sábado, 15 de febrero de 2020

DOMINGO DE SEXAGÉSIMA, II CLASE, MORADO

DOMINGO DE SEXAGÉSIMA
(II clase, morado)
Sin Gloria. Tracto, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad. 




INTRODUCCIÓN LITURGICA

Ya la hicimos el Domingo pasado para este tiempo precuaresmal. Baste lo siguiente:
Normas para el tiempo de sexagésima:
  • se suprimen todos los Aleluya del oficio y de la misa hasta la misa de la noche de Pascua. En la misa del domingo y de las fiestas de los santos se recita o canta el Tracto en su lugar.
  • En las misas del domingo no se dice Gloria, pero si Credo.
  • Se sigue diciendo Prefacio de la Trinidad los domingos y en las ferias el común.
  • En las fiestas se dice Gloria, tracto y prefacio propio o común.



TEXTOS DE LA MISA
Introito. Ps. 43, 23-26.- ¡Despertad, Señor! ¿Por qué aparentáis dormir? Despertad y no nos rechacéis para siempre. ¿Por qué escondéis vuestro rostro y olvidáis nuestra tribulación? Pegado está nuestro cuerpo a la tierra; despertad, Señor, ayu­dadnos y libradnos. Sal. 43, 2.- Nuestros oídos, Señor, lo oyeron; nuestros padres nos lo contaron. Gloria al Padre…
Oración. – Oh Dios, que veis cómo no confiamos en ninguna de nuestras acciones, concedednos propicio que seamos fortaleci­dos por la protección del Doctor de las gen­tes contra toda adversidad. Por N. S. J. C…
Epístola. Cor. 11, 19-33; 12, 1-9.- Hermanos: ¡Qué a gusto soportáis a los tontos, vosotros los listos! Porque aguantáis que esa gente os tiranice, os devore, os explote, os humille, os abofetee. Me refiero a vuestra crítica de que hemos sido débiles. Pero si hay que darse importancia, voy a disparatar y a dármela también yo. ¿Qué son hebreos? También yo. ¿Qué son israelitas? También yo. ¿Qué son descendientes de Abraham? También yo. ¿Qué son siervos de Cristo? Voy a decir un disparate: Mucho más yo. Yo les gano en trabajos, les gano en cárceles, no digamos en palizas, y en muchos peligros de muerte. De los judíos he recibido cinco veces los treinta y nueve azotes de rigor; tres veces me han azotado con varas, una vez me han apedreado. He pade­cido tres naufragios, pasando veinticuatro horas en medio del mar. Siempre de viaje: En peligros de ríos, en peligros de bandoleros, en peligros de mis paisanos, en peligros de los gentiles, peligros de la ciudad, peligros en despoblado, peligros del mar, peligros de falsos hermanos. Trabajo y agotamiento, sin poder dormir muchas veces; con hambre y con sed en ayunos frecuentes, con frío y sin ropa. Además de estas cosas externas, la carga de cada día: la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, sin que yo enferme? ¿Quién cae, sin que a mí me dé fiebre? Si ahora toca presumir, presumiré de mi debilidad. Bien sabe Dios, Padre del Señor Jesús (bendito sea su nombre por siempre), que no miento: En Da­masco, el gobernador del rey Aretas puso guardia en la ciudad para prenderme: metido en un costal me descolgaron por una ventana de la muralla y así escapé de sus manos. ¿Hay que presumir? —aunque sé que no esté bien—, pues paso a las visiones y revelaciones del Señor. Yo sé de un cristiano que hace catorce años —no sabría decir si en el cuerpo o fuera del cuerpo, Dios lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cie­lo. Y puedo decir que este tal —no sabría decir si en el cuerpo o sin él, Dios lo sabe— fue arrebatado al Paraíso y oyó palabras arcanas que un hombre no puede repetir. De éste presumiré; en cuanto a mí, sólo presumiré de mis debilidades. Y si me diera por presumir, no sería disparatar, porque diría la verdad: pero lo dejo, para que nadie me tenga por más de lo que en mí ve y oye. Y por la grandeza de estas revelaciones, para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un emisario de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces le he pedido al Señor verme libre de él y me ha respondido: Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad. Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Gradual. Sal. 82, 19 y 14.- Reconozcan los gentiles que tú, Señor, eres el único excelso en toda la tierra. Dios mío, hazlos ho­jarasca, vilanos frente al vendaval.
Tracto. Sal. 59, 4 y 6.- Señor, has sacudido la tierra, y la has hendido: sana sus quiebras, que se ha estremecido. Que puedan huir de los arcos, y se salven tus escogidos.
Evangelio. Luc. 8, 4-15.- En aquel tiempo se reunía mucha gente en torno a Jesús y al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros del cielo se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, y al crecer se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena, y al crecer dio fruto al ciento por uno. Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga. Entonces le preguntaron sus discípulos: ¿Qué significa esta parábola? Y Él les respondió: A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es éste: La semilla es la Palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por el momento creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre las zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y bueno escuchan la Palabra, la guardan y perseveran hasta dar fruto.
Ofertorio. Ps.16,5,6-7.- Asegurad mis pasos en vuestras sendas, para que no resbalen mis pies; inclinad vuestros oídos y escuchad mis palabras. Ostentad vuestra magnífica piedad, oh Señor, que salváis a los que esperan en Vos.
Secreta. – El sacrificio, Señor, que os ofrecemos, nos vivifique siempre y nos defienda. Por nuestro Señor Jesucristo…
Prefacio de la Santísima Trinidad. Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno: Que con tu Único Hijo y el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor; no una sola persona, sino tres Personas en una sola naturaleza. Y lo que creemos de tu gloria, porque Tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo, y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en su dignidad; A quien alaban los Ángeles y los Arcángeles y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamare con una sola voz: Santo
Comunión. Ps. 42, 4. – Me llegaré al altar de Dios, que llena de alegría mi juventud.
Poscomunión. – Humildemente os suplica­mos, Dios Todopoderoso, que, pues nos ali­mentáis con vuestros Sacramentos nos con­cedáis serviros dignamente con costumbres agradables a Vos. Por N. S. J. C…




