hallaba revestido del hábito de la humana fragilidad), debía crecer y fortificarse.
San Atanasio, lib. De incarnat. Christi, contra Arianos, lib. 4
Si según algunos, la carne de Jesús se había transformado en la naturaleza divina, ¿cómo podía recibir incremento? El creer que puede crecer Aquel que no ha sido creado es una impiedad.
San Cirilo
Pero une el aumento del cuerpo al incremento de la sabiduría con toda oportunidad, cuando dice: "Y se fortificaba", esto es, en espíritu, porque según la edad del cuerpo, manifestaba la naturaleza divina su propia sabiduría.
Teofilacto
Si cuando era pequeño en edad hubiese demostrado su sabiduría, hubiera parecido prodigioso, por lo cual se manifestaba a sí mismo progresivamente según la edad, para llenar todo el mundo. Y no se dice que se fortificaba en su espíritu en el sentido de que recibía la sabiduría, porque ¿cómo puede decirse que después se perfecciona más lo que desde el principio es perfectísimo? 1 De donde prosigue: "Lleno de sabiduría en verdad".
Beda
"Porque la plenitud de la Divinidad habitaba corporalmente en El" ( Col 2,9). Y la gracia porque a Jesucristo, hombre, le fue concedida la gran gracia de que desde que empezó a ser hombre fuese perfecto y fuese Dios, mucho más si consideramos que era Verbo de Dios y Dios mismo, y no necesitaba fortificarse, ni debía crecer. Todavía siendo niño, tenía la gracia de Dios, para que, como todas las cosas en El eran admirables, lo fuese también su niñez, y se cumpliese así la sabiduría de Dios.
Prosigue: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua".
San Juan Crisóstomo, Orat. 2, contra Judaeos
Mandaba la ley observar no sólo el tiempo, sino también el lugar en las solemnidades de los hebreos, y por tanto los padres de Jesús no querían celebrar la Pascua fuera de Jerusalén.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 10
¿Cómo, pues, los padres de Jesús iban todos los años durante su infancia a Jerusalén, si se lo impedía el temor a Arquelao? No sería difícil desvanecer esta duda si alguno de los evangelistas hubiese dicho el tiempo que Arquelao reinó. Porque pudo suceder que fuesen a Jerusalén en los días festivos, ocultándose en seguida, puesto que temían hacerse visibles si permanecían allí en los demás días, y pasar por irreligiosos si no asistían a las solemnidades. Pero, como todos guardan silencio respecto del tiempo que reinó Arquelao, pueden interpretarse las palabras de San Lucas: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén" en el sentido de que lo hacían así cuando no era ya de temer aquel rey.
Notas
1. "Esta alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" ( Lc 2,52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (ver Mc 6,38; 8,27; Jn 11,34). Eso... correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" ( Flp 2,7)" Catecismo de la Iglesia Católica, 472.

