IV DOMINGO DE ADVIENTO
I clase, morado
Sin Gloria.
Credo, prefacio de Adviento, o en su defecto, de la Santísima Trinidad
TEXTOS DE LA MISA
Introito.– Is.
45.8: Salm- 18-2.- Cielos, enviad rocío de lo alto, y nubes, lloved a]
Justo; ábrase la tierra, y brote al Salvador. V/. Los cielos cantan la gloria
de Dios, y pregona el firmamento las obras de sus manos. V/. Gloria al Padre.
Colecta.-
Muestra, Señor, tu poder y ven, y socórrenos con tu gran fortaleza; para que tu
misericordia, siempre propicia, se apresure a darnos graciosamente los auxilios
que nuestros pecados nos retardan. Tú que vives.
Epístola. 1
Cor. 4.1-5,-
Hermanos: Se nos ha de considerar como ministros de
Cristo y dispensadores de los misterios de Dios. Lo que se requiere en los dispensadores
es que se muestren fieles. Por lo que a mí toca, muy poco se me da el ser
juzgado por vosotros o en cualquier juicio humano; Pues ni aun yo me juzgo.
Pues si bien de nada me remuerde la conciencia, no por eso me tengo por justificado;
mi juez es el Señor. Por tanto, no juzguéis antes de tiempo. Dejad que venga el
Señor; él iluminará los secretos de las tinieblas, y descubrirá las intenciones
de los corazones, y entonces cada cual recibirá su alabanza de Dios.
Gradual.- Cerca
está el Señor de todos los que le invocan, de verdad. V/. Mi boca hablará la
alabanza del Señor, y bendecirá toda criatura su santo nombre.
Aleluya.- Aleluya,
aleluya. V/. Ven, Señor, y no tardes; perdona los
pecados de tu pueblo Israel.
Evangelio. Luc.
3.1-6
El año decimoquinto del imperio de Tiberio César ,
siendo Poncio Pilato gobernador de , Herodes, tetrarca de Galilea, y su hermano
Filipo tetrarca de y de la provincia de Traconítide; siendo Lisanias tetrarca
de Abilina, y bajo los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra
del Señor sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió entonces
toda la región del Jordán, predicando el bautismo de penitencia, para la
remisión de los pecados, conforme está escrito en el libro de los oráculos de
Isaías profeta: Una voz clama en el desierto: Preparad el camino del Señor;
enderezad sus senderos; todo valle será terraplenado y todo monte o collado
será rebajado, y lo torcido, enderezado, y los caminos fragosos allanados; y verá
todo hombre al Salvador de Dios.
Ofertorio. Luc.
1, 28. 42.- Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo;
bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
Secreta.-
Te rogamos, Señor, mires benigno a los presentes sacrificios, para que
aprovechen a nuestra devoción y salud. Por nuestro Señor.
Prefacio
de la Santísima Trinidad.- En verdad es digno y justo,
equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo
Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu
Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola
persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has
revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin
diferencia ni distinción. De suerte, que confesando una verdadera y eterna
Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la
igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines
y los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz.
Santo.
Comunión. Is.
7.14.- He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un hijo que se
llamará Emmanuel.
Poscomunión.- Te
rogamos, Señor, recibidos estos dones, que la frecuencia del misterio,
acreciente el efecto de nuestra salvación. Por nuestro Señor.
COMENTARIO
Como habitualmente, reproducimos
el meduloso comentario del Padre Castellani. Luego citas-reliquias de los
Santos Padres, por último nuestro propio comentario vinculando la Palabra con
temas de actualidad.
Cabe destacar que este comentario
se vincula con nuestro audio en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=pXquV7DNne4&t=150s
DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO [Lc 3, 1-6] Lc
3, 1-6 El tercer evangelio dominical acerca de Juan el Bautizador es el
comienzo de Lucas III, y contiene solamente la marca cronológica y los dos
primeros temas de la predicación de Johanan. Lucas marca solemnemente este
acontecimiento, nombrando a todas las autoridades, como hacían los romanos: 5°
año del Imperio de Tiberio; Procurador de Judea, Poncio Pilato; Tetrarca de
Galilea, Herodes; Tetrarca de Iturea, Felipe su hermano; y de Abilina, Lisanias
–con el cual Lisanias hallan dificultades los historiadores–; bajo los
Pontífices Caifás, y Anás su suegro, que aunque pontífices había uno solo,
todos sabían que el que mandaba realmente era el suegro, o mejor dicho, toda la
familia... Esta indicación sirve mucho a los eruditos para determinar la
difícil cronología de los hechos evangélicos; y como el fin de San Juan está
bien marcado en la Segunda Misión Galilea de Cristo, es decir, en su segundo
año, sabemos que la misión y la vida de Juan fue muy corta y que murió de la
misma edad de Cristo, cerca de octubre del año 32; de nuestra cronología, el
26. Juan le llevaba seis meses de vida a su primo Jesucristo. “Et Sic sextas
mensis est illi, quae vocatur sterilis”. San Lucas reporta el nacimiento y la
vocación del Bautista en un capítulo lleno de movimiento lírico-dramático, que
termina con el Cántico de Zacarías, joya de la lírica hebrea. Hijo del milagro,
Juan nació de una mujer estéril y un varón anciano; y el Ángel Gabriel anunció
de antemano el suceso a su padre; el cual dudó de la visión, en castigo de lo
cual quedó mudo. Estaba el Ángel de la Anunciación a la derecha del altar del
incienso; y anunció al sacerdote Zacarías la gloria futura de su hijo, mientras
la plebe afuera oraba en masa y se extrañaba de que el Sacerdote se demorara
tanto. “Nacerá para alegría de muchos, no beberá vino ni grapa, y será lleno
del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre”. No beber vino era señal de
ser essenio, una especie de ermitaños o monjes que no se cortaban el cabello,
no tocaban un arma, guardaban continencia voluntaria y vivían oración y
penitencia para implorar la venida del Mesías y prepararse a ella. El
historiador Josepho narra de los essenios varias cosas raras y aun ridículas,
al lado las otras que dije; que pueden ser verdad, o pueden ser de esas cosas
inventadas que en todos los tiempos el vulgo dice de los “frailes”. El
Evangelio dice que el hijo de Zacarías y Elizabeth desde muy niño movido por el
Espíritu Santo se fue al desierto; y por ende fue essenio, porque en el
desierto, de niño no pudo haber vivido solo, ni lo permitieran sus padres. En
el Medioevo los chicos se escapaban de su casa para meterse en los
cluniacenses, cuando predicaba San Bernardo. Y en nuestros días, en la India
pasa a veces lo mismo, según leemos en el... Reader Digest. Puede que sea
verdad. En el desierto vivió de langostas y miel silvestre: en Oriente (en las
Filipinas hoy día, por ejemplo) comen las langostas; pero son allá unos bichos
diferentes de los nuestros, más grandes y más sabrosos; y también diferentes de
las langostas de Chile”38. Las secan al sol y las mascan como maní, o semilla
de girasol. Después de eso no sabemos más del niño prodigio, hasta que aparece
como un meteoro “en toda la comarca del Jordán”. Cerca de los 32 años, “se hizo
la voz de Dios sobre él”; y él cayó como un león a bramarla ante las gentes de
Judea. Su boca estaba llena de las palabras más agrias de los profetas: “Raza
de víboras - generación adúltera - corazones de piedra - falsos hijos de 38Es
posible que Juan el Bautizador haya comido algarrobas –como los pobres en el
Sur de España–; porque hay una especie de acacia que da unas vainas harinosas,
al cual los ingleses llaman locust-tree o árbol de langostas, según me informa
don Jorge Pereda. Pero el texto griego dice simplemente “langostas”. Abraham -
árboles sin fruto buenos para el fuego - árboles muertos listos para el hacha.”