TEXTOS EN LATÍN
Dominica in Sexagesima
II Classis
Statio ad S. Paulum
Introitus: Ps. xliii: 23-26
Exsúrge, quare obdórmis, Dómine? exsúrge, et ne repéllas in finem: quare fáciem tuam avértis, oblivísceris tribulatiónem nostram? Adhæsit in terra venter noster: exsúrge Dómine, ádjuva nos, et líbera nos. [Ps.  ibid. 2]  Deus, áuribus nostris audívimus; patres nostri annuntiavérunt nobis.  Glória Patri.  Exsúrge
Oratio:
Deus, qui cónspicis, quia ex nulla nostra actióne confídimus: concéde propítius; ut contra advérsa ómnia Doctóris géntium protectióne muniámur. Per Dóminum.
2 Cor. xi: 19-33; xii: 1-9
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corínthios.
Fratres: Libénter suffértis insipiéntes: cum sitis ipsi sapiéntes.  Sustinétis enim si quis vos in servitútem rédigit, si quis dévorat, si quis áccipit, si quis extóllitur, si quis in fáciem vos cædit.  Secúndum ignobilitátem dico, quasi nos infírmi fuérimus in hac parte.  In quo quis audet (in insipiéntia dico) áudeo et ego: Hebræi sunt, et ego: Israëlítæ sunt, et ego: Semen Abrahæ sunt, et ego: Minístri Christi sunt, (ut minus sápiens dico) plus ego: in labóribus plúrimis, in carcéribus abundántius, in plagis supra modum, in mórtibus frequénter.  A Judæis quínquies quadragénas, una minus, accépi. Ter virgis cæsus sum, semel lapidátus sum, ter naufrágium feci, nocte et die in profúndo maris fui, in itinéribus sæpe, perículis flúminum, perículis latrónum, perículis ex génere, perículis ex géntibus, perículis in civitáte, perículis in solitúdine, perículis in mari, perículis in falsis frátribus: in labóre, et ærúmna, in vigíliis multis, in fame et siti, in jejúniis multis, in frígore et nuditáte, præter illa, quæ extrínsecus sunt, instántia mea quotidiána, sollicitúdo ómnium Ecclesiárum.  Quis infirmátur, et ego non infírmor? quis scandalizátur, et ego non uror?  Si gloriári opórtet: quæ infirmitátis meæ sunt, gloriábor.  Deus et Pater Dómini nostri Jesu Christi, qui est benedíctus in sæcula, scit quod non méntior.  Damásci præpósitus gentis Arétæ regis, custodiébat civitátem Damascenórum, ut me comprehénderet: et per fenéstram in sporta dimíssus sum per murum, et sic effúgi manus ejus.  Si gloriári opórtet (non éxpedit quidem): véniam autem ad visiónes, et revelatiónes Dómini.  Scio hóminem in Christo ante annos quatuórdecim, sive in córpore néscio, sive extra corpus néscio, Deus scit, raptum hujúsmodi usque ad tértium cælum.  Et scio hujúsmodi hóminem, sive in córpore, sive extra corpus néscio, Deus scit: quóniam raptus est in paradísum: et audívit arcána verba, quæ non licet hómini loqui.  Pro hujúsmodi gloriábor, pro me autem nihil gloriábor nisi in infirmitátibus meis.  Nam, et si volúero gloriári, non ero insípiens: veritátem enim dicam: parco autem, ne quis me exístimet supra id, quod videt in me, aut áliquid audit ex me.  Et ne magnitúdo revelatiónum extóllat me, datus est mihi stímulus carnis meæ ángelus Sátanæ, qui me colaphízet.  Propter quod ter Dóminum rogávi ut discéderet a me: et dixit mihi: Súfficit tibi grátia mea: nam virtus in infirmitáte perfícitur.  Libénter ígitur gloriábor in infirmitátibus meis, ut inhábitet in me virtus Christi.
Graduale: Ps. lxxxii: 19, 14
Sciant gentes, quóniam nomen tibi Deus: tu solus Altíssimus super omnem terram.  v.  Deus meus, pone illos ut rotam: et sicut stípulam ante fáciem venti.
Tractus: Ps. lix:. 4, 6
Commovísti, Dómine, terram, et conturbásti eam.  v.  Sana contritiónes ejus, quia mota est. v.   Ut fúgiant a fácie arcus: ut liberéntur elécti tui.
Luc. viii: 4-15
+ Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam
In illo témpore: Cum turba plúrima convenírent, et de civitátibus properárent ad Jesum, dixit per similitúdinem: «Exiit, qui séminat, semináre semen suum: et dum séminat, áliud cécidit secus viam, et conculcátum est, et vólucres cæli comedérunt illud. Et áliud cécidit supra petram: et natum áruit, quia non habébat humórem. Et áliud cécidit inter spinas, et simul exórtæ spinæ suffocavérunt illud. Et áliud cécidit in terram bonam: et ortum fecit fructum céntuplum.» Hæc dicens clamábat: «Qui habet aures audiéndi, áudiat.» Interrogábant autem eum discípuli ejus; quæ esset hæc parábola. Quibus ipse dixit: «Vobis datum est nosse mystérium regni Dei, céteris autem in parábolis: ut vidéntes non vídeant, et audiéntes non intélligant. Est autem hæc parábola: Semen est verbum Dei. Qui autem secus viam, hi sunt qui áudiunt: deínde venit diábolus, et tollit verbum de corde eórum, ne credéntes salvi fiant. Nam qui supra petram: qui cum audíerint, cum gáudio suscípiunt verbum: et hi radíces non habent: qui ad tempus credunt, et in témpore tentatiónis recédunt. Quod autem in spinas cécidit: hi sunt, qui audiérunt, et a sollicitudínibus, et divítiis, et voluptátibus vitæ eúntes, suffocántur, et non réferunt fructum. Quod autem in bonam terram: hi sunt, qui in corde bono, et óptimo audiéntes verbum rétinent, et fructum áfferunt in patiéntia.»
Credo
Offertorium: Ps. xvi: 5, 6-7
Pérfice gressus meos in sémitis tuis, ut non moveántur vestígia mea: inclína aurem tuam, et exáudi verba mea; mirífica misericórdias tuas, qui salvos facis sperántes in te, Dómine.
Secreta:
Oblátum tibi Dómine sacrifícium, vivíficet nos semper, et múniat. Per Dóminum.
Communio: Ps. xlii: 4
Introíbo ad altáre Dei, ad Deum qui lætíficat juventútem meam.
Postcommunio
Súpplices te rogámus omnípotens Deus: ut quos tuis réficis sacraméntis, tibi étiam plácitis móribus dignánter deservíre concédas. Per Dóminum.




COMENTARIO



Compilaremos primero citas de los Santos Padres sobre esta parábola; luego el comentario de Castellani interactuando con el nuestro, mas enfocado a la realidad de hoy en el mundo y la Iglesia.

