miércoles, 6 de octubre de 2021

PEDRO, EL PREDILECTO DE DIOS Y DEL DIABLO

 El Elegido de Dios es, también, elegido por el Diablo para probarlo.


¡Simón, Simón! Mira que Satanás te ha pedido para zarandearte como se hace con el trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos. Avisó con seriedad marcada Cristo a Pedro en la Última Cena. (Lc 22 31-32)

Se suelen cargar las tintas excesivamente sobre la cobardía de la negación de Pedro a Cristo en su Pasión. Ciértamente Simón cayó grávemente. La gazmoñería parece no perdonarle a Simón esto. Por eso el nombre Pedro quizás es menos popular durante toda la historia de la Iglesia, que Juan y Pablo.

Pero hay que tener en cuenta algunos puntos que pasan desapercibidos para la mayoría. Simón era enérgico y sánamente audaz confiado en Cristo, según lo permitía su humanidad todavía carnal. Pidió a Cristo caminar sobre las aguas para encontrarse con Él cuando se acercaba sobre el mar a la barca donde ellos estaban, y le fue concedido por Cristo. Audacia convalidada; aunque después la humana flaqueza lo hizo dudar y comenzó a hundirse. La mano del Señor y su serena pero firme reprimenda le dió final feliz a la osadía de Simón: Hombre de poca fe! porqué dudaste?! Simón había sido elegido por Cristo para Piedra basal de la Iglesia, cuando en Cesárea de Filipo lo reconoció inspirado por el Espíritu como el Mesías, el Hijo de Dios Vivo. Lo llamó a la resurrección de una niña, junto con Juan y Santiago. Lo llamó a la Transfiguración, junto también con los Bonaerges; lo llamó a velar con Él en su terrible oración en el Huerto, otra vez junto a los hijos de Zebedeo. Pedro fue la voz inspirada de todos los apóstoles en varias ocasiones. Maestro, a quien iríamos? Tu tienes palabras de vida eterna! Y luego, después de la Resurrección el Señor Resucitado sostiene con él un diálogo impresionante y conmovedor. Uno de los pasajes mas asombrosos y conmocionantes de la Escritura. El Dios eterno parece mendigar una declaración de amor de aquel rudo y sanguíneo, vehemente pescador galileo. Simón, me amas mas que estos? Esta pregunta es además una afirmación: Simón lo ama mas que los demás; de boca del mismo Cristo. El Discípulo Amado, Juan, lo amaba mucho también. Juan se sabía muy amado. Que él mismo se llamara El Discípulo Amado, no implica que él quisiera decir que era mas amado que Pedro. Este pasaje deja para nosotros claro este tema. El tema de los preferidos de Dios y el mito de la "igualdad" es para otro escrito.

El amor que le tenía a Cristo, y el impulso colérico, muy humano de Pedro lo llevó a proferir bravuconadas como aquella de Yo daré mi vida por tí!!! que después de su negación, finalmente cumplió con la Gracia de Dios. Pedro antes de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés ya barruntaba borrósamente, en una intuición fenomenal, su altísimo destino.

Vale la pena aclarar, que efectivamente, Simón estaba dispuesto a dar la vida por Cristo y no era un cobarde. En el Huerto desenvainó su espada y estaba dispuesto a pelear y morir contra una tropa muy superior. Esto no se suele tener en cuenta por la mojigatería pacifista y light; e incluso por la piedad común dentro de la Iglesia. Pero Cristo si lo tiene en cuenta. Gracias a Dios, Él es como Es, y Es lo que Es. Pero la naturaleza de la situación, la necesidad de hacer la voluntad del Padre y despojarse completamente en su Kenosis por Cristo, no fue comprendida por Pedro, que a la orden del Maestro de envainar nuevamente la espada, ya no supo que hacer humanamente y huyó. También huyeron los demás -Discípulo amado incluído- sin ni siquiera esgrimir ninguna espada.

Donde Dios pone algo, está el Diablo para tratar de arrebatarlo. Por eso, Pedro, el Elegido entre los demás Apóstoles, fue también el Elegido del Diablo.

¡Simón, Simón! Mira que Satanás te ha pedido para zarandearte como se hace con el trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.

Esa puesta en juego de toda la tentación posible por parte de Satanás -según lo permitido por Dios- para hundir y hacer caer a Pedro explica su claudicación en el episodio de las tres negaciones, y manifiesta los fuertes atenuantes. No era algo natural entregarse de la manera que Cristo lo hizo; y de la misma manera, reconocer que era discípulo y entregarse mánsamente a los sumos sacerdotes sin pelea. Pedro aún no había recibido el Espíritu, y era demasiado humano. Pero Cristo ya le había profetizado también su conversión y perdón y su posterior confirmación a los demás apóstoles.

Luego de convertido y recibido el Espíritu en Pentecostés, hizo portentosos milagros y dió discursos inspirados que son una obra de arte de facundia y teología, por los cuales se convirtieron miles de hombres en minutos. Evangelizó Roma y finalmente dió su vida por Cristo, como lo había prometido humanamente aquella noche en la Última Cena: yo daré mi vida por tí!, pero lo hizo por la Gracia de Dios.

En su última bravuconada, el impetuoso y vehemente Simón Pedro, pidió a sus verdugos rumbo a la cruz donde debía dar gloria a Dios, ser crucificado cabeza abajo, para no tener la dignidad de morir como su Amado Maestro. No podía con su genio....

Esto nos enseña entonces, que los elegidos predilectos de Dios sufrirán también la mayor presión del Enemigo. Las caídas de David son también otro ejemplo.

Pero la Gracia y la elección de Dios triunfan, y el que cae se arrepiente, se humilla, pide perdón y es levantado con ventaja por el Señor.

Que esto nos sirva de enseñanza y quizás también de consuelo, si llegáramos a ser uno de esos grandes predilectos...y si no, que es lo mas probable, también.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

DE LA PRESUNCIÓN Y EL OPTIMISMO HISTÓRICO FALSAMENTE CATÓLICOS

  Cuando ocurre una manifestación sobrenatural que produce una revelación privada -y estamos hablando de aprobación sobrenatural por la Igle...