El proceso de desacralización antropocéntrica religiosa en la Iglesia, secularización -con sus fenómenos concomitantes, laicismo, descristianización, relativismo- verificado a partir del II Concilio Vaticano, conlleva un correlato de sacralización, suerte de paraliturgia de eventos y tonterías púramente humanas. De suerte que la Liturgia Sagrada no tiene la menor importancia para la masa de los bautizados; en tanto que que se respetan religiosamente estupideces como "los ñoquis del 29", cumpleaños, eventos deportivos y días de homenaje comercial (Padre, Madre, Abuelo, Niño, Secretaria, Arquero, Perejil), con su correlativa gravitación comercial.
<<Hoy la Religión del Dios que se hace hombre se encuentra con la Religión del Hombre que se hace Dios>> profirió Pablo VI al finalizar el II Concilio Vaticano.
Toda una consigna de un plan que ya se ha llevado a cabo!!
Hoy -podemos decir nosotros- en la Iglesia y su estructura conciliovergoneoparadigmáticatierna ya no encontramos la primera parte, solo encontramos la pretensión babélica y prometeica, pelagiana, del Hombre que se hace Dios; y en realidad se ha cretinizado tanto que se ha vuelto penoso y patético, camino a ser menos que Hombre.
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