La muchedumbre quedaba tocada: “Cuando venga el Mesías no lo reconoceréis por
vuestras maldades; pero Dios puede convertir las piedras éstas en hijos de
Abraham.” “–¿Qué debemos hacer?”. Juan se ablandaba entonces y les imponía los
mandatos de la ley natural, antes que las observaciones vanas y las inútiles
excrecencias de la moral talmúdica. Asombra la lenidad de los preceptos de Juan
al lado de la acidez de su dogmática. Los que son austeros consigo mismos,
suelen ser dulces para con los demás; y viceversa. “Los soldados le
preguntaban: Maestro ¿qué haremos? y él respondía: “No andéis pidiendo aumentos
de sueldo y no seáis prepotentes””. Se ve que los militares han sido siempre
los mismos. A los cobradores del gobierno les decía: “No andéis sacando
coimas”; y a la muchedumbre en general: “Haced limosnas por poco que algo os
sobre.” De aquí sacaron los Santos Padres que la limosna es el mejor medio para
la expiación de los pecados, no más que la oración, pero más que el ayuno. Y
después los bautizaba con el “bautismo de Juan”, el bautismo preparatorio o
provisorio. San Juan imponía a la gente simplemente su deber profesional, el
deber de estado que se llama; y no se puede dudar que estaba muy acertado,
porque el deber de estado resume en sí todos nuestros deberes. “Las mujeres se
salvarán por la crianza de sus hijos”, dice San Pablo: es su deber profesional.
Si no eres buen obrero ¿cómo serás buen hombre? Y si no eres bueno a manejar
tus manos ¿cómo ordenarás tus pensamientos, que son mucho menos obedientes?
Ustedes encontrarán tipos que son “muy religiosos”, y no son buenos hijos o
buenos vecinos o buenos ciudadanos; bien: no son muy religiosos. También se
encuentran “buenos religiosos” que son malos profesores, malos predicadores,
malos escritores –o malas enfermeras o maestras –: no creo que sean muy buenos
frailes. Un buen fraile que escribe, lo menos que puede hacer es aprender a escribir;
si no, que no escriba. Agarran a un fraile buenazo y corto y lo hacen Superior
de un convento: como hombre es un santo y como Superior una porquería. Para
hacer un buen ángel, primero hay que hacer un buen hombre, decía San Francisco
de Sales. Agarran a un resto del suburbio y de golpe quieren hacerlo un
sacerdote del Altísimo a fuerza de devociones; y no les sale. Salen “fetos con
alas”, como decía Don Orione. Primero de leer la Imitación de Cristo hay que
aprender la Ética a Nicómaco. Contra todas estas macanas militaba San Juan
Bautista. Que cada cual comience por hacer bien su oficio. Al rey Herodes, que
cayó allí con su comitiva, de curiosón no más, a ver cómo era aquello que toda
la gente hablaba, no le dijo que hiciese bien su oficio de rey, pues todos
sabían que no era rey sino de mojiganga. Le dijo una cosa casi suicida: “No te
es lícito cohabitar con la mujer de tu hermano.” Preparado Herodes por este
disgusto, los fariseos tuvieron juego fácil para hacer encanar a Juan por
“perturbador”; y la mala hembra para hacerlo decapitar. En los sótanos del
Palacio de Makeronte, el Tetrarca de la Judea solía ir a conversar con el
eremita: le molestaba lo que oía, pero lo oía; lo cual ya es algo; pero
Herodías la mala hembra no le perdonaba la condena de sus amores incestuosos.
Toda esta familia de los Asmoneos era un desastre: aristocracia en decadencia,
refinada pero muelle. Herodes Antipas había vivido en Roma, era amigo del
Cesar, tenía un barniz de cultura griega y de entereza romana sobre su oblicua y
astuta alma de asiático; y los romanos lo tenían allí en un palacio de jaspe y
sedas como pantalla para tener quietos a los judíos con la ilusión de que eran
“nación” puesto que allí estaba su “rey”: estos romanos eran los ingleses de
aquel tiempo; y este rey fantoche no hacía más que emborracharse y cobrar
impuestos. Tres veces al año caía sobre los míseros campos de Galilea el
gusanón de tres cabezas: los impuestos de los romanos, los impuestos de Herodes
y los impuestos del Templo, por medio de los implacables publicanos o
cobradores oficiales. Los campesinos decían: “la cosecha se libró del gusano;
pero no se librará del gusanón”. Herodes dio una gran fiesta en su cumpleaños a
todos los notables de la ciudad y se emborrachó: éste cumplía años casi todas
las semanas, como Parreño el guitarrero: y allí pereció San Juan Bautista,
ofrenda al despecho, a la lujuria y a la frivolidad. Esta fiesta sanguinosa ha
tentado la pluma de los escritores, músicos y pintores románticos: Oscar Wilde
escribió con ella un drama para Sarah Bernhardt tan lleno de colores, gemas y
lentejuelas como el salón regio de Herodes o más; es vistoso y agradable de
leer pero bastante disparatado. Flaubert escribió una noveleta, también
romántica, y muy exótica y palabrera. Y después el músico Strauss, y varios
otros. La narración evangélica es más fuerte que todas las variaciones
románticas acerca de la Primera de las Vampiresas. Salomé, hija de Herodías
bailó delante del ebrio y lo dejó fascinado; que le prometió con juramento allí
mismo la mitad de su reino (¿Qué reino?). Ella, movida por su madre, le pidió
la cabeza de San Juan Bautista. Salomé no sería como la pinta Oscar Wilde, pero
ciertamente era una depravadita: le faltó tiempo para obedecer el consejo
nefando “apresuradamente”, dice el Evangelio. qué angelito de polleras cortas!
El rey diletante “se contristó” porque tenía de San Juan Bautista un miedo
supersticioso; más tarde, cuando oirá hablar de los milagros de Cristo, se
asustará y dirá: “¡Ese es Juan el profeta que ha resucitado!”. Más tarde aún,
mandará a buscar a Jesucristo y Este se negará a visitarlo diciendo: “¿Qué
tengo que ver yo con esa raposa vieja?”. Más tarde todavía, el Viernes Santo,
pedirá al Mesías atado delante de su cara granujienta que “le haga un milagro cualquiera...
para ver”; y el Salvador bajará la cabeza sin contestar una palabra. Poco más
tarde, morirá como un perro agusanado. Mas ahora estaba en su gloria, delante
del Pontífice Caifás, del Centurión de !a Antonia, y de la flor de los
saduceos. Había jurado y tenía que cumplir. El verdugo bajó al sótano y trajo
en un plato argentino la cabeza sangrienta del Precursor de Cristo; y Herodías
y Salomé quedaron servidas. Como la de Cristo, delante de ese cubil de
afeminados, a boca de Juan estaba ahora muda; pero él había dicho su palabra,
desde los días de Aenon-en-Salim hasta ayer. Sin ninguna ilusión acerca de lo
que podía esperar de su regio oyente, había despachado hacia Cristo
definitivamente a sus discípulos, que lo seguían incluso en la cárcel con un entusiasmo
un poco brasilero. Tenían disputas con los nuevos discípulos de Cristo; y así
fueron, cuando todavía bautizaba en las Fuentes (Aenon) cerca de Salim, y le
dijeron al Precursor: “Maestro, aquel que estaba escuchando y al cual Tú
bautizaste en la ribera, ahora bautiza El –lo cual no era exacto– y todos
corren detrás de El. ¡Qué hacemos!. Juan respondió: “Ningún hombre tiene
autoridad, sino hasta donde se la da el cielo. Vosotros mismos deberéis
testimoniar que yo dije que no soy el Mesías, sino mandado como delantero. El
que posee la Esposa, ése es el Esposo; el amigo del Esposo [el “padrino”] se
alegra sí, pero con la alegría del Esposo; y esa alegría me ha sido dada, y
pronto será completa. El es menester que crezca, yo que disminuya. El que viene
del cielo está sobre todo; el que sale de la tierra es terreno y habla
terrenidad. Pero Aquel que vino del cielo está sobre todos: El ha hablado de lo
que conoce, ha testimoniado lo que ha visto; y no quieren recibir su
testimonio, peor para ellos. El que recibe su testimonio, se da cuenta de golpe
de que Dios dijo verdad, por los profetas. Mas el Enviado de Dios habla las
palabras de Dios, porque tiene el Espíritu de Dios sin medida en pleno. El
Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano. El que cree al Hijo,
tiene la vida eterna; mas el que no cree al Hijo, no verá la vida eterna; y la
ira de Dios morará sobre él”. Este fue el testamento de Juan. Ya no dice sólo
que Cristo es el Mesías, sino que afirma claramente su Divinidad, desde el fondo
admirable de su tremenda humildad: “Yo soy un hombre terreno, ya os he dicho
que no soy el Mesías; pero yo profetice al Mesías”. Bendito el Señor Dios de
Israel Que visitó y redimió a su pueblo Y levantó un bastión de salud En la
casa de David su hijo. Como habían hablado por boca de los santos Desde lejanos
siglos sus profetas. La salvación contra nuestros enemigos De la mano de todos
los que nos odian Para hacer merced a nuestros padres Y acordarse de su
testamento santo. El juramento de nuestro padre Abraham Que El juró nos había
de dar. Para que intrépidos, liberados de enemigos Le sirvamos en limpieza y
justicia Delante de él, todos los días nuestros. Y tu, niño mío, serás llamado
profeta del Altísimo Irás ante la cara de Dios a preparar sus vías. A dar la
ciencia salvífica a su plebe La ciencia que remite los pecados. Por las
entrañas piadosas del Dios nuestro Su corazón que nos visitó desde lo alto Para
iluminar a los sentados en la sombra de la muerte Para enderezarnos los pies
por el camino de la paz”. Éste es el cántico de Zacarías. No parece el canto de
un mudo y es que ya no lo era más: este canto le destrancó la boca; y ningún
poeta ha celebrado mejor a San Juan el Bautista, confesor, profeta y mártir. (Hasta
acá Castellani) : https://radiocristiandad.files.wordpress.com/2017/12/re-a124-el-evangelio-de-jesucristo-pe-castellani.pdf
(Pg 186)
COMENTARIO
SANTOS PADRES
El año
décimoquinto del imperio de Tiberio César, gobernando Poncio Pilato la Judea,
siendo Herodes tetrarca de la Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y
de la provincia de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene, hallándose
Sumos Sacerdotes Anás y Caifás, el Señor hizo entender su palabra a Juan, hijo
de Zacarías, en el desierto. (vv. 1-2)
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, 20
Se designa el tiempo en que el precursor de nuestro Redentor recibió la
misión de predicar el Divino Verbo, haciendo mención del jefe de la República
de Roma y de los reyes de Judea, cuando se dice: "El año décimo quinto de
Tiberio César, gobernando Judea Poncio Pilatos, siendo Herodes tetrarca de
Galilea", etc. Como venía para anunciar a Aquel que había de redimir a
muchos, tanto de entre los judíos como entre los gentiles, se señala el tiempo
de su predicación con el nombre del rey de las naciones y de los príncipes de
los judíos. Pero como que los gentiles habían de ser reunidos, se dice que
gobernaba uno solo la República romana con estas palabras: "Del imperio de
Tiberio César".