SANTOS PADRES

Teofilacto
Lo que David había predicho de la persona de Jesucristo «Abriré mi boca en parábolas» ( Sal 77,2), lo cumple aquí el Señor. Por esto se dice: «Y como hubiese concurrido un crecido número de pueblo, y acudiesen solícitos a El de las ciudades, dijo por semejanza». El Señor hablaba por medio de parábolas primeramente para que le oyesen con más atención, porque acostumbraban los hombres a ejercitarse en las cosas oscuras, menospreciando las más claras. En segundo lugar, para que los indignos no comprendiesen lo que se les decía místicamente.
Orígenes
Por esto se dice terminantemente: «Y como hubiese concurrido un crecido número y acudiesen de las ciudades», etc. No son muchos, sino pocos, los que andan por el camino estrecho y los que encuentran el camino que conduce a la vida. Por esto dice San Mateo ( Mt 13), que fuera de la casa enseñaba por medio de parábolas, pero que explicaba estas mismas a sus discípulos, cuando se encontraban dentro.
Eusebio
El Señor expone muy oportunamente esta primera parábola a la muchedumbre, no sólo a la que estaba presente, sino también a la que después de ella había de venir, invitándolos a escuchar sus palabras, cuando dice: «Salió el que siembra, a sembrar su simiente».
Beda
No podemos entender que este sembrador sea otro que el Hijo de Dios, quien saliendo del seno de su Padre, a donde las criaturas no podían llegar, vino a este mundo, para dar testimonio de la verdad ( Jn 19).
Crisóstomo in Mat. hom. 45
Salió el que está en todas partes y no en un solo lugar, pero se aproximó a nosotros por medio del vestido de la carne. Con razón Jesucristo designa su venida con el nombre de salida, porque estábamos excluidos de Dios y como rebeldes condenados por el Rey. De esta manera el que quiere reconciliarlos, saliendo fuera hacia ellos, les habla hasta que, resultando dignos de la presencia del Rey, los introduce. Así obró Jesucristo.
Teofilacto
Sale ahora no para perder a los labradores, ni a quemar la tierra, sino a sembrar; porque muchas veces el labrador que siembra, sale con otro fin, y no sólo a sembrar.
Eusebio
Salieron también algunos de la patria celestial y bajaron a los hombres, no a sembrar, puesto que no eran sembradores, sino enviados a ejercer el oficio de ministros del Espíritu. Moisés, y los profetas después de él, no sembraron en los hombres los misterios del reino de los cielos; pero retraían a los insensatos del error de la maldad y del culto de los ídolos. Cultivaban, por decirlo así, las almas de los hombres, y las convertían en campos nuevos. Sólo el sembrador de todos, el Verbo de Dios, salió a evangelizar la nueva semilla, esto es, los misterios del reino de los cielos.
Teofilacto
No cesa el Hijo de Dios de sembrar en nuestras almas, porque no solamente cuando enseña, sino también cuando crea, siembra en nuestras almas las buenas semillas.
Tito Bostrense
Salió a sembrar su propia semilla, porque no recibió la palabra como prestada, puesto que El es por naturaleza el Verbo de Dios vivo. La semilla de Pablo ni la de Juan son propias; la tienen porque la han recibido. Jesucristo, por el contrario, tiene su propia semilla, sacando de su naturaleza la doctrina. Por eso los mismos judíos decían: «¿Cómo conoce éste las letras, que no aprendió?» ( Jn 7,15).
Eusebio
Enseña que hay dos grados entre aquellos que reciben la divina semilla. El primero se compone de aquellos que se hicieron dignos de la vocación del cielo, pero que pierden la gracia por negligencia y tibieza. El segundo se compone de aquellos que multiplican la semilla por medio de buenos frutos. Además San Mateo establece tres diferencias en cada uno de estos grados. Porque aquellos que sofocan la semilla no tienen igual modo de perderla y los que fructifican con ella, no reciben la misma abundancia. Por esto da a conocer las ocasiones en que se pierde la semilla. Los unos, sin haber pecado, pierden la semilla saludable que hay en sus almas, sustraída a su atención y a su memoria por los espíritus malignos y por los demonios que vuelan en el aire, o por los hombres engañosos y astutos, que llamó volátiles. Por esto añade: «Y cuando sembraba, una parte cayó junto al camino».
Teofilacto
No dijo que, el que siembra, arrojó la semilla junto al camino, sino que la semilla cayó. El que siembra enseña buena doctrina, pero su palabra cae sobre los oyentes de diversa manera, de suerte que algunos de ellos se consideran como camino: «Y fue hollada, y las aves del cielo la comieron».
San Cirilo
Todo camino es árido e inculto en cierto sentido, porque es pisado por todos y ninguna semilla puede desarrollarse en él. Así, en los que tienen su corazón indócil, no pueden penetrar las divinas enseñanzas ni germinar la alabanza de las virtudes. Estos son el camino frecuentado por los espíritus inmundos. Hay también algunos que reciben la fe de una manera superficial, como si ésta sólo consistiese en palabras. La fe de éstos carece de raíz. Y por esto añade: «Y otra cayó sobre piedras, y cuando fue nacida, se secó, porque no tenía humedad».
Beda
Llama piedra al corazón endurecido e indomable. Por el contrario, la humedad es agua para la raíz de la semilla, que en otra parábola está figurado por el óleo, destinado a alimentar las lámparas de las vírgenes ( Mt 25), y que representa el amor y la perseverancia en la virtud.
Eusebio
Hay también algunos que Cristo llama espinas, por la avaricia, por el apetito sensual y por los cuidados del mundo. Sofocan la semilla que en ellos se sembró. Acerca de lo que dice: «Y otra cayó entre espinas», etc.
Crisóstomo in Mat. hom. 4
Así como las espinas no permiten que nazca la semilla, sino que la sofocan por su espesor, así los cuidados de la vida presente, no permiten que fructifique la semilla espiritual. Reprensible sería el labrador que sembrase sobre espinas punzantes, sobre piedras y en el camino. Porque no es posible que la piedra se haga tierra, ni que el camino deje de ser camino, ni que las espinas dejen de ser espinas. Al contrario, no sucede lo mismo en las cosas espirituales, pues es posible que la piedra se convierta en tierra rica, que el camino no se pise y que las espinas desaparezcan.
San Cirilo
Son tierra rica y fértil las almas humildes y buenas, que en su humildad reciben la semilla de la palabra, la conservan y la hacen fructificar. Y en cuanto a esto se dice: «Y otra cayó en buena tierra, nació y dio fruto de ciento por uno». Cuando se introduce la palabra divina en una inteligencia limpia de los cuidados mundanos, echa raíces profundas, produce espigas y crece oportunamente.
Beda
El fruto centuplicado es el que llama fruto perfecto, pues el número diez expresa siempre la perfección, porque la custodia de la ley (esto es, su observancia) se contiene en diez preceptos. El número diez multiplicado por sí mismo, forma el número cien, y con este número se representa la gran perfección.
San Cirilo
Cuál es el sentido de esta parábola, lo vamos a saber por Aquel que la compuso. Por esto sigue: «Dicho esto, comenzó a hablar en alta voz diciendo: Quién tiene orejas de oír, oiga».
San Basilio