LA LEY ANTIGUA Y LA VENTAJA DE LA NUEVA LEY EN CRISTO

La Vigencia de la Ley Moral

Hay en la Palabra de hoy una fuerte mención de la Ley de Dios, la Ley Antigua, la dada por Moisés,  tanto en la Epístola como el Evangelio, con enfoque distinto.
Recordemos que Jesucristo ha afirmado con claridad diáfana: No he venido a abolir la Ley, sino a dar cumplimiento. Esta afirmación debe entenderse con la Tradición y la interpretación del Magisterio de la Iglesia.
La misión del Señor nunca fue desechar la Ley de Moisés como si fuera un error histórico (concepto que refocila a los progremodernistas) de Dios o del Pueblo de Israel. La Ley de Moisés no fue ley humana (algo que también maneja la nefasta teología personalista, como también ciertos grupos aprobados después del II Concilio); fue Ley dada por Dios y absolutamente necesaria.
La Ley antigua fue como un ayo, un tutor que llevó al pueblo de Israel inmaduro espiritualmente hasta la Venida del Mesías, el Hijo de Dios, en la plenitud de los tiempos. San Pablo lo menciona en la Epístola y este tema está tratado en otras Cartas, como la de los Hebreos.
Cuando llegó la Plenitud de los Tiempos, el Pueblo en cierto estadio espiritual después de haber sido instruido por Dios durante la historia, por Moisés, los jueces, los Profetas y Santos Reyes, vino el Mesías, el Salvador y no desechó la Ley, sino que la llevó a su cumplimiento. La elevó, la profundizó, la interiorizó, la hizo mas exigente espiritualmente y menos ritualista exteriormente. La plenificó.
Esto se ve claro en el Sermón de la Montaña: ¡Han escuchado que se ha dicho, pero Yo les digo!
Paradójicamente en esta elevación y plenificación de la Ley, se suelta el lastre del preceptivismo ritual. En el plano ritual externo la cosa se simplifica; pero los Mandamientos de la Ley de Dios siguen absolutamente vigentes; no solo vigentes sino con un significado y una exigencia espiritual mas profunda; esto se ve claro en el Sermón de la Montaña y en las Charlas de Despedida, en la Oración Sacerdotal del Señor, en el Mandamiento del Amor.
¿Quieres llegar a la vida eterna? ¡Cumple los Mandamientos! Dice el Señor al Joven Rico.
Si ustedes me aman, guardarán mis Mandamientos…
El que dice que lo conoce (a Cristo, dice San Juan en su Carta) y no cumple sus Mandamientos, es un mentiroso.
Esto que está tan diáfanamente claro ha sido oscurecido de una manera inverosímil por el progremodernismo, por la teología personalista, haciendo una contraposición inicua, falsa, entre cumplimiento de Mandamientos y Amor. El cumplimiento legal, legalismo, es farisaico, vacío de amor, sostienen satisfechos los nefastos progremodernistas. No importa el cumplimiento de leyes, importa el Amor, concluyen con satisfacción luciferina.
Pero no hay amor sin Verdad; no hay Amor negando la Palabra y la Ley de Dios; hay justamente lo contrario: desamor y vacío de Dios. Lo que queda ahí es nada más que sentimentalismo, asistencialismo, autoayuda, vaga fraternidad horizontal antropocéntrica, oenegenismo, como se ve claramente hoy en el neoparadigmatismo eclesial.
La verdad es justamente lo contrario: el indicador de que hay amor es el cumplimiento de los Mandamientos, como lo dice claramente el Señor en el Evangelio y San Juan en su Carta; y así lo ha sabido siempre la Iglesia con absoluta claridad hasta 1962. Luego con Rhaner y la teología personalista, se «empiojó la cancha», se suele decir en mi país, cuando la cosa se complica, se oscurece.

Veamos con que exquisitez María y José, y luego el mismo Cristo, cumplen con la Ley de Dios necesaria al momento. Cuando algo está o estuvo siempre mal interpretado, o debe ser elevado y profundizado a la plenitud, el Señor lo señala con absoluta claridad. Vemos los episodios de pésimas interpretaciones farisaicas de la Ley, como el tema del Sábado y el Korbán, este último en el Evangelio de San Marcos, que Jesús refuta con elocuencia divina, finalizando con el apóstrofe a los fariseos de que en vano rinden culto a Dios, pues no siguen otra cosa que Mandamientos de Hombres.
¡En vano me rinden culto, pues siguen Mandamientos que nos mas que Mandamientos de hombres!

Esto está dirigido específicamente al antropocentrismo progremodernista que asuela la iglesia desde el II Concilio Vaticano. Está dirigido a la aterrización, al vaciamiento de sobrenaturalidad y trascendencia, a la horizontalidad crasa a que es reducida la Palabra de Dios. Muchas veces a sosa autoayuda y moralina sentimental políticamente correcta, muy inferior a la moral natural de Cicerón y Confucio. Es decir, digámoslo de una: Cristo fue anulado. Si Cristo se encarnó, predicó, hizo milagros, mostró el poder omnímodo de Dios sobre toda la creación, incluso sobre el Demonio y la Muerte, luego pagó por nuestros pecados en su Pasión y Muerte, bajó a los infiernos, resucitó de entre los muertos, Ascendió y recobró su Trono Eterno, ahora encarnado en la naturaleza humana, envió el Espíritu Omnipotente de Dios, para que descendamos bajo la exigencia de la moral natural, y nos contentemos con ser buenas personas……entonces hizo todo al reverendo pedo -de balde, en España-. La Redención ha quedado bonitamente anulada. El Diablo es realmente talentoso y astuto.
Pero no; la Venida de Cristo y su Redención nos da la Gracia de elevarnos por sobre nuestra naturaleza y realizar el Sermón de la Montaña, cumplir los Mandamientos, no principalmente como un imperativo puramente externo, como una cárcel que tortura al hombre, sino impulsados desde dentro, por el Espíritu que nos hace clamar ¡Abba Padre! Esto no implica que no nos debamos esforzar en cumplir la voluntad de Dios. El esfuerzo requiere muchas veces de la negación de sí mismos, pero la Gracia de Dios da siempre infinitamente más de lo que pide.
Hay Gracia mas que suficiente para realizar  con creces el Sermón de la Montaña y cumplir los Mandamientos.
La demonización del concepto cumplir es otra estupidez nefasta progremodernista que ha tenido un éxito devastador en la Fe de la Iglesia. Se lo ha asociado, como ya mencionamos, con fariseismo. Uno de los sofismas mas caros y dañinos del progremodernismo y la teología personalista.
Ahora, después de la Venida de Cristo, ya no somos siervos exclusivamente, sino hijos, amigos, hermanos del Señor, como él mismo nos llama en el Evangelio. Hemos sido liberados de un lastre de preceptos exteriores de la Antigua Ley, y debemos vivir la Ley del Espíritu que mora en nosotros, que no excluye el cumplimiento de los Mandamientos, pero ahora lo puede cumplir con la fuerza interior infinita del amor del Espíritu que habita en nosotros. La moral católica ya no es una mera ética heterómana, sino que también es autónoma, porque Dios en su Espíritu, obra dentro de nosotros.