Griego
Muerto el monarca Augusto, de quien los príncipes tomaron el nombre de
Augusto, le sucedió Tiberio en el gobierno de la monarquía, y se encontraba en
el año décimoquinto de su gobierno.
Orígenes, in Lucam, 21
Y en las profecías anunciadas sólo a los judíos se describe únicamente
el reino de ellos. "La visión, dice, de Isaías en tiempo de Osías, Joatán,
Achám y Ezequías, reyes de Judá" ( Is 1,1). Pero en el Evangelio, que
debía predicarse a todo el mundo, se hace mención del dominio de Tiberio César,
que era quien mandaba en todo el orbe. Porque si hubieran de salvarse solamente
los que eran gentiles, era lo suficiente el haber hecho mención de solo
Tiberio. Pero como convenía que los judíos creyesen, era preciso describir
también los reinos de los judíos, o sea las tetrarquías, como se expresa en las
palabras siguientes: "Gobernando Poncio Pilatos la Judea, siendo Herodes
tetrarca", etc.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, 20
Como Judea debía ser disuelta por su perfidia, eran muchos los que
gobernaban las distintas regiones en que se había dividido, conforme a la
siguiente sentencia ( Lc 11,17): "Todo reino dividido en partidos contrarios quedará
destruido".
Beda
Pilatos, enviado el año duodécimo del imperio de Tiberio César a Judea,
se encargó del gobierno del pueblo, y allí permaneció por espacio de diez años
continuos hasta casi el fin de Tiberio. Herodes, Filipo y Lisanias, eran hijos
de aquel Herodes en cuyo tiempo nació el Señor, entre los que se encontraba el
mismo Herodes Arquelao, hermano de éstos, que reinó diez años, y que, acusado
por los judíos ante Augusto, fue desterrado a Viena, en donde murió. Este mismo
Augusto fue el que dividió el reino de Judea en tetrarquías para hacerlo menos
fuerte.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, 20
Como San Juan anunciaba al que había de ser a la vez Rey y Sacerdote, el
evangelista San Lucas señaló el tiempo en que predicó, no sólo con los nombres
de los reyes, sino con el de los sacerdotes. Dice, pues: "Hallándose Sumos
sacerdotes Anás y Caifás".
Beda
Los dos (esto es, Anás y Caifás) eran príncipes de los sacerdotes,
cuando San Juan empezó su predicación, pero Anás ejerció en aquel año, y
Caifás, cuando fue crucificado Nuestro Señor. En medio del pontificado de
estos, hubo otros tres sumos sacerdotes, pero el evangelista sólo hace mención
de los que mandaban en el tiempo de la pasión del Señor. Suspendidos los
preceptos de la ley, no se concedía el honor del pontificado al mérito ni a la
clase, confiriéndose el sumo sacerdocio por la potestad romana. Refiere Josefo,
que Valerio Grato nombró pontífice a Ismael, hijo de Bafo (cuando se le quitó
el sumo sacerdocio a Anás), pero que también a éste se le quitó poco después,
nombrando en su lugar a Eleázaro, hijo del pontífice Ananías. Un año después,
separándolo del cargo, nombró para que le sucediese a un tal Simón, hijo de
Caifás, quien lo desempeñó no más de un año, teniendo por sucesor a Josefo, (a
quien también se le da el nombre de Caifás). Y así se describe todo el tiempo
en que Nuestro Señor Jesucristo estuvo predicando, o sea el periodo de cuatro
años.
San Ambrosio
Antes de congregar a la Iglesia, obra el Hijo de Dios en su siervo, y
por ello se dice oportunamente: "El Señor hizo entender su palabra a
Juan", etc. Con el objeto de que la Iglesia no empezase por un hombre,
sino por el mismo Divino Verbo. Con toda oportunidad lo compendia así San
Lucas, para expresar que Juan era profeta diciendo: "El Señor hizo
entender su palabra a Juan", sin añadir ni una palabra más, porque el que
está lleno de la palabra de Dios, no necesita de su propio juicio. De este
modo, con una sola palabra lo declaró todo. Pero San Mateo y San Marcos
quisieron señalar al profeta por el vestido, por el ceñidor y por el alimento.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 10
Se dice aquí que fue enviado el Verbo de Dios, porque el hijo de
Zacarías no vino por su voluntad, sino movido por Dios.
Teofilacto
San Juan estuvo oculto en el desierto todo el tiempo que precedió a su
manifestación, que es por lo que dice: "en el desierto", para que los
hombres no tuviesen ninguna clase de sospecha, de que si atestiguaba tales
cosas de Cristo, era a causa de su parentesco, o de una amistad contraída desde
sus más tiernos años; y esto lo atestigua él mismo diciendo ( Jn 1,31): "Yo no le conocía".
San Gregorio Niceno, de
Virginitate, 6
El que había venido a la vida en el espíritu y la virtud de Elías,
estaba separado del trato de los hombres, y entregado a la contemplación de las
cosas invisibles, para no acostumbrarse a los engaños de este mundo, que entran
por los sentidos, y de este modo evitar incurrir en alguna confusión o error,
respecto del conocimiento del varón bueno, a quien él precedía. Y por tanto,
fue elevado a tal altura de gracias divinas, que mereció de ellas más que los profetas;
porque limpio y exento de toda pasión natural, desde el principio hasta el fin,
se consagró a la contemplación divina.
San Ambrosio
El desierto es también la misma Iglesia, porque ya son muchos más los
hijos de la que había sido desechada, que de aquélla que tenía marido ( Is 54,1). Y ahora ha venido el
Verbo divino para que la tierra, que antes estaba desierta, produzca frutos
para nosotros.
Y vino por
toda la ribera del Jordán, predicando un bautismo de penitencia, para remisión
de los pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta
Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor;
enderezad sus sendas. Todo valle será terraplenado, todo monte y cerro
rebajado; y los caminos torcidos serán enderezados, y los escabrosos allanados:
y verán todos los hombres la salud de Dios. (vv. 3-6)
San Ambrosio
Hecho el Verbo, siguió la voz. El Verbo obra primero en el interior, y
la voz es como su eco. Por ello se dice: "Y vino por toda la ribera del
Jordán".
Orígenes, in Lucam. 21
La palabra Jordán quiere decir el que baja y el río de agua saludable
baja de Dios. ¿Por qué otro lugar convenía que anduviese el Bautista, sino por
las cercanías del Jordán, para que, si alguno quería hacer penitencia,
inmediatamente lo llevase su humildad a aquella corriente a recibir el bautismo
de penitencia? Y añade: "Predicando el bautismo de penitencia para
remisión de los pecados".
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, 20
Por este relato se ve, que San Juan, no sólo predicó el bautismo de
penitencia, sino que también lo administró a muchos; pero no pudo dar su
bautismo para remisión de los pecados.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Mattaeum, hom. 10
No habiéndose ofrecido aún el divino sacrificio, y no habiendo bajado el
Espíritu Santo, ¿cómo había de concederse el perdón de los pecados? Por lo cual
¿qué es lo que dice San Lucas: "Para remisión de los pecados"? Los judíos
eran ignorantes, y por ello, no pensaban en sus propias culpas. Pero como ésta
era la causa de todos sus males -para que conociesen sus pecados, y pudiesen
buscar al Redentor- vino San Juan exhortándolos a que hiciesen penitencia, para
que, convertidos a mejor vida por medio de la penitencia, trabajasen solícitos
a fin de recibir el perdón. Por eso, habiendo dicho que vino predicando el
bautismo de la penitencia, añadió: "Para remisión de los pecados".
Como si dijera: Los persuadía a hacer penitencia para que pudieran alcanzar con
más facilidad el perdón subsiguiente, creyendo en Jesucristo. Porque si no eran
llevados por la penitencia, de ningún modo podrían obtener la gracia, sino
solamente la preparación para recibir la fe de Jesucristo.
San Gregorio, Magno,
homiliae in Evangelia, 20
Se dice que San Juan predicaba el bautismo de penitencia para remisión
de los pecados, porque él no podía dar el bautismo que limpia de los pecados, y
así como precedía al Verbo encarnado del Padre con el verbo de la predicación,
así también debía preceder con su bautismo -que no perdona los pecados- al
bautismo de penitencia, por medio del cual éstos se perdonan.
San Ambrosio
Por eso muchos presentan a San Juan como tipo de la ley; porque ésta
podía denunciar el pecado, pero no perdonarle.
San Gregorio Nacianceno, oratione,
39
Para que podamos establecer de algún modo la diferencia entre uno y otro
bautismo, diremos que Moisés bautizó, pero con agua, bajo la nube y en el mar,
siendo su bautismo una figura. San Juan bautizó también, no según el rito de
los judíos -esto es, sólo por el agua- sino también para remisión de los
pecados; pero no de una manera del todo espiritual (porque no añadió, por el
Espíritu). Jesús bautiza por el Espíritu, y esto es lo que constituye la perfección.
Hay también un cuarto bautismo, realizado por el martirio y la sangre, por el
que Jesús fue bautizado también, y el cual es mucho más venerable que los
otros, en tanto, cuanto que no es manchado con repetidas caídas. Hay también un
quinto bautismo que es el de lágrimas, más laborioso que los anteriores, como
fue el de David, que todas las noches regaba su cama y su habitación con sus
lágrimas.
Y prosigue: "Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Voz
del que clama en el desierto" ( Is 40.).
San Ambrosio
Con toda propiedad se llama voz a San Juan, porque es el precursor del
Verbo, puesto que la voz, que es inferior, precede, y el Verbo, que la
aventaja, la sigue.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, hom. 20
También clama en el desierto, porque anuncia el consuelo de la redención
de Judea, que entonces se hallaba como abandonada y destruida. Y declara por
qué clamaba diciendo: "Preparad el camino del Señor", etc. Todo el
que predica la verdadera fe y las buenas obras, ¿qué otra cosa hace más que
preparar los corazones de los que le oyen para el Señor que viene? Endereza los
caminos del Señor, formando en el ánimo pensamientos puros con la palabra de la
buena predicación.
Orígenes, in Lucam, 21
O bien se ha de preparar en nuestro corazón el camino al Señor; porque
es grande y espacioso el corazón del hombre, cuando está limpio. No quieras
medirle por el volumen del cuerpo, sino por el poder de la inteligencia, la
cual recibe la ciencia de la verdad. Prepara en tu corazón el camino al Señor,
por medio de una buena vida, y dirige la senda de ella por medio de obras
nobles y perfectas, para que la palabra de Dios discurra por ti sin ningún
obstáculo.
San Basilio
Y como la senda es el camino que trillaron los que habían sido antes, y
como los primeros hombres la habían borrado, manda su palabra para que la
enderecen otra vez los que se habían separado del celo de aquéllos que les
habían precedido.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Mattaeum, hom. 20
No es el rey, sino el precursor el que debe decir: "Preparad el
camino del Señor"; y por esto fue llamado voz, porque era el precursor del
Verbo.
San Cirilo, lib. 3, in Isai. 40
Pero alguno podría responder y decir: ¿Cómo habremos de preparar el
camino al Señor? ¿Cómo haremos derechas sus sendas, siendo así que hay tantos
impedimentos que estorban a los que quieren hacer una vida buena? La palabra
del profeta responde a esto. Hay ciertos caminos y sendas, que a propósito no
son para marchar, porque suben hasta las colinas o los montes, o bajan hasta
los despeñaderos. Obstáculos que remueve diciendo: "Los derrumbaderos se
rellenarán, y todo monte y colina se allanarán". Hay algunos caminos que
están trazados con desigualdad, porque tan pronto suben como bajan, haciendo
difícil la marcha por ellos. De éstos dice: "Los tortuosos serán
enderezados, y los caminos fragosos allanados". Se comprende que todo esto
ha sido hecho por el poder de nuestro Salvador; porque era difícil el camino de
la vida y del conocimiento del evangelio, a causa de que las pasiones humanas
embargaban las almas. Pero cuando Dios, hecho hombre, destruyó el pecado en su
carne, todo fue allanado, y se hizo fácil el camino, no habiendo ya collado ni
valle que sea obstáculo para los que quieran caminar.
Orígenes, in Lucam, 21
Cuando vino, pues, Jesús y envió su Espíritu, todo valle fue rellenado
con las buenas obras y con los frutos del Espíritu Santo, poseyendo los cuales,
no solamente dejarás de ser valle, sino que empezarás a ser el monte de Dios.
San Gregorio Niceno, de
Virginitate, 6
Tal vez los llanos rodeados de montes, significan la práctica tranquila
de las virtudes, cuando habla de la semejanza de los valles, según las palabras
del Salmo: "Los valles abundarán en trigo" ( Sal 64,14).
San Juan Crisóstomo, homiliae in Mattaeum, hom. 20
Cuando habla del monte, a los cuales Jesucristo humilló se refiere a los
orgullosos y a los soberbios. Llama collados a los desesperados, no solamente
por la soberbia de su espíritu, sino por lo estéril de la desesperación, puesto
que el collado no produce fruto ninguno.
Orígenes, in Lucam, 22
Debe comprenderse que los montes y los collados son las potestades
enemigas, que fueron destruidas por la venida de Cristo.
San Basilio
Así como los collados se diferencian de los montes por la magnitud,
siendo iguales en lo demás, así las potestades enemigas se parecen en los propósitos, pero se
diferencian por la crueldad de sus ofensas.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, hom. 20
El valle, cuando se llena, crece, y el monte y el collado, cuando se
desmontan, disminuyen; así la gentilidad recibió la plenitud de la gracia en la
fe de Jesucristo, y Judea perdió por el error de su perfidia la altura, por la
cual se había ensoberbecido. Porque los humildes reciben el don, que los
corazones de los soberbios rechazan.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Mattaeum, hom. 10
Tal vez con estas palabras manifiesta la dificultad de la ley,
convertida en la facilidad de la fe, como si dijera: no amenazan ya trabajos ni
dolores, porque la gracia y el perdón de los pecados facilitan el camino que
conduce a la salvación.
San Gregorio Niceno, de
Virginitate, 6
Quizás manda que se rellenen los valles, y que se allanen los collados y
los montes, queriendo manifestar que la virtud ordenada no debe alterarse por
exceso ni por defecto.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, hom. 20
Los caminos torcidos se enderezan, cuando el corazón de los malos,
torcido por la injusticia, se dirige según la regla de la justicia, y los
caminos escabrosos se convierten en llanos, cuando las almas duras e iracundas
vuelven a la suavidad de la mansedumbre, por la infusión de la divina gracia.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Mattaeum, hom. 10
Después expone la causa de todo esto, diciendo: "Y verá toda
carne", etcétera. Manifestando que la virtud y el conocimiento del
Evangelio se extenderá hasta el fin del mundo, aun entre aquéllos de costumbres
salvajes y de voluntades rebeldes, convirtiendo a la mansedumbre y a la dulzura
las feroces costumbres y la obstinada voluntad del género humano. Y no
solamente los judíos serán sus prosélitos, sino toda la humanidad verá la salud
de Dios.
San Cirilo, lib. 3, in Isai., 40
Es decir, la salud del Padre que envió a su Hijo como Salvador nuestro.
En la actualidad se entiende por carne a todo el género humano.
San Gregorio Magno, homiliae
in Evangelia, hom. 20
Toda carne, o todo hombre no ha podido ver la salud de Dios (esto es, a
Jesucristo) en esta vida, y por tanto, el profeta extiende su mirada hasta el
día del juicio, cuando todos le verán, tanto los escogidos como los réprobos.
EL CUARTO DOMINGO, EL FINAL DE LA PREPARACIÓN
En los primeros tres Domingos de Adviento la Iglesia
nos insta a avivar nuestro fervor con penitencia, oración y ayuno, pero también
con alegría y gozo profundo, para recibir al Mesías que viene.
Este
cuarto y último Domingo de Adviento el Evangelio no nos dice algo especial y
distinto a lo que ya nos dijo durante el trayecto de este tiempo litúrgico.
Ahora hace como una recapitulación, un racconto de
lo ya presentado.
Ahora tenemos al Protagonista principal del Adviento,
ausente pero que viene, ya muy cerca; y María, su Madre, nos habla en el
Ofertorio y la oración de Comunión; Juan el Bautista en el Evangelio, e Isaías
en el Introito; ellos nos exhortan a recibirlo, dándonos el último toque para
nuestra preparación. San Pablo aporta su bocado desde la Epístola, reclamando
fidelidad y configurar la conciencia con la objetividad de la Verdad de Dios.
Todo un tema para hoy que mas adelante abordaremos.
La Iglesia siempre ha preparado con mucho cuidado esta
fase final del tiempo de Adviento, intensificando la oración y el ayuno con las
Témporas, estos tres dias antes del Cuarto Domingo: Miércoles, Viernes y
Sábado. Esto remarca la importancia de la vivencia adecuada de este último
Domingo para recibir al Señor en Navidad con un espíritu abierto a él y
purificado.
La Colecta y el Aleluya hacen énfasis en el pedido de
misericordia al Señor para que nuestros pecados no oscurezcan nuestra recepción
al Señor que viene. Hay una intención de hacernos reconocer nuestra condición
de pecadores necesitados de la misericordia y la salvación que solo trae
Cristo.
LA
CONCRECIÓN HISTÓRICA DE LA MANIFESTACIÓN DE CRISTO
El Evangelio, teniendo de nuevo como protagonista a
Juan el Bautista, (el heraldo del verdadero y principal Protagonista: Cristo),
marca con exactitud y concreción el momento histórico de la aparición de Cristo
en la vida pública de Israel. Dice el texto:
…El
año decimoquinto del imperio de Tiberio César , siendo Poncio Pilato gobernador
de Judea, Herodes, tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea
y de la provincia de Traconítide; siendo Lisanias tetrarca de Abilina, y bajo
los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás, ….
Esto
no es un mero dato anecdótico. La manifestación de Cristo es
rigurosamente histórica, lo mismo que los hechos narrados en los Evangelios.
Esto lo reconocen hasta los Papas post conciliares. Si hay alguna diferencia
entre los cuatro Evangelios, son meros detalles que no hacen al fondo, que no
se oponen ni excluyen entre sí, sino que se complementan. Contra lo que suele
decir la exégesis (o antiexégesis) progremodernista. Remarquemos con mucho
énfasis que para la Iglesia, el Cristo histórico y el Cristo de la Fe son el
mismo.
OTRA VEZ JUAN EL BAUTISTA
Ya hablamos de Juan el Bautista, pero vale la pena
recalcar algún punto de su prédica.
…vino
palabra del Señor sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió
entonces toda la región del Jordán, predicando el bautismo de penitencia, para
la remisión de los pecados….
Está
concretando las condiciones para recibir al Mesías: penitencia para remitir
pecados. El Mesías debe ser recibido con humildad y limpieza de corazón.
CONDICIONES
PARA RECIBIR AL MESÍAS: LA ANTIPRÉDICA DE HOY
No
se lo puede recibir sin tomar conciencia de quién Es; con un espíritu vanidoso,
hinchado de autoestima humana y nublado por el pecado; autosuficiente y creído
de no necesitar salvación ni perdón.
La recta penitencia y la conciencia de ser pecadores
conducen a la humilde confesión y la correspondiente limpieza y sanidad
por parte de Dios por medio del perdón.
A eso nos exhortan las oraciones y textos del
Adviento.
Si
no hay conciencia del pecado, no hay humildad, no hay Verdad. No se puede creer
en el Mesías; no se puede recibir al Mesías; y por ende no se puede recibir su
Redención.
Precisamente,
el calamitoso estado de la iglesia, hoy parasitada por el progremodernismo, por
el Sistema, por el Mundo; en un estado de Apostasía asombroso, hace que se
exhorte a lo contrario. Debemos deshacer y extirpar la conciencia de
pecado, escuché yo de un Obispo de una importante Diócesis
de Argentina. Inverosímil. La iglesia neoparadigmática de Francisco exhorta a lo
contrario de lo que tiene que exhortar:
No
se sientan pecadores; la conciencia de pecado deprime. Ya bastante sufren
ustedes con la inequitativa distribución del ingreso, la injusticia social…
La licuación de la Verdad evangélica, la demagogia
barata y el materialismo aterrizado neomarxista mas grosero, grotesco, llegan a
límites realmente inverosímiles. La realidad supera toda ficción en la tragedia
de la iglesia de hoy. El Evangelio es desechado y cambiado por moralina
aterrizada, inmanente, sentimental, materialista y políticamente correcta.
SARDES
Y LAODICEA (su texto en las notas)
Tienes
nombre de vivo, pero estás muerto. Porque eres tibio; no eres ni frío ni
caliente, te vomito de mi boca!
<<
Apocalipsis 3:
«1. Al Angel
de la Iglesia de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de
Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien
vive, pero estás muerto. 2. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a
punto de morir. Pues no he encontrado tus obras llenas a los ojos de mi Dios.
3. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y
arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a
qué hora vendré sobre ti. 4. Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han
manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo
merecen. 5. El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré
su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi
Padre y de sus Angeles. 6. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a
las Iglesias.»
……………..
«14.
Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel
y veraz, el Principio de la creación de Dios. 15. Conozco tu conducta: no eres
ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16. Ahora bien, puesto que
eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. 17. Tú dices:
«Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un
desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 18. Te aconsejo que me
compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para
que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un
colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. 19. Yo a los que amo,
los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. 20. Mira que estoy
a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su
casa y cenaré con él y él conmigo. 21. Al vencedor le concederé sentarse
conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.
22. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.»>>
Eso no es la Iglesia, dirán algunos. Eso es una
seudoiglesia. Es verdad en cierto sentido, hay una parasitación
progremodernista mundana que ocupa la mayor parte de la jerarquía de la Iglesia
y la tiene en una anemia terminal; o mejor (o peor) en un SIDA terminal.
Pero esa parasitación ha tomado la estructura de la
Iglesia. No olvidemos los terribles retos y amenazas de Cristo Resucitado a las
iglesias de Sardes y Laodicea (1Ver nota. )
La Iglesia es santa e indefectible en su misión en
cuanto institución divina. Pero su estructura y jeraquía humana puede ser
abdicantes y traidoras.
Sus
retos son al estado de la Iglesia enferma mortalmente en su componente humano,
que afecta su misión; no a Lucifer ni al mundo en este pasaje. Yo reprendo
y castigo AL QUE AMO, dice el Señor, dirigiéndose a su pobre,
infiel y parasitada -en lo humano- iglesia. Aunque dentro de la estructura de
la otrora iglesia católica hay miembros, quizás muchos, que ontológicamente,
espiritualmente, son enemigos y no pertenecen a la Iglesia de Cristo, aunque
tengan status jurídico en ella.
Sardes y Laodicea: iglesias -con minúscula- que
exhiben una enfermedad como la de hoy.
Una interpretación seria y tradicional sabe que ese
reto no se queda en una crítica coyuntural del Señor a aquellas comunidades que
fundaron los apóstoles en la hoy Turquía, sino que se proyectan profética,
escatológicamente, a distintos períodos de la Iglesia, períodos finales, afinan
algunos comentaristas importantes, como Castellani, basado en algunos Santos
Padres. Ese espíritu mortalmente anémico y amariconado de tibieza, de
mediocridad, de molicie y comodidad, de acomodamiento al mundo, de optimismo
inmanente; de autosatisfacción enferma, de autosuficiencia y extrañamiento
absoluto del Señor, y de su Verdad, que exhiben Sardes y Laodicea, lo vemos en
la autodenominada Iglesia del Nuevo Paradigma de Francisco. Que como ya lo
mencionamos antes, y es públicamente conocido, ha reconocido orgullosa y
públicamente como Magisterio al PLAN DE DESARROLLO SUSTENTABLE 2030 de la ONU.
Rampantemente anticristiano. Y es visible y ostensible como esta…iglesia…sigue
todos los imperativos del Sistema: Promoción del LGTB, nombrando clerecía de
este Lobby en puestos claves; el fomento de las migraciones islámicas, pero
también otras; el calentamiento global, los gobiernos de cuño
marxista-progresista-masónicos, la defensa de personajes que evidentemente son
agentes activistas de ultraizquierda y del caos; el préstamo del Vaticano como
foro de prédica abortista y malthussiana, de ideología de género, la
reivindicación de los enemigos inveterados de la Iglesia, como Lutero, Mahoma,
etc.
EL
TOQUE FINAL DE SAN PABLO:
El hombre de Tarso sí añade una pincelada
nueva a todo lo visto ya en el Adviento.
Fidelidad, independencia del mundo, y el ajuste de la
conciencia a la Verdad y la Objetividad de Dios
…Lo
que se requiere en los dispensadores (Ministros de la Iglesia)es que se
muestren fieles. Por lo que a mí toca, muy poco se me da el ser juzgado por
vosotros o en cualquier juicio humano; Pues ni aun yo me juzgo. Pues si bien de
nada me remuerde la conciencia, no por eso me tengo por justificado; mi juez es
el Señor.
Este pasaje del Nuevo Testamento excluye con total
claridad, y condena justamente aquellos puntos progremodernistas y
políticamente correctos según el Sistema, más apreciados y que más enorgullecen
a la neoiglesia concilio-paradigmática de hoy. Porqué
concilio-neoparadigmática? Porque lo que vemos hoy es un resultado; una
consecuencia lógica, no de una mala interpretación de los textos conciliares,
sino de los textos conciliares y su posterior aplicación en la praxis de los
Papas conciliares. El laicismo y libertad de cultos de la Libertad Religiosa
DH, que da autonomía moral al Estado laico y se pone bajo él como una posición
mas en un especto plural relativista. El naturalismo de NA que da capacidad
natural a las religiones adámicas para llegar a Dios. UR y de nuevo NAdel cual
parte el irenismo horizontalista y relativista de Asis, que sigue en Abu Dhabi.
El Novus Ordo con su vaciamiento sacrificial, su antropocentrismo
horizontalista, sus “bombas de tiempo” ambiguas que desembocan en las
inverosímiles profanaciones hechas por el Cardenal Schonborn en la Catedral de
Viena. (hizo un Catecismo junto con Ratzinger), etc
Decíamos del pasaje de San Pablo, que condena precisamente
esto: Evolución del Evangelio:
su ajuste al Sistema; respeto humano y subjetivismo; este
último un verdadero cáncer que se ha extendido en lo que queda de la doctrina y
la predíca católicas. Gradualidad de la Ley: los
Mandamientos ya no son imperativos absolutos, sino que están relativizados por
ciertas condiciones. Esto se verifica en una idea absolutamente
degenerada de la misericordia, a la cual se la ve como una aprobación y
bendición del mal, la miseria y el pecado, ni mas ni menos.
Es obvio a donde va a parar la Verdad Moral con estos
retoques….Esto es la licuacion absoluta de la Moral Católica y la Verdad de
Cristo. La anulación de la capacidad de recibir a Cristo, para contextualizarlo
en el Adviento de hoy.
……
No hay que hacer ningún ajuste evolutivo de la
Palabra: Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Cielo y Tierra pasarán, pero
su Palabra no pasará. La Verdad es Inmutable. FIDELIDAD a Ella es lo que hace
falta, no ajuste al Sistema.
Un desarrollo y explicitación nunca pueden ser una
contradicción flagrante con la Doctrina de siempre.
Vemos por ejemplo en algunos topicos
neoparadigmáticos, afirmaciones sobre que lo era pecado hace cuarenta años, ya
no lo es ahora. O cambios en el Catecismo, sobre la Pena de Muerte, que la
Iglesia durante dos milenios consideró lícita; ahora el Nuevo Paradigma lo
considera inaceptable.
Vemos
el subjetivismo también en la Exhortación Sinodal Amoris Laetitia: El pecador
es el que decide, con acompañamiento, si ha pecado o
no…si es culpable, o no.
El
progremodernismo exalta la creatividad en desmedro de
una odiada fidelidad: la Verdad se va al garete. Se termina en una Pastoral sin
Verdad.
El
respeto humano, dar excesiva importancia al
juicio del mundo, ya queda claro en la adopción del Magisterio de la ONU….y el
ajuste de la prédica y la moral a la Corrección Politica del Sistema. El
Sistema pide laxitud, inclusión del LGBT, subjetivismo, evolutividad….Pero este
Magisterio del Mundo, del Sistema, viene de antes, de los viejos modernistas y
sobre todo de Rhaner y Theilard, endiosadores del Mundo, que para ellos y el
progremoderniso representa la Realidad con mayúscula. Habida cuenta de que Dios
está mas allá de todo fenómeno y es kantianamente incognosible.
Se ha cambiado el Temor de Dios por el Respeto Humano
y el Magisterio de Cristo y la Iglesia por el del Mundo.
RACCONTO
Para recibir al Mesías, reconocerlo, aceptarlo,
debemos estar preparados con la Humildad y la Conversión, con la conciencia de
que somos pecadores (conciencia de Pecado) y que somos perdonados; debemos
ajustar nuestra conciencia al parámetro superior de la Verdad de Cristo: no
pretender que ella es el último ámbito de definición del Bien y el Mal, como
pretende el subjetivismo en boga hoy en la iglesia del nuevo paradigma.
Debemos ser fieles al verdadero Evangelio, PERMANECER
EN LA VERDAD, no cambiarla para adaptarla a las exigencias del Leviathán, como
hace el Nuevo Paradigma.
Debemos achatar los montes de nuestra soberbia y
estúpida autoestima humana y rellenar los valles de nuestra cobardía y respeto
humano, parafraseando al Bautista.
Si para recibir al Señor en tiempos del Bautista hacía
falta el Bautismo del agua, hoy hacen faltan los Sacramentos bien vividos.
Confesión y sobre todo Misa. Algo que se tiende a olvidar o directamente
proscribir, reemplazando todos los medios católicos por los consabidos
imperativos progremodernistas: ser buena persona y estar insertos en el
Sistema, en la Historia.
Todo esto, obviamente, sostenido por el testimonio de
una vida cristiana en serio, cumpliendo los Mandamientos, con el amor verdadero
a Dios y al prójimo.
Y no olvidemos un punto ya tratado en los anteriores
Domingos: Tener conciencia de que nos salva Cristo. Recordemos que las
civilizaciones anteriores, adámicas, bucólicamente mitificadas, aunque hayan
parecido exitosas, eran en realidad muy oprimidas por el Diablo y le rendían
culto de distintas maneras. En algunas de ellas, muchas de sus guerras eran
para obtener material humano para el sacrificio. El terror, la angustia y la
desesperanza frente a la muerte y a los espíritus y dioses vengativos y
crueles, atenazaban al hombre y lo sumían en una existencia sórdida e
impregnada por el miedo. Recordemos la estupidez de los mitos del bon sauvage.
Cristo libera del Demonio, de su opresión, y de los
terrores de la muerte y los espíritus, y nos trae la verdadera Esperanza de
Vida eterna, que hace relativizar con justeza todas las penas de esta vida y
las dificultades y persecusiones por parte del mundo. La paz espiritual y la
dedicación al arte, la tecnología, la ciencia y el intelecto que ha tenido
Occidente durante muchos siglos se ha debido a la liberación de Cristo y no a
otra cosa.
Pidamos a la Santísima Virgen que nos prepare para
recibir así a su Hijo, con la intercesión también del bienaventurado San Juan
Bautista y el Profeta Isaías.
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