Oír pertenece al entendimiento. Por esto el Señor llama la atención a los que lo oyen, para que comprendan bien lo que va a decir.
Beda
Cuantas veces se hace esta advertencia, ya en el Evangelio ya en el Apocalipsis de San Juan. Anuncia que lo que se dice es misterioso y que debemos meditarlo con más atención. Por eso los discípulos, ignorándolo, preguntaban al Salvador. Sigue, pues: «Sus discípulos le preguntaban qué parábola era ésta». Sin embargo, no se crea que los discípulos le preguntaron al punto que terminó la parábola, sino que, como dice San Marcos: «Le preguntaron estando solo» ( Mc 4,10).
Orígenes
La parábola es el relato de un hecho imaginario que no aconteció como se cuenta, pero que es posible, y que significa otra cosa por la aplicación de lo que se refiera en la parábola. Un enigma es la consecuencia de una relación imaginaria, que ni aconteció ni es posible, pero que tiene un sentido oculto, como aquello que se dice en el libro de los Jueces: «Que los árboles se reunieron para elegir rey» ( Jue 9,8). No aconteció a la letra como lo refiere el evangelista, aunque fue posible que se hiciese.
Eusebio
El Señor les dijo el motivo por qué hablaba a las turbas por medio de parábolas. Por esto añade: «Y les dijo: A vosotros es dado el saber el misterio del reino de Dios».
San Gregorio Nacianceno
Cuando oigas esto no introduzcas diferentes naturalezas, como ciertos herejes, que piensan que la naturaleza de unos es de perderse, y la de otros de salvarse. Sin embargo algunos son de tal modo, que su voluntad los lleva a lo peor o a lo mejor. Pero añade a esto que se dice: «A vosotros es dado». Es dado a los que quieren y a los simplemente dignos.
Teofilacto
A los que son indignos de tan grandes misterios, se les dice de un modo oscuro. De donde sigue: «Mas a los otros en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan». Ellos creen que ven, pero no ven; y oyen ciertamente, pero no entienden. Jesucristo les ha ocultado esto para que no reciban un daño mayor si llegan a despreciar estos misterios divinos después de conocerlos, pues el que primero entiende y después desprecia, merece mayor castigo
Beda
Así oyen sólo en parábolas, cuando cerrados los sentidos de su alma, no se cuidan de conocer la verdad, olvidándose de lo que dijo el Señor: «Quien tiene orejas de oír, oiga».
San Gregorio in Evang. hom. 15
El Señor se dignó explicar lo que había dicho para que sepamos buscar la significación de todas las cosas, aun de aquéllas que no nos quiso explicar. Porque sigue: «Es, pues, ésta la parábola: La simiente es la palabra de Dios».
San Eusebio
Dice que hay tres causas por medio de las que se destruye la semilla que cae sobre nuestras almas. Unos destruyen la semilla escondida en sus almas, dando oídos a todos los que quieren engañarlos. De éstos añade: «Y los que junto al camino, son aquéllos que la oyen; mas luego viene el diablo y quita la palabra del corazón de ellos».
Beda
Estos son los que oyen la palabra divina sin fe, sin deseo de conocerla, sin ninguna intención de sacar provecho de ella aplicándola a sus acciones.
Eusebio
Otros, no habiendo recibido la palabra de Dios en el fondo de su alma, la dejan perecer cuando llega el día de la adversidad, acerca de los que dice el Señor: «Mas los que sobre piedra, son los que reciben con gozo la palabra cuando la oyeron, y éstos no tienen raíces, porque a tiempo creen y en el tiempo de la tentación vuelve atrás».
San Cirilo
Cuando entran en la iglesia oyen la explicación de los divinos misterios con poca voluntad y cuando han salido de la iglesia se olvidan de los sagrados misterios. Y si la fe cristiana está en paz, perseveran. Pero si la persecución la turba, su alma huye, porque su fe no tiene raíces.
San Gregorio, hom. 15, in Evang
Muchos emprenden buenas obras y cuando empiezan a ser molestados por las adversidades o por las tentaciones, abandonan lo empezado. La tierra pedragosa de sus corazones no tuvo humedad suficiente para poder hacer germinar la semilla que recibió y que llegase a dar fruto.
Eusebio
Algunos, en verdad, sofocan también la semilla escondida en sus corazones con las riquezas y con los placeres, como con espinas punzantes. Respecto de los que se añade: «Y la que cayó entre espinas; éstos son los que la oyeron, pero en quienes es sofocada por los afanes, por las riquezas y los deleites de la vida», etc.
San Gregorio ut sup
Es digno de admiración el considerar cómo el Señor llamó a las riquezas espinas, siendo así que éstas punzan y aquéllas deleitan. Y sin embargo, son espinas, porque hieren la inteligencia con las punzadas de sus pensamientos y cuando la conducen hasta el pecado, le infieren cruelmente una terrible herida. Las riquezas llevan consigo dos cosas: los cuidados y las satisfacciones; porque oprimen la inteligencia con el afán de los cuidados y la disipan con su afluencia. Sofocan también la semilla, porque interceptan el camino de la inteligencia con vanos pensamientos, y no permitiendo que entre en el corazón ningún buen deseo, cierran la puerta a la inspiración divina.
Eusebio
Todo esto fue predicho por el Salvador y ha sido demostrado por los hechos. No se ha dado ninguna otra manera de culto divino, sino según alguno de los modos predichos por El.
Crisóstomo in Mat. hom. 45
Y para compendiar esto en pocas palabras, diremos que éstos no quieren oírlo por negligencia, aquéllos por cobardía o debilidad, los otros, en fin, porque se han hecho como esclavos del placer y de las cosas del mundo. Bueno es el orden del camino, de la piedra y de las espinas. Necesarias son, por consiguiente, en primer lugar la memoria y la cautela, después la fortaleza y consiguientemente el menosprecio de las cosas presentes. Habla después de la buena tierra, que hace lo contrario que el camino, la piedra y las espinas, cuando añade: «Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que, oyendo la palabra con corazón bueno y muy sano, la retienen», etc. No la retienen los que están junto al camino, porque el diablo les roba la semilla; los que están sobre la piedra no sostienen con paciencia el empuje de la tentación por su imbecilidad; y los que están sobre espinas, no fructifican, sino que se sofocan.
San Gregorio ut sup
La tierra buena produce el fruto por medio de la paciencia. Porque son inútiles todas nuestras buenas obras si no sufrimos con resignación aun las malas acciones de nuestros prójimos. Así producen frutos de paciencia, porque sufriendo humildemente todas las contrariedades, son admitidos después de las pruebas al gozo y al reposo.
COMENTARIO NUESTRO Y EL DEL PADRE CASTELLANI
Una de las parábolas mas importantes del Evangelio. Hemos entrado en el tiempo precuaresmal y se está tratando como el Domingo pasado del hombre caído y su redención. El Redentor es Jesucristo, el Hijo de Dios Encarnado, y su instrumento de salvación es la Palabra, que en el fondo es Él mismo.
Al principio era la Palabra, y la Palabra era Dios…..dice solemnemente el Prólogo del Evangelio de San Juan.
De allí, como veremos después, la capital importancia de la calidad de la Palabra sembrada que se hace en la Iglesia.

De esta parábola, hace interpretación rápida el mismo Señor, en privado, a los discípulos:

La semilla es la Palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por el momento creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre las zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y bueno escuchan la Palabra, la guardan y perseveran hasta dar fruto.

El hombre ha caído por el pecado original y quedó en poder del Diablo. Pero Dios en su inescrutable misericordia ha previsto un plan de redención por medio del envío de su Hijo Eterno, Dios también, encarnado en la humanidad, para salvarnos, proponiéndo al hombre la adhesión a Dios por medio de la predicación de la Palabra de Dios, que primero hizo Cristo en persona, luego los Apóstoles y discìpulos, la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Esa Iglesia también provee los Sacramentos, otros requisitos necesarios para la salvación. La misma Palabra los crea e insta a aprovecharlos.

El que siembra la semilla en primer término es Jesucristo, luego la Iglesia.

Vemos rápidamente que hay cuatro tipos de hombres de receptores de la semilla-Palabra, asimilados a cuatro tipos de terreno, y de estos cuatro solo uno hace germinar la Palabra y producir fruto. Los otros tres la malogran. La cosa es verdaderamente fuerte, dramática. Estos tres tipos de receptores que malogran  la Palabra son clasificados por el Padre Castellani como el Frívolo, el Flojo, y el Furioso.

Está tan bien escrita, con tanta gracia, calidad literaria y humor la interpretación de esta parábola por el Padre Castellani, que creo que es muy difícil decirlo mejor, a pesar de tener ya como medio siglo, por cual reproduzco textualmente:

En la parábola del Sembrador, el Sembrador es Cristo, y las tres clases de semillas malogradas son tres clases de hombres que fallan en la fe; en quienes se malogra “la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”.Estos tres hombres se podrían denominar el Frívolo, el Flojo y el Furioso. Claramente se ve en la parábola una progresión en la suerte de la semilla; porque enefecto, la que cae en el camino, ni siquiera germina; la que cae sobre ripio, germina y se quema pronto; mas la que cae entre abrojos –o cañotas–crece bastante pero después es como aprisionada y asfixiada. Y así hay tres clases de hombres con respecto a lo religioso, que se pueden simbolizar en Don Juan Tenorio, el Fausto y el Judío Errante. Y si quieren personajes históricos y no legendarios, digamos por ejemplo Casanova, Goethe y Napoleón, para no salir de nuestros tiempos.Nuestros hechiceros tiempos se especializan en la fabricación en serie de hombres frivolos –con venia del galicismo–, que en español se dice: livianos, casquivanos, volanderos, botarates, pueriles, no desarrollados. El biólogo Carrel dice –quizá con exageración–que la gran mayoría de la población de EE.UU. no está desarrollada psíquicamente más allá de la edad mental de 14 años.No lo sé. Lo dudo. Quiera Dios que nosotros hayamos llegado siquiera a los 12.En los tipos frívolos o distraídos la fe no puede ni prender siquiera, porque ella pertenece al dominio de Lo Serio: allí cae sobre el camino, es sembrada en la calle. Ellos pueden hablar de Dios y aun saber el Credo, como Don Juan; pero lo Religioso está amputado e ellos; o mejor dicho, está atrofiado. Don Juan Tenorio no es el símbolo del
“pecadorazo español”, como cree Ignacio Anzoátegui, del hombre que “cree fuerte y peca fuerte” de Lutero. ¡Ni por pienso! Don Juan Tenorio con sus bigotazos, sus desplantes, sus bravatas, sus conquistas y su espada pronta, es un varón poco desarrollado; el doctor Marañón lo clasifica incluso entre los ‘feminoides”. Por eso entiende tan rápidamente a la mujeres en lo superficial; porque es amujerado. Para el hombre muy varonil, la mujer es un misterio profundo y respetable, por no decir adorable; para el achiquilinado es algo como el ratón respecto al gato: algo enteramente claro y perspicuo. Don Juan Tenorio está lleno de malos pensamientos y pequeñas porquerías; pero no peca, hablando en serio; el pecado es una cosa seria y no es lo mismo ser pecador que chico malcriado. Las que pecan serían en todo caso las mujeres que lo siguen, como el caburé no tiene la culpa que las gorrionas se le vayan encima: pecado de bobería, que es uno de lo más peligrosos que hay. Esa Margarita, por ejemplo, que Goethequiere damos como un portento de inocencia… Es una mujercita un poco corrompidita; la prueba es que se hace la bobito. Quizá nos equivoquemos ¿no?Fausto si peca: cuando seduce a Margarita sabe lo que hace; y por eso vacila y tiembla. Mientras, Don Juan no sabe lo que es vacilar, y ésa es una de sus fuerzas. Fausto es el hombre que ha recibido la fe, que es capaz de lo ético y lo religioso –es capaz del amor y no solamente del deseo–: pero en el cual la fe se secó pronto porque él no quiso sufrir; y portanto no quiso obrar conforme a la fe; y la fe sin obras es muerta. Cristo declara netamente que es el miedo al sufrimiento lo que suprime la religión en estos tipos; lo cual prueba que entienden lo que es religión, puesto que ven claramente que la religión los va a remolcar por un camino que les causa pavor; y por eso desenganchan al momento. Con éstos el diablo tiene más trabajo, pero también más cosecha. Con los primeros, “las aves del aire fuliginoso” se limitan a comerse las semillas antes que nazcan;aquí ya interviene Mefistófeles con discursos, promesas y vivezas; y hasta con golpes de mano a veces. Lo demoníaco, que en Don Juan está oculto, aquí se hace visible.El tercer caso es más tremendo: allí la fe existe, pero está cubierta y como fagocitada y convertida en fermento de acción… y desesperación. Lo demoníaco es aquí inmediato: no necesitan un Mefistófeles al lado. Fermento de acción mundana, por supuesto, no de acción interna, que es la verdadera acción: de agitación, hablando en plata. Todos esos hombres a presión, esos hombres agitados y poderosos que han hecho grandes cosas –ruinosas–en la Historia (“Gigantes viri famosi” los llama el Génesis) como Napoleón Primero o Hitler, son en el fondo hombres religiosos; pero su religiosidad está desviada. La Semilla cayó entre Espinas.Lo Religioso es lo que impulsa al Judío Errante a su fatídica errabundia: si no puede pararse es porque tiene fe, pero su fe está aprisionada por una pasión; símbolo poderoso que creó el Medioevo para significar el mismo disperso y errabundo pueblo judío.Ashaverus tiene verdadera inquietud religiosa: sabe que ha pecado contra Cristo y que ese pecado no es una cosa indiferente ni siquiera corriente, sino extraordinaria y horrorosa; pero no llega a postrarse ante el Muerto a pedir perdón. Y entonces el desasosiego espiritual, que es el manantial de la religiosidad, en vez cae volverse fe se vuelve angustia.Pero estos terceros infieles son los que más fácilmente se convierten: la Desesperación es la Enfermedad de Muerte, pero al mismo tiempo es el Remedio. Ashaverus se convertirá al final; el que no se convierte nunca es Fausto: Goethe se equivocó al hacer convertir a Fausto en su Segunda Parte. De hecho Goethe, que fue el verdadero Fausto, no se convirtió nunca, que nosotros sepamos. Fausto es la Duda; y la Duda no puede convertirse porque entonces se aniquila a sí misma, hablando en el mundo de las Ideas; puesto que sabemos que todo hombre puede convertirse si quiere.Pero en el mundo de las Esencias, Fausto convertido es una contradicción; lo mismo que un Caifás convertido.En nuestros chapuceros tiempos modernos hay de todo, como en las revistas argentinas: hay el Desesperado, hay el Dubitante y hay el Distraído-Divertido; o si quieren de otro modo, existen el Afiebrado, el Amputado y el Atrofiado, los tres tipos que previó Cristo. Pero como hemos dicho, nuestra época se especializa en este último; lo mismo que las revistas argentinas: en el Divertido-Distraído.Consolémonos: también hay tres tipos en los cuales laSemilla no se malogra, que son el Penitente, el Pío y el Perfecto. En unos da 30; en otros, 60; en pocos da el 100 por uno, los cuales se llaman los Hombres del Ciendoblado. Éstos son los hombres que hacen todas las cosas que predican; que tienen una fe total y todos sus actos expresan esa fe. Los que gritan son oídos en este mundo; pero mucho más son oídos los que no gritan y hacen. El Ciendoblado es el hombre cuya vida predica el Evangelio sin muchas palabras; que cuando habla del sufrimiento, sabe lo que es sufrir; cuando habla de la renuncia, sabe lo que es renunciar; cuando habla del martirio, sabe lo que es el martirio. Y cuando habla del Amor de Dios, dichoso él, sabe lo que es el Amor.Nada de eso sabe el frívolo. Hoy día casi todo es “calle”. El diablo ha inventado un Camino Anchísimo para confort del hombre moderno: una “autoestrada”. Ha hecho que todo se vuelva calle y trocha, hasta el hogar, hasta la escuela, hasta la iglesia; no puede pararse uno, todo es para caminar, como el mundo entero parael Judío Errante; y, naturalmente, todas las Semillas caen en el camino. Y, naturalmente, de esa manera ha obligado al Sembrador a tomar el arado y convertirse en Arador.“Los pecadores me araron el lomo”, dice el Profeta David profetizando los azotes deCristo; mas llegará un tiempo en que Cristo habrá de tomar el azote y ararnos a nosotros, para que nos salvemos aunque sea “tanquam per ignem”, a través del fuego. (Hasta acá Castellani)

El Padre Castellani a veces en sus comparaciones tiende a cierta exageración, al igual que su admirado -por mí también- Chesterton. Por eso solo me atrevería a corregir lo que creo exageradamente bondadoso del Padre Castellani al decir que el frívolo, Don Juan Tenorio-Cassanova, no peca. Si peca: su frivolidad, superficialidad crasa es producto de falta de amor por lo profundo de la existencia, falta de amor por la Verdad, falta de amor por Cristo al fin y al cabo, lo cual es pecado que se concreta y se potencia en los pecados puntuales de la carne que comete. Además, el pecado de la carne reviste gravedad seria, como siempre lo ha sabido la Tradición de la Iglesia y el Magisterio. En las grandes Apariciones de la Santísima Virgen está revelado que una alta población del Infierno es por pecados de la carne. Esto aunque hoy la frivolidad del progremodernismo que invadió la iglesia y su teología moral a partir del II Concilio Vaticano, sobre todo en estas últimas décadas, menoscabe la gravedad de estos pecados. Bueno, el tema de la sodomía dentro de la iglesia, su apañamiento y ocultamiento sistemático durante el postconcilio y su eclosión hoy, hablan de eso….
Recordemos como ejemplo, sin entrar en juicios sobre su contenido, que el Arzobispo de la Plata, Argentina, Mons. Victor Fernández, del cual se sabe que es el ghos-writer de Francisco, y uno de sus asesores teológicos  principales, ha regalado al mundo y a la iglesia  el Tratado teológico, Sáname con tu boca-El Arte de besar……

Veamos como ejemplo también que a cargo de la Secretaría de Comunicaciones del Vaticano, Francisco ha nombrado a James Martín, conocido, reconocido e inveterado promotor del Lobby LGTB dentro de la Iglesia…Y también podemos agregar sin recargar las tintas, que entre los dirigentes de la Cumbre que trata los abusos sexuales en la Iglesia Francisco nombró gente pro LGTB…

De todas maneras, como se ve, volviéndo a la Parábola en sí, el caso mas trágico es el del Furioso-colérico-Napoleón, en el cual la semilla llega a crecer, pero es ahogada por los abrojos: las preocupaciones de este mundo, la riqueza, el Poder. El hombre llega a creer en Cristo y hasta vivirlo con cierta profundidad, pero la inmanencia lo seduce…y apostata. Creo personalmente que sería el caso de mas de un progremodernista….que deja la Fe Católica y se pasa…al progremodernismo.

El Progremodernismo es la cloaca de todas las herejías, reveleraon los Papas anteriores al II Concilio. Ataca no un punto de la Fe, sino toda entera: la vacía de sobrenaturalidad, la inmanentiza, la hace evolutiva y ajustable al paradigma actual, la hace adoradora y dependiente del demiurgo Progreso humano, milenarista mundana. El progremodernismo es una religiosidad esencialmente frívola, superficial, laxa, acomodaticia, acariciadora del ego, que encarna a mi juicio perfectamente con los dos primeros terrenos que malogran la Palabra. En el primero, la semilla al borde del camino, nunca se llegó a internalizar la verdadera Palabra. Directamente pareció muy dura, y se prefirió la blanda dulzura acomodaticia del progremodernismo, bien funcional a la cultura frívola y relativista de hoy. O la segunda, las que cayeron en tierra pedregosa y poco profunda, (el flojo Goethe de Castellani) , que abrazaron la Fe católica, pero viendo que era exigente y dura para ellos, se fueron pasando al progremodernismo. El tercero, como dijimos antes, puede ser un católico que quizás llegó a la profundidad de la Fe, pero  que seducido por la inmanencia, apostató y abrazó el progremodernismo.

Dura es esta Palabra, quien podrá soportarla? Se lamentaron muchos discìpulos en Cafarnaúm, después de escuchar el Discurso del Pan de Vida, y dejaron de seguirlo.

Vemos cuan justo pega esto con la incredulidad progremodernista de hoy en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía…



¿PORQUÉ CRISTO DICE PARA QUE PREDICA EN PARÁBOLAS  QUE NO ENTIENDAN?

Reproduzco nuevamente el comentario puntual de Castellani sobre este tema:



¿CASTELLANI Y LA IRONÍA: PORQUÉ HABLAS EN PARÁBOLAS?

Entre el recitado y su interpretación está intercalado en los tres Evangelios el turbador pasaje que llaman “la motivación de las parábolas”, en el cual el Salvador siendo preguntado, por un fariseo probablemente: “¿Por qué les hablas en parábolas?” contesto en suma con esta salida: “¡Para que no entendáis!”. Pero para que no entendieran ¿no era lo más práctico callarse? Si un Salvador no quiere salvar, lo más seguro y barato es callarse la boca. Es una respuesta irónica de Cristo. Ironía ensenan que es decir las cosas al revés; como por ejemplo, hablar de la gran cultura argentina. La verdad es que ironía es la indignación templada y como forrada por la inteligencia; como cuando Cristo le dijo a Nicodemus: “Tú debes saberlo bien, que eres Maestro de la Ley.” La ironía es el lenguaje del hombre ético cuando habla a los anéticos: “el hombre magnánimo usa de la ironía” dice Aristóteles: “vir magnanimus utitur eironeia”. El humor es propio del hombre noble, sea inglés o no; los países en que no hay humor y el hombre que no entiende el humor, son poco desarrollados. No se puede decir esto ni de la ciudad de San Juan ni del Maestro Calderón de la Piragua, que es de origen inglés. Pues bien, Cristo tenía el sentido del humor pese al juicio contrario de Cronin en ‘ as llaves del Reino. Cristo respondió muchas veces irónicamente. La ironía es estilo indirecto; y además es estilo pregnante, que está preñado de sentido y dice varias cosas a la vez y en forma más eficaz que el estilo directo. Cristo pues podría haber respondido en estilo directo más o menos: “Yo predico como debo predicar, es la forma más adecuada que existe para enseñar verdades estrictamente religiosas; es decir, misterios; en la forma que ya profetizara de mí el Rey Profeta en el Psalmo 77, y el Profeta Isaías en su Recitado Sexto… Yo sé perfectamente y de antemano que vosotros, oh fariseos, de esta forma mía de predicar, os haréis una piedra de tropiezo y una ocasión de perdición; pero es porque en el fondo queréis perderos. Unos saldrán diciendo que no entienden, otros entenderán más de lo que hay, unos que es difícil, otros que es pedestre, otros que eso no es para ellos sino para los “chinos”… “para esa maldita plebe que no conoce la Ley”, como dicen ustedes los fariseos, cuando están entre ustedes. Pero yo no por eso voy a dejar de predicar como corresponde… y como a mí mejor me parece y place, ¡últimamente, caramba!… Ustedes no me pagan mis prédicas, yo predico como mejor me parece…”. Pero el amor herido produce celo, el celo produce indignación y la indignación produce estilo indirecto, ironía. Y así Cristo, en vez de responder larga y directamente, respondió breve e incisivamente: “Hablo así para que se cumpla lo que dijo Iéyada el Profeta: para que viendo no veáis –porque vosotros os dáis de muy videntes y sois ciegos– y oyendo no oigáis; porque este pueblo me tiene mucho en la boca y poco en el corazón; y de ese modo no entiendan, y yo no los sane, y tropiecen y se pierdan… Para eso hablo en parábolas.” (Hasta acá Castellani)


LA SEMILLA ES LA PALABRA PREDICADA POR LA IGLESIA

Carta a los Romanos

» 15. Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien! 16. Pero no todos obedecieron a la Buena Nueva. Porque Isaías dice: ¡Señor!, ¿quién ha creído a nuestra predicación? 17. Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo. 18. Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí! Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras.»

Aquí se remarca la importancia capital de la Predicación de la Palabra. Sobreentendiéndose que se predica fielmente la Palabra de Dios. Que se predica la Semilla que Cristo siembra en el Evangelio. Esa Revelación dada en la Escritura, vivida por la Tradición e interpretada por el Magisterio de la Iglesia…
Pero que pasa cuando lo que se predica ya no es la Semilla, la Palabra de Dios? O cuando ya no se predica, sino se dialoga….porque la Predicación como siempre la vivió y la realizó la Iglesia se ve como imposición, como Proselitismo?

Recordemos algunos pasajes del Nuevo Testamento: II Timoteo 3
1 Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, 3 sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; 5 teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita. 6 Porque entre ellos están los que se meten en las casas y llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones, 7 siempre aprendiendo, pero que nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad. 8 Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera éstos también se oponen a la verdad; hombres de mente depravada, reprobados en lo que respecta a la fe. 9 Pero no progresarán más, pues su insensatez será manifiesta a todos, como también sucedió con la de aquellos dos. 10 Pero tú has seguido mi enseñanza, conducta, propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, 11 persecuciones, sufrimientos, como los que me acaecieron en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Y de todas ellas me libró el Señor. 12 Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. 13 Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.

O: II Timoteo 4

  1. 1. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino:2. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina.3. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades;

Se nos está diciendo cláramente que ya no se predicará la Semilla verdadera, sino un sustituto demagógico….Novedades, sorpresas…porque la gente ya no soporta la sana Doctrina y quieren oír cosas mas dulces, menos exigentes y menos comprometedoras….

Novedades, sorpresas, sorpresas del espíritu…

Dura es esta Palabra! Quien puede soportarla?

Vemos hoy en la iglesia del nuevo paradigma de Francisco que ya no se habla del Pecado,  el Infierno está vacíotodos vamos al Cielo, ha afirmado el mismo Papa, o ha sostenido en otras ocasiones la teoría de la aniquilación absoluta de los no salvados…. Hay una relajación notoria.

Los mandamientos son para rígidos y cobardes, ha afirmado el mismo Francisco.

Se hace un énfasis absoluto sobre una misericordia sin justicia, que no es otra cosa al fin y al cabo, que la aprobación del Pecado, de la Miseria, del Mal, la bendición de la Perdición. El afianzamiento del pecador en su pecado y en su perdición. Y esto hecho desde la Iglesia, desde su cúpula:

En vez de sembrar la Semilla de Cristo, se siembra algo humano, un sustituto que no salva, sino que afianza al hombre caido en su perdición.

Como puede suceder esto?

Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey.  (Leon XIII)  (1)

Para reflexionar sériamente.

Volvemos a repetirlo. La Palabra de Dios, la Semilla, cuando es predicada con fidelidad a la Escritura, vivida por la Tradición e interpretada por el Magisterio de la Iglesia hasta 1962, salva a los rectos de corazón, entra en la buena tierra y germina.

Pero que pasa cuando desde la misma iglesia, por lo menos desde su misma estructura jerárquica, lo que se siembra es un mísero sustituto a gusto de aquellos que repiten la apostasía de los discípulos de Cafarnaúm?

Dura es esta Palabra, quien podrá soportarla?

Se siembra algo que no es la Palabra, un sucedáneo demagógico, mentiroso, blando, humano, inmanente, moralina de autoayuda políticamente correcta, funcional a los requerimientos del Mundo enemigo, del Sistema, del Nuevo Orden Mundial, del Leviathán.

Esta iglesia progremodernista, que se viene fermentando desde el II Concilio Vaticano, influenciada por Rhaner y los teólogos personalistas, ya no esparce la semilla de Cristo; ha abdicado del imperativo de hacer realidad el reino sociopolítico de Cristo, porque el Reino que busca es el Reino de este Mundo, el Reino del Hombre, la Ciudad del Hombre, el Reino del César, del Leviathán, ante el cual hace obscena genuflexión rogándole se le conceda aceptación y funcionalidad. Ha cambiado de Esposo: de Cristo al Leviathán.

Recordemos que el agnóstico khantiano Rhaner tenía como Realidad este mundo, aquel extraño dios estaba mas allá de todo fenómeno y siempre inhaprensible e incognosible; siempre mas allá de ser tocado y explicado y predicado con palabras humanas, porque las categorías del conocimiento humano subjetivizan y limitan su visión hasta degradarla completamente. La Gracia, y el ámbito sobrenatural han desaparecido, y por lo tanto la inspiración y el conocimiento católico de Dios que ella da. Entonces no queda otra cosa que la Realidad inmediata del acá y ahora, la Inmanencia del Leviathán, delante de la cual el  progremodernista hace genuflexión servil. No queda mas que el Reino de este Mundo. Hacerse funcional a él. Eso es todo el hombre y la Iglesia.
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Hay que desactivar la conciencia de Pecado….escuché personalmente a un Obispo argentino…

Lo que importa es tratar de combatir la injusticia social, ya sufre suficiente la gente, para que la torturemos con terrorismo espiritual de penitencias, confesiones, pecados, diablos e infiernos, castigos. …

Es decir, la Verdad Revelada es para el progremodernista Terrorismo religioso; creen que le van a hacer un bien a la gente, mintiéndoles, van a sufrir menos….cuano lo que hacen es cortarles el camino de salvación y llevarlos al sufrimiento eterno de la Perdición.

Toda verdad parece insoportablemente dura y falta de caridad: amariconamiento espiritual y apostasía.

Vemos hasta donde llega el abismo de dañinidad e imbecilidad (ocultadas con demagogia con capa de piedad y misericordia) del progremodernsmo.

La iglesia se ha mañerizado, amariconado.

También vemos que el neomarxismo ha hecho pie y solo importa lo material.

El problema del mundo es la injusticia de la distribución del ingreso, ha dicho Francisco en una ponencia internacional, corregido por una mujer católica, que le dijo. Su santidad, el problema del mundo es el Pecado, no la distribución injusta de la riqueza.

Y como lo único que importa es la inmanencia, ha surgido también una tendencia ambientalista donde el Demonio es el Calentamiento Global…lo vemos en Laudato Si….

No existe mas la Semilla de Cristo hoy en la Iglesia? Ha quedado reducida al morral de algunos valientes y comunidades y fraternidades tachadas de cismáticas por los rigurosos legalistas y juridicistas neocones y progremodernistas.
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Una religiosidad sin Pecado, si perdición eterna, sin el Diablo, sin la Firme Ley de Dios, sin Justicia, sin exigencia, sin verdadero culto ni Sacramentos verdaderos; un catolicismo sin Cruz,  no es la Palabra de Dios, y por lo tanto no salva, pierde. Cristo sobra aquí…

Eso es lo que se esparce hoy en la iglesia del nuevo paradigma de Francisco, hablando en general. Se puede verificar en sus propias homilías y en las ponencias de las Conferencias  Episcopales. Y así viene in crescendo desde el II Concilio Vaticano.



ESO NO ES LA PALABRA DE DIOS, NO ES LA SEMILLA QUE PUEDE SALVAR.

Toca hoy quizás a los laicos, y sacerdotes y consagrados fieles (que son los menos y aislados y vilipendiados, perseguidos y humillados) , exigir por todos los medios a una jerarquía totalmente entregada al mundo, apóstata y amariconada, el verdadero alimento espiritual.


ORACIÓN

Pidamos al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen, que la Iglesia -hoy reducida a un Resto Fiel mayormente extra jerárquico, confinado a fraternidades cismáticas– recupere su fidelidad, su virilidad espiritual para que vuelva a Predicar la Palabra, (sustituida hoy por el Diálogo y Tendido de Puentes), la Palabra de Verdad, Eterna e Inmutable, la de Cristo, para que las almas que la esperan anhelantes, puedan acogerla y dar fruto y salvarse.

Y pidamos también discernimiento para buscar el verdadero alimento espiritual, la verdadera Palabra y el verdadero Culto, por amor a Cristo y a nuestra propia salvación.

ADORACIÓN Y LIBERACIÓN


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