El Estado, la política, desde el Catolicismo tiene un fin intrínseco: llevar a los ciudadanos a la virtud y la felicidad dentro del orden y la justicia. Y un fin extrínseco: la vida eterna, Dios.
Por lo cual el Estado NUNCA puede ser indiferentista: debe apoyar la única verdadera religión. Con alguna tolerancia si se quiere de otros cultos, como concesión graciosa y en privado, nunca como derecho.
El Estado -con métodos distintos que la religión- debe contribuir fuertemente y coaccionar incluso de manera negativa -impidiendo cultos erróneos- y favoreciendo enérgicamente con la legislación la verdadera religión; impregnando las instituciones de tinte escatológico católico: debe contribuir a los ciudadanos al fin último: Dios; la vida eterna.
Y esto no es "teocracia": se distingue claramente política de religión; estado de Iglesia; pero distinción no es oposición sino colaboración íntima con la religión por arriba de la política. Solo un estúpido puede acusar de "teocracia"...
Aquello de "separación de Iglesia y Estado" es uno de los caballos de batalla mas caros a la Revolución anticristiana; y el liberalismo de tercer grado lo aplica. También bajo el eufemismo hipócrita -usado por los Papas conciliares- de "sana laicidad".
El Estado moderno liberal expulsa a Cristo de la vida pública: todo es contrato inmanente entre hombres; ya no se sujeta al Logos trascendente. La libertad religiosa concede como Derecho elegir un dios falso y rendirle culto al mismo nivel que la Iglesia, siempre respetando cierto orden público.
En la práctica ha quedado probado que la tal "neutralidad" del Estado moderno liberal -lo cual ya es una monstruosidad inaceptable- es una quimera para bobos: los estados nacionales son manipulados por el Poder mundialista supranacional, coaccionados por organismos de poder (FMI, ONU, OMS y otros...) para legislar contra la Ley de Dios e incluso contra la Ley natural.
Las legislaciones secularizantes, anticristianas, inmorales e inhumanas se ven cláramente como efecto dominó desde la implantación del liberalismo en Occidente.
Derecha e izquierda -las tendencias así llamadas- que están DENTRO del Sistema, juegan un juego de disidencia controlada, gatopardista, conservando siempre la matriz maligna del Sistema; por lo que nunca harán nada esencial contra él.
El estado moderno liberal, lejos de contribuir a que los ciudadanos se dirijan al último fin, hace exactamente lo contrario: los conduce a la apostasía.
Se convierte en una suerte de incubadora maligna...
Entonces, pretender que dentro de este sistema que ha expulsado a Cristo de él va a surgir algún "salvador" es francamente ridículo.
Este sistema ha entrado también en el Oriente, aunque pueda parecer difícil de entender. La Sinarquía Occidental también lo ha fagocitado en el nivel financiero y económico; y el Oriente tiene la misma matriz que el Liberalismo Occidental: la pretensión luciferina del hombre de ser independiente de Dios y construir su propia Ciudad, su propia vida al margen del Ser.
Recordemos que el II Concilio Vaticano ha "bendecido" el liberalismo y sus Papas luego del concilio han obligado a países católicos a adoptar la libertad religiosa, lo cual condujo rápidamente a una apostasía que ya presionaba. El caso español con la constitución del 78 es paradigmático; pero hay muchos otros.
Entonces decirse "católico"; incluso ser feligrés de la FSSPX con Misa Católica y aceptar el liberalismo, es tomar una posición grotescamente incoherente -y en extremo dañina- entre cosmovisiones absolutamente incompatibles.
Por último, pretender alguna "bendición" divina para naciones que han dado la espalda a Cristo y por medio del liberalismo han dado el infame grito, mil veces mas grave ahora, de "No queremos que este reine sobre nosotros", es prácticamente una nueva burla a Dios.
No hay bendición ninguna de Dios hacia la apostasía. Las naciones apóstatas serán castigadas ya acá abajo. Las bendiciones divinas se limitarán hacia personas que sigan siendo fieles en esta marea de mentira y apostasía.
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