Nacido en Tréveris, alrededor del año 335, hijo del prefecto del Pretorio de las Galias, San Ambrosio es uno de los cuatro grandes doctores latinos de la Iglesia Católica.
Gobernador de la provincia de Liguria-Emilia, cuya capital se encuentra en Milán, Ambrosio fue nombrado obispo el 7 de diciembre de 374 por la voz de un niño en medio de la multitud, a pesar de que seguía siendo solo un catecúmeno.
La diócesis de Milán estaba profundamente dividida entre católicos y arrianos. En el año 374, tras la muerte de Auxentius, Ambrosio, que entonces era el Prefecto y muy respetado por todos, acudió personalmente a la basílica, donde se iba a celebrar la elección, para impedir cualquier conato de rebelión. Según la tradición, su discurso fue interrumpido por el grito de un niño que dijo tres veces: Ambrosius episcopus!
Puso en orden su diócesis inmediatamente, luchando contra la herejía arriana y oponiéndose a los emperadores en la defensa de los derechos de la Iglesia.
La Providencia colocó a San Agustín en su camino, a quien instruyó durante su conversión.
Es autor de múltiples libros de doctrina y piedad, así como de himnos litúrgicos y comentarios bíblicos.
Pastor excepcional, predicador sin igual y gran maestro, San Ambrosio murió en el año 397.
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