LAS PROMESAS DE DIOS SON ESTUPENDAS CUANDO SE CUMPLEN

El Evangelio de hoy, en la Octava de Navidad, debe ser abordado en una primera mirada desde el gozoso asombro, el estupor dichoso del que ve cumplirse la Promesa del Señor. Esta siempre supera la expectativa del hombre. Dios siempre es más de lo que imaginamos, aún impulsados por la Gracia.
María, que tenía más talento, más sabiduría y hasta yo diría que conocía la Escritura mejor que cualquier rabino y cualquier erudito progremodernista de hoy, (conocer y amar en hebreo apuntan al mismo concepto en hebreo: una relación íntima de amor. La Madre de la Palabra conocía bien la Palabra y la amaba), está maravillada por la alegría de los profetas Simeón y Ana, que reciben al Niño como el Mesías, el Esperado.
La caterva religiosa de Israel no pudo discernir la llegada del Esperado, porque no conocía la Escritura, en el sentido profundo y hebreo del término. El abordamiento farisaico era mas bien nemotécnico, de una erudición puramente académica y humana; igual que el progremodernismo. No hay allí genuflexión amorosa ante la Palabra; hay una mirada presuntuosa y crítica, instrumentalizadora, que pretende mostrarse como piadosa. El resultado es que no entienden nada, ni logran conocer nada. Se lo dijo el mismo Cristo a los Fariseos: Ustedes no me conocen. A mi Padre no lo conocen. Si lo conocieran a Él sabrían quién Soy. También los trata de raza de víboras e hijos del Diablo. El progremodernista es el Hijo del Fariseo, Doctor de la Ley y Escriba. Tiene las mismas características principales: no busca la Gloria de Dios, sino la que dan los hombres; adora la Apariencia, la Figuración; le gusta mostrarse como piadoso y superior, aunque hoy la vaya de humilde. Finge humildad. El Respeto Humano es Sagrado para él.
El Fariseo era legalista en cuanto a la Ley de Dios malinterpretada; el Progremodernista es legalista en cuanto a la Corrección Política del Sistema; he ahí su Dogma: a esto le llama Inserción en la Historia, Ciudadanía del Mundo. La realidad sin eufemismos es que es un maniqui del Sistema.
El confinamiento a la Inmanencia los une: ¡En vano me rinden culto, porque su Doctrina no es mas que Mandamientos de hombres!
Ahora la diferencia es que el progremodernista en cuanto a la Ley de Dios es Anómico, para él no es más que convenciones y normas humanas.
Pero el católico fiel, el humilde, sí entiende la Escritura. Cuando se ama la Escritura, se ama la Tradición y se ama el Magisterio auténtico y fiel de la Iglesia. Entonces se entiende.
Si se desprecia la Tradición y el Magisterio no se entiende nada.
Es para aprender de la actitud de María, que presenciaba los acontecimientos y guardaba las cosas en su corazón, meditándolas con la Palabra de Dios. Entonces el cumplimiento de las Promesas de Dios no nos encuentra desubicados, en otra….como decimos en Argentina.

VOLUNTAD SALVÍFICA, MISERICORDIA, PERO TAMBIÉN JUSTICIA

Vemos en el Evangelio de hoy que la misión de Cristo suscita una toma de posición en los hombres. Él es Signo de Contradicción, y está puesto para Resurrección y Ruina de muchos. Él es una divisoria de aguas. Dios tiene voluntad salvífica; quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, dice San Pablo a Timoteo. Pero esta voluntad salvífica está supeditada al libre albedrío del hombre: a creer y seguir al Mesías. Creer y amar. Para Rhaner todos los hombres son cristianos anónimos y tienen metida intrínsecamente en su naturaleza la salvación, podemos decir brutalmente.
Pero para Dios no: se salva el que cree en Cristo, el que lo ama y cumple sus Mandamientos.


EL SIGNO DE CONTRADICCIÓN, LA CRUZ, EL RECHAZO DEL SISTEMA

El profeta Simeón bendice a María y José, pero luego se dirije a ella especialmente y le espeta con claridad, sin anestesia: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, será signo de Contradicción, y a ti misma, una espada te atravesará el alma, a fin de que salgan a la luz los designios de muchos corazones.
Siempre volvemos a los mismos temas, porque esos mismos temas son capitales, candentes hoy. Vemos como los Profetas, el Bautista y el mismo Cristo, y después los Apóstoles, Papas, los Santos, los misioneros y Doctores de la Iglesia, siempre han hablado con claridad meridiana, sin recubrimientos almibarados, sin cobardías, sin respetos humanos, sin disminuir ni mutilar la Verdad, sin eufemismos licuados y dulzones, sin vaguedades, sin ambigüedades, hasta 1962.
Siempre se ha hablado de los enemigos del Cristiano, el Demonio, la carne, el mundo; se ha hablado sin rubores de la Cruz, del sufrimiento, de la hostilidad del mundo, del fin del mundo y de la Parusía del Señor, del Juicio Final, de los castigos de Dios, del Infierno….
Luego empieza otra época, otra era, explícitamente anunciada por Juan XXIII en el Discurso de Inauguración del II Concilio Vaticano: la Era de la Misericordia.
El lenguaje se vuelve vago, impreciso, ambiguo, borroso, se licúan conceptos para no herir a nadie….Muchos puntos de la soteriología y la escatológia se proscriben…el Mundo, por obra de Rhaner, Theiulard y los personalistas, la Nouvelle Teologíe, ya deja de ser el enemigo y se convierte en el Maestro que hay que seguir; en todo caso, un amiguito díscolo e irascible, pero genial y mas interesante que Dios mismo…..El Mundo es la Realidad con mayúscula.
Pero a la misma Virgen María parece no molestarle la Verdad clara; ni le molesta mostrársela a niños pequeños con imágenes y tods: En Fátima a los Pastorcitos les mostró el Infierno.
En la Era conciliar y post conciliar pareciera que decir verdades con precisión y sin licuación ni velos almibarados, sin eufemismos vaciantes, es un acto de terrorismo. Entonces Cristo, los Profetas, los Santos, los Doctores de la Iglesia, los Papas, y la misma Santísima Virgen son terroristas religiosos.
Hay un amaneramiento, una manierización (por no usar acá un término mas soéz) de la Iglesia, que acompaña al sistema en este proceso de licuación del orden romano y cristiano de la civilización occidental.
Pero atengámnos a la Verdad revelada y a Cristo mismo: será signo de Contradicción; el mundo es hostil a la Verdad, en su estructura de poder, en su espíritu. El cristianismo siempre fue perseguido, porque la Verdad choca a los que prefieren las tinieblas. El hombre del mundo aborrece la claridad de la Verdad y se refugia en la mentira almibarada, vaga, borrosa. Las tinieblas no soportan la Luz; lo dice El Evangelio con claridad.
Por eso Cristo fue crucificado, por dar testimonio de la Verdad. Y millones de cristianos verdaderos, verdaderos discípulos de Cristo fueron martirizados durante dos milenios, por no licuar ni abdicar del Mensaje de la Verdad, de la Palabra de Dios.
Pero el Progremodernismo ha descubierto que ese catolicismo arcaico ha sido muy torpe, poco diplomático, poco astuto; debería haber dialogado mas con el César; no espetarle críticas morales fundamentalistas, ni Apocalipsis arcaicos y oscurantistas, pesimistas. Debería haberle hablado con persuasión e inteligencia, adaptando la Palabra. Entonces no hacen falta mártires, porque la Iglesia se reconcilia con el Mundo. Esta es la estrategia de fondo del Progremodernismo.
Es obvio que el oneroso costo de esto no es otra cosa que abandonar a Cristo, con Él la Verdad que choca, y el ser Signo de Contradicción.
Por eso la iglesia después del II Concilio se vuelve coqueta con el Mundo, y aún máss que eso. Ya no lo enfrenta y le canta las cuarenta….ahora le dora la píldora (adulación, en Argentina)….hablando en general. Igual sigue habiendo mártires y signos de contradicción, porque siguen siendo fieles a la Verdad, y no aceptan el aggiornamiento progremodernista; la reconciliación con el mundo.
Animo, Yo he vencido al mundo, dice Cristo en el Evangelio. Al que venza….dice Apocalipsis, Yo le daré….y promete diversos premios.
¿Qué es este vencer al mundo? ¿Aniquilarlo con armas? No, predicarle la Verdad para que se convierta, aún a costa de ser rechazados, ridiculizados, perseguidos, segregados y martirizados, como Cristo, los Profetas, el Bautista, los Apóstoles y millones de Santos en toda la historia de la Iglesia; hoy inclusive.
Cristo no manda reconciliaciones mentirosas, que no son mas que abdicación de la misión que Él nos mandó, claudicación de la Verdad, traición para venderse al Enemigo, con tal de estar cómodos en su Reino y no ser molestados. Con tal de tener la Paz que da el mundo a sus ciudadanos, a los que aceptan su corrección política.
Mi Paz les dejo, mi paz les doy, pero no como la da el Mundo…
 La Paz de Cristo es la salud y la quietud profunda espiritual que da la amistad Divina, el vivir en la Verdad y el Amor de Dios, no es la traición, el abandono de Cristo para entregarse al Sistema abdicando de la Verdad que tanto le molesta a él.
Pero este es el viraje doctrinal de hecho que ha conseguido el progremodernismo en la iglesia.
Pero el católico fiel, Tradicional, sabe que ser discípulo auténtico de Cristo, traerá choque con el mundo y los hijos del sistema. Traerá ser Signo de Contradicción, igual que Cristo y todos los profetas y santos de la historia. Esta es la Verdad.

MI PAZ LES DEJO, MIS PAZ LES DOY, PERO NO COMO LA DA EL MUNDO

Jesús nos deja su Paz, como dijimos antes, la verdadera; la salud y la quietud profunda espiritual que da la amistad Divina, el vivir en la Verdad y el Amor de Dios. La Verdad libera y da Paz al hombre, con la verdadera liberación del Pecado, del Demonio y del Mundo; esta liberación puede implicar el rechazo e incluso el odio de los seres queridos y cercanos como ya lo predice con claridad Cristo en el Evangelio. ¿Ustedes creen que he venido a traer paz? No he venido a traer paz, sino espada….Con lo que hablamos antes, esta paradoja queda bien entendida. Espada a la mentira, a la falsa paz.

LA VERDADERA NAVIDAD

La verdadera Navidad, la de Cristo verdadero, el Cristo de la Fe y de la Historia, que es el mismo; el Cristo de la Escritura, vivida por la Tradición e interpretada por el Magisterio hasta 1962, trae al hombre la alegría porque Dios cumple sus promesas de amor al hombre. La Venida de su Hijo para redimirnos y liberarnos del Demonio y la perdición eternas.
Esto trae paz al cristiano, la Paz de Cristo, no la del Mundo. El ser signo de Contradicción y ser discípulo de Cristo trae, en mayor o menor medida, tarde o temprano, la guerra del mundo; hay que saberlo definitivamente.
Salvando las distancias, la espada que traspasó el corazón de María en la Pasión de Cristo, va a traspasar el nuestro también; pero si estamos en la Verdad, la Paz verdadera no se irá del fondo de nuestro corazón, aún en medio del dolor, del rechazo y la persecución, aún en el martirio. Como de hecho lo han atestiguado millones de mártires durante toda la historia, muriendo con alegría, seguridad y gallardía por Cristo.
La alegría profunda, la seguridad, la fortaleza, el aplomo en medio de la guerra, es el signo del verdadero cristiano, y el signo de vivir la Navidad en serio.


ORACIÓN FINAL
Le pedimos a la Santísima Virgen, que tanto amaba la Palabra, que meditaba y guardaba las cosas de Dios en su corazón, que se alegraba profunda y gozosamente por las promesas cumplidas, que nos de la Gracia de creer en las Promesas de Dios, de avivar las virtudes infusas de la Fe, la Esperanza y el Amor, para vislumbrar la Gloria eterna y superar las penas de este mundo, que nos de rectitud para interpretar la Revelación y permanecer en la Verdad, con discernimiento para aceptar los verdaderos signos de Dios y no confundirnos en esta era de Confusión incluso intraeclesial. Que nuestra postura verdadera respecto de Cristo y la Verdad redunde en un verdadero amor al prójimo.
Que también interceda para que no abdiquemos y nos regalemos al enemigo por comodidad, por una presunta Reconciliación; que perserveremos hasta el fin, en el martirio si es necesario, al pie de la Cruz como ella, o en nuestra propia cruz, para lograr la Salvación y alegrarnos eternamente disfrutando el cumplimiento de las Promesas últimas de Dios en el Reino Pleno